Creado y escrito íntegramente por Freddie Armando Romero Paredes. Arom es
un ser mitológico que tuvo vida cuando se cazó a toda su manada, la cual se
fusionó en un solo ser dando como resultado al personaje principal. Arom
creció salvajemente, en medio del campo, ganándose la antipatía de los
ganaderos.
Un día
se encontró con una joven perdida de nombre Amalia. El animalito y ella se
siguieron viendo durante un largo y buen tiempo hasta que su hermano de
inmediato la sorprendió y se enojó con ella. A pesar de todo, el afecto era
mutuo y fuerte, pues el cariño en mención había crecido durante todo el largo
tiempo que estuvieron juntos de aquí para allá.
Recorriendo
el bosque, Arom se encontró con un pasaje secreto. En ese pasaje habían
pinturas rupestres perpetuadas cuidadosamente en superficies rocosas que contaban
en detalle toda la historia de la especie de Arom. Al final de ese recorrido
había una lápida con una imagen en el piso, la cual estaba iluminada por la luz
de sol que atravezaba un boquete en el techo. De esta manera, el tremendo
animal supo quién era y de dónde venía. Se dio cuenta que tenía un origen
divino que databa del más allá.
Arom se
daba cuenta que no podía aspirar al amor de Amalia, pues, cuando le quería
declarar su amor, de su boca salían fuertes y estruendosos sonidos
onomatopéyicos. Él se conformaba con que Amalia lo viera como un animalito
tierno y dócil del monte con quien se pueda jugar.
Estando
juntos, Amalia se encuentra con un árbol esplendoroso, frondoso y repleto de
frutos apetitosos. Las ansias y el rugir de su estómago la motivan a que
arranque un alimento de los muchos que habían. Al tomar una fruta, al
instante aparece una serpiente que la mantiene cautiva.
La
serpiente enseguida toma la imagen de Amalia y se convierte en una bruja. Y
Amalia queda convertida en serpiente.
Arom
busca a Amalia por todos lados: por la laguna, el riachuelo, la cascada y las
colinas. En un momento, la bruja y Arom se encuentran. La bruja lo llena de
caricias y besos al animalote y, a la vez, saca un puñal, el cual es detectado
por instinto por Arom, quien rápidamente ataca a la bruja, quien recibe el
puñal que iba destinado a dicho animal. La bruja muere instantáneamente y se
desvanece. Arom se queda triste gimiendo de dolor por la ausencia de
Amalia.
De
pronto, Arom, con la vista empañada y llena de lágrimas, no puede ver una
serpiente que lo pica y hace que se desmaye por un segundo prolongado que crea
un ambiente de expectativa e incertidumbre. La espera no es en vano porque en
ese momento se rompe el hechizo originando que Arom se convierta en un hombre
joven de carne y hueso y Amalia recobre su identidad original. Los dos se
quedan sorprendidos de lo sucedido. Luego de esto, el joven Arom le dice que la
ama a Amalia y la besa. El amor es correspondido. Después de esta declaratoria,
Arom lleva a Amalia al pasaje secreto, donde existe un portal en el cual la
resplandeciente luz los transporta al reino, donde Arom pertenece, donde está
su linaje y es heredero al trono. Más adelante, Arom y Amalia tienen varios
hijos, con quienes viven felices para siempre.
Arom a lápicero
Arom a lápiz
Inspirado en el cuadro de Pecado Original y Expulsión del Paraíso de Miguel Angel del Vaticano
Tarea para la casa: Crea un cuento mirando una pintura
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