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martes, 3 de octubre de 2017

Vino desde lejos para decirme que no

Creado y escrito íntegramente por Freddie Armando Romero Paredes. El príncipe Pedro vivía con su madre Petronila en el condado de Las Piedras que pertenecía al reino Pedraglia. Ellos dos estaban separados del rey Pedro El Grande porque el propio rey había decidido separarse de la reina madre para empezar a convivir con la ama de llaves de nombre Artemisa, quien, aprovechando que tenía todas las llaves de las puertas del castillo del reino, empezaba a maquinar mediante artes malignas la posesión del reino entero, despojando así al rey y a su familia. Artemisa se reía a carcajadas al ver, oír y saber que cada día las relaciones entre el rey, su ex-esposa y su primogénito se rompían aún más de lo que estaban. Para Artemisa, la frase "divide y vencerás" se había hecho realidad. Asimismo, ella le daba todos los días un brebaje al rey para tenerlo cautivo. Pedrito, su hijo, creció sin un padre; porque, ese padre estuvo ocupado y cegado por sus pasiones por culpa de Artemisa, a la que amaba cada noche sin ninguna pizca de agotamiento; pero, con el apoyo de tres herreros sabios que manejaban bien el arte de la espada, el oráculo griego y que eran longevos gracias a la dieta vegana que hacían. 

Un día, el padre de Pedrito, su majestad y alteza imperial, cae enfermo y queda postrado en cama. Pedrito, preocupado, va al reino para saludar y visitar a su padre, Pedro El Grande, llevando consigo agua del río Jordán en una botella. 

El rey Pedro se recupera gracias al agua del río bendito, donde se bautizaron San Juan El Bautista y Jesús de Nazareth. Estando recuperado y con la mente y el corazón abiertos, el rey ordena la pena de muerte a Artemisa, quien por todos los medios intenta darle más dosis de su brebaje, el cual hace que el mal se revierta y le haga daño a la bruja. Ante esto, Pedrito le dice que "vino desde lejos para decirte que no", que no podrás hacer más daño, pues el mal nunca triunfa. 

Rápidamente, Artemisa se convierte en una urraca, alza vuelo y se va del reino.

Ante esto, los herreros del oráculo pronostican que la bruja ha quedado embarazada del rey, que el niño nacido será un mago que regresará al reino aparentando ser bueno y que al final se quedará con la esposa del príncipe Pedro, quien sufrirá una rebelión o amotinamiento por una mala práctica geopolítica. Pero acabará renunciando a su cargo real para enamorarse y formar familia con una esclava de medio oriente y así terminar siendo un jeque árabe, dueño de pozos petroleros, camellos y tierras llenas de oasis. 

La bruja Artemisa muere al dar a luz y el bebé es cuidado y amamantado por lobos. Pasa el tiempo, Pedrito crece y sucede a su padre. Dándose cuenta de que su novia y el mago Fermín se entendían y se amaban en la oscuridad de cualquier habitación que esté a la mano y estando solos, Pedrito va al altar y le dice que No. De inmediato, se propicia que el mago Fermín, haciendo valer sus derechos de hijo real, se corone rey junto con su novia y Pedrito se escape de incógnito. Pedrito, estando lejos, se entera que los pobladores quieren hacer una rebelión para matar a Fermín y la reina, la cual acaba mal y en tragedia para los dos villanos traidores. Pedrito, estando en un pozo de agua, le pide a una esclava que le dé un poco de agua. Tan fuerte fue el contacto que los dos quedan enamorados, se fugan para vivir felices en la sábana africana y Pedrito se convierte en jeque.

En el futuro, la descendencia de Pedrito regresará a su reino para reclamar los derechos reales con la ayuda de la Organización de Naciones Unidas (ONU) a nivel mundial. Hoy en día, esta historia real pasó a ser un mito o leyenda.

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