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viernes, 22 de abril de 2022

Coloría bajo fuego

Escrito íntegramente por Freddie Armando Romero Paredes. Fedor Firewall perdió recientemente a su padre Fedro en el incendio del Banco de la Nación el día de la Marcha de los 4 suyos cuando el dictador Alberto Fujimori y su régimen cayeron para siempre. Desde ese momento y siguiendo el curso de las investigaciones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, Fedor Firewall se convirtió en deudo. Fedor Firewall era un niño cuando vió la transmisión en vivo, los reportajes que se hicieron en ese lapso que duró el proceso; y, sobre todo, la edición especial que terminó de ponerlo en un trance de profunda depresión, nostalgia y melancolía. Pasó el tiempo, se retomaron los agazajos y se empezó a celebrar los cumpleaños de los familiares que aún vivían con él. Cuando se celebró el cumpleaños de su mamá Gloria Pires, no tenía ganas de participar hasta que él mismo, a su corta edad, escuchó que iban a prender la vela para después comer torta. Como al pequeño Fedor Firewall le llamaba la atención, se agachó debajo de la mesa para llegar hasta la torta y oír el Happy Birthday to you. Cuando Fedor vio la vela encendida, creyó también ver a su padre Fedro Firewall. Lo que más le llamaba la atención de la vela prendida eran los colores en tonos naranjas, rojos y amarillos. En ese momento, Fedor también se dio cuenta que la vela de la torta calentaba y lo empezó a interpretar como un calor paternal, donde primaba la calidez y el cariño. Ese calor y esa iluminación lo iba a apreciar y sentir cada vez que se celebrara un cumpleaños o un motivo para celebrar. Tantas veces en el año vio la velita con fuego que se acostumbró a la costumbre y tradición. Para Fedor era su padre Fedro que se hacía presente y punto. Luego, empezó a frecuentar la cocina de la casa y cuando vio de cerca las hornillas de fuego de la cocina, quedó sorprendido y feliz. Ahora su papá Fedro iba a estar presente en la preparación del desayuno, almuerzo y cena, cada vez que se encendiera la hornilla y se calentara la comida. A fin de cuentas era la ilusión y la fantasía de un mundo imaginario como el que vivía Fedor Firewall a su corta edad. Pasaron los meses y el pequeño Fedor agarró la manía de jugar con las velas de las tortas y meter muñecos y canicas a las hornillas cuando la olla estaba en ebullición y cocción. Un día la sopa de la olla caliente se rebalsó y Fedor se empezó a reír a carcajadas. A tal punto que lo tuvieron que castigar. Luego de eso, Fedor creció un poco, maduró, dejó de jugar con las velas y las hornillas y se dedicó a estudiar los cursos de su colegio. Aparentemente ya lo había superado hasta que conoció las luces de bengala de Navidad y, creyéndose el mago Merlín, con su varita tocaba todas las cosas de su habitación para darles vida según él. Lo que no se percató Fedor fue que al principio todo brillaba a limpio y gracias a la luz de la luna. Cuando salió a recoger los regalos del árbol de Navidad, de repente el dormitorio empezó a arder por las chispitas de bengala y su fantasía alucinada e irresponsable. En un primer momento Fedor vio tanto fuego que en su delirio y melancolía vio a su papá Fedro. Su mamá Gloria Pires rápidamente trajo el extintor, activó la alarma contra incendios y el fuego redujo a cenizas la cama, el escritorio y la cómoda. Al día siguiente, Fedor fue internado en una correccional por pirómano para que en el internado aprenda a controlar su manía y el impulso que lo animaba a jugar con fuego con la exigencia propia de un vicio de manera irresponsable. Adentro del internado, Fedor entra a varios talleres de pintura y artesanía con fuego. En uno de los talleres, Fedor aprende la técnica del aerosol con fuego. Una noche en la muestra anual de la galería del internado se aparece delante de la mesa de exhibición de Fedor la Inmaculada, quien era la hada y la musa de Coloría. La Inmaculada le dijo a Fedor que necesitaba de su ayuda para luchar contra un villano que amenazaba con "arrasar" y "abrasar" todo el mundo de Coloría. Fedor le dijo que estaba internado por su mamá en la correccional y que no podía salir. La Inmaculada le dijo que no había problema, pues se podían meter en uno de los dibujos de aerosol y fuego. Luego, la Inmaculada le dijo a Fedor que todos eran bastantes buenos que no sabía por cual entrar. Hasta que la Inmaculada vio que un grafiti tenía un barco con redes y enseguida dijo que hace tiempo que no comía pescado. Al siguiente instante, las redes de ese barco de la pintura los pescaron tanto a la Inmaculada como a Fedor y se sumergieron en la pintura marítima. La tutora del internado vio que no había nadie en la mesa del stand de Fedor Firewall y creyó que el propio Fedor Firewall se había ido a dormir a su cuarto. Cuando la Inmaculada y Fedor llegaron a Coloría, Fedor se preocupó porque su mamá Gloria Pires lo iba a visitar ese fin de semana. La Inmaculada le dijo que no se iban a demorar mucho, tan sólo toda una noche, pues para ese día en el día ya iba de estar de vuelta. Estando en Coloría, la Inmaculada le dijo a Fedor que el villano se llamaba Firefighter. Como el diseñador Orlando Ojeda ya no estaba en Coloría y encima estaba viejo, no había quién empodere y modele a los elementos, las formas y los trazos de Coloría. Es entonces que la Inmaculada le dijo que había pensado en él y su capacidad artística. Al principio de la aventura, Fedor no entiende a Firefighter porque cada vez que se acercaba Fedor, Firefighter le quemaba sus grafitis y mensajes artísticos con aerosol. Hasta que Fedor se acerca para despedirse de Firefighter, diciéndole que cuide mucho a su papá Fedro que murió en el incendio del banco en la caída del dictador Fujimori. A lo que Firefighter le dice que tuvo un hijo y que nunca tuvo la última oportunidad de despedirse de él y darle el último y gran consejo. Fedor y Firefighter se logran reconocer; y, cuando se reconocen, de Firefighter sale una lágrima de agua sólida que lo petrifica y lo convierte en un montón de palos de carboncillo para dibujar. Firefighter se va de Coloría, pero su voz queda en una mina de carbón. En ese momento, Fedor escucha que Firefighter le dice que cada vez que pinte más paisajes de Coloría con su aerosol, el fuego que utilice y el fuego que lo acompañe iba a ser Firefighter. Firefighter había encontrado a su hijo y le daba las gracias a la Inmaculada, la hada y la musa de Coloría. En ese instante, la Inmaculada le dijo a Fedor que la piromanía se puede manejar y controlar de forma positiva si es que uno es responsable. Incluso, la Inmaculada le dijo a Fedor que utilice la piromanía para cosas constructivas y productivas como la pintura y la artesanía. Antes de subirse al barco como tripulante y no como pescado de red, la Inmaculada le dijo a Fedor Firewall que siempre que quiera visitar Coloría, bastaba con subirse al barco o al avión de uno de los dibujos con aerosol. Una hora antes de que el gallo cante por tercera vez, Fedor Firewall aparece con su uniforme, sumergido y nadando en la piscina del internado para después cambiarse para ver a su mamá Gloria Pires. Más adelante, Fedor Firewall se titula y se convierte en comunicador profesional. Como comunicador, Fedor Firewall crea la campaña "Café Candela, te prende al instante", hace el fotoreportaje "La profecía de la vela" y escribe el cuento "Coloría bajo fuego: la historia de un pirómano". Y colorín colorado, la historia de un pirómano en Coloría ha terminado.

















  

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