Escrito por Freddie Armando Romero. Se
puede entender la preocupación, la actitud protectora y el amor infinito que
los padres tienen y sienten por los hijos. Es lógico que si has puesto parte de
tu vida en la creación de un nuevo ser que será a imagen y semejanza tuya
tienes que estar interesado en todo lo que a la nueva criatura concierne y más
si el futuro de tu hijo está estrechamente ligado a tu presente. Es tu semilla.
Es una parte de ti. Por lo tanto, tu instinto y amor paternal y maternal deben
de dar el todo por el todo y ser a prueba de lo más duro y doloroso que pueda
existir. De igual modo, el amor con el que te hicieron tus padres debe estar
siempre presente en la crianza de tu hijo. Pero, cuando sabes que está en tu
decisión y, sobre todo, en la palabra que vayas a tomar para salvar la vida de
tu vástago, es ahí que surge una prueba llena de vida, amor y fe en tu familia
y en lo que Dios quiere que hagas sabiamente. Más aún, cuando sabes que se
trata de tus hijos siameses que dependen uno del otro y que pueden tener un
período corto de vida si es que no se opera y actúa pronto con eficacia,
eficiencia y efectividad. Y es ahí que tu conciencia, tu fe, tus creencias y la
presión familiar, social y, de repente, mediática, si es que tu caso está
expuesto ante la opinión pública, te pueden traer dilemas, crisis existenciales
y pugnas familiares. No obstante, hoy la medicina lo puede todo.
Actualmente,
la ciencia ha avanzado tanto que ahora es posible salvar la vida a los bebes
siameses. En Mendoza, Argentina apareció el 7 de julio de 1998 en el diario “El
Clarín” el siguiente caso: “Las bebas siamesas que nacieron unidas por las
nalgas fueron operadas ayer, aunque no pudieron ser separadas definitivamente.
Su estado de salud es excelente y recién dentro de diez días podrían ser
intervenidas otra vez para romper la malformación que las une.”
Curiosamente hubo un anterior caso registrado hace 20 años en el que perdieron
la vida unos varones siameses unidos por el cráneo, pero, como lo he
mencionado, la ciencia ha avanzado tanto que hoy en día el número de
posibilidades de que varios siameses resistan a la operación y vivan bien por
muchos años se ha incrementado.
Otro
caso de éxito en la que siamesas fueron separadas satisfactoriamente sucedió en
Perú. Coincidentemente, estas siamesas estaban unidas por el abdomen como, en
su momento, lo estuvieron las siamesas, de Malta, Mary y Jodie. Según lo
propalado el 21 de mayo de 2013 en la web “20 minutos” y en otros medios más,
hubo riesgo, pero con la ayuda de los avances médicos de hoy se puso a buen
recaudo a las bebes: “Un equipo de 30 profesionales ha operado con éxito a las
siamesas Shadya y Shandell, de casi 3 meses de vida. Estas pequeñas peruanas
nacieron unidas por el abdomen. Tras ocho horas de intervención los médicos han
logrado separarlas con éxito.”
Pero
si de casos críticos que luchan contra la adversidad se trata, el caso de las
siamesas dominicanas sobrepasó todas las expectativas y superó los límites de
lo posible. Tal es así que representaron un reto para los médicos de turno,
quienes tuvieron que asumir la responsabilidad de encargarse de una cirugía de
21 horas. Pero, otra vez la ciencia médica hizo el milagro. Así lo comunicó el
medio “Univisión” en su portal de internet este 24 de enero de 2017: “Las bebés
estaban unidas por la espalda baja, pero un equipo médico de unos 50
profesionales en Nueva York consiguió la separación de las gemelas que el mes
que viene cumplirán su primer año.”
Finalmente,
el ser humano ha llegado en el preciso momento de comprender que tiene un
compromiso con la humanidad y es su deber salvar todas las vidas posibles en
este planeta. Quién sabe que quizás salvando una vida, esa misma vida sea capaz
y la principal responsable de salvar muchas más vidas en el futuro del cosmos.
De igual modo, gracias a los avances médicos, ideados y puestos en marcha por
gente profesional que no se amilana ni se rinde ante los viejos y nuevos
cuadros clínicos, podemos ver seres de todas las edades con nuevas esperanzas
de vida y más ganas de vivir que se someten a operaciones de gran escala para
mejorar su condición y nivel de vida. Por eso, hay que confiar más en la
medicina de vanguardia, porque en ella puede encontrarse tanto tu salvación
como la de los tuyos.
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