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miércoles, 23 de agosto de 2017

Lolek Lloyd, Lamida y sus perros lobo

Creado y escrito íntegramente por Freddie Armando Romero. Lorena Laos había quedado embarazada a propósito y adrede de Luis Lesseps, su profesor del curso más difícil que había tenido en su vida, y por ese embarazo la habían botado de su casa por deshonrar la casa y porque no pensaban mantenerla a ella y a su hijo porque suficiente tenían con sus caprichos; del trabajo porque la ley abusiva no permitía tanto ausentismo y licencia por embarazo y porque su jefe la quería a ella, pero sin hijo por no querer cargar con bultos; y, de la universidad porque, al no tener el apoyo económico de su familia, no podía mantener y pagar la pensión; porque al quedar embarazada se había descuidado de sus estudios y porque tenía miedo de ser señalada como mala mujer y, al mismo tiempo, rechazada por sus amigos de salón y de carrera. Es entonces que resentida con la vida y viviendo una encrucijada, por querer que todo pase rápido, por amar a su hijo y por desear a volver todo lo que tenía, decide dar en adopción a su pequeño hijo. Grande sería su sorpresa cuando trabajando como barrendera en el hospicio, donde vivía su hijo, se fija que Luis Lesseps y su esposa Lola de Lesseps quieren adoptar un niño, pues se habían casado, eran felices; pero no podían tener hijos. Es entonces que adoptan a un niño, precisamente al hijo de Lorena, al que le ponen de nombre Lucho. El niño crece y es feliz. La tecnología avanza, mejora el proceso de fertilización y Lola queda embarazada. Esto último no le gusta al joven Lucho, quien intentará por todos los medios quitar de su camino, para no compartir la herencia, al bebé que tendrá de nombre Liubomyr.

Es entonces que al momento del parto, Lucho habla con el médico de cabecera para que saque fuera del hospital al niño tan pronto nazca y así ni la madre ni el padre lo vean. Pero la enfermera ve la recompensa en la televisión y demás medios y decide devolver el niño a sus verdaderos padres porque necesita el dinero para los gastos de salud de su madre enferma. Los esposos Ríos abren la puerta y ven a la enfermera Irasema con el niño en brazos, para luego darle la recompensa. Pero, luego, cuando ya se está yendo, la invitan a regresar para que sea la niñera del pequeño Liubomyr. Ante esto, Lucho se enoja; pero, finge felicidad que dura solo unos años para mantener su estatus. Mientras tanto, Lucho se entretiene con la enfermera, quien es tan joven como él.

Luis, Lola, Lucho y Liubomyr se van de paseo a Marcahuasi. Es entonces que Lucho aprovecha la distracción de sus padrastros para llevarlo al pequeño Liubomyr a una de las muchas cuevas para así ultrajarlo y matarlo; pero, el niño no se deja tocar y, al correr, cae inconsciente en la superficie rocosa de la cueva. Como Liubomyr tiene graves heridas y Lucho no tiene botiquín a la mano, aprovecha el paso de unos extranjeros para venderlo. En ese instante, la enfermera Irasema observa todo lo que ocurre y se queda callada porque ya sabe de lo que es capaz Lucho. Luego, Lucho finge llorar y le dice a sus padrastros que unos animales los atacaron y él se salvó de milagro. 

Lola llora y entra en depresión. Tal es así que su esposo Luis vende la casa y se mudan a otro lado de la ciudad. Con el seguro pueden comprar una casa en una zona cómoda y residencial de alto nivel. Pero la depresión gana y los padrastros le dicen a Lucho que tiene que trabajar para mantener a la familia porque con la tienda no basta. Lucho consigue trabajo en la municipalidad de Magdalena como conserje y ahí se entera que su joven vecino Lolek Lloyd le está haciendo oposición al alcalde, a quien dice que él lo puede sacar del camino. 

Es entonces que Lucho Lesseps le empieza a hacer brujería y explotar todo el talento que tiene Lolek mediante el hackeo e interceptación de su computadora y celular. La madre de la enfermera se entera estando convaleciente que Lucho le está haciendo daño a su hermanastro, a quien todos creían que había muerto, y es entonces que el propio Lucho la mata despiadadamente y sin dejar rastro. Ante esto, la enfermera Irasema jura vengarse silenciosamente de Lucho por todo el daño que le hizo a su Liubomyr consentido y a su madre delicada de salud. Es entonces que vuelve a trabajar en el hospital sin avisar a la familia y amigos. Después, Lucho se entera que Luis Ríos se va a someter a una fertilización in vitro y entonces se encarga de cambiar el esperma de su padrastro por el de él para embarazar a su madrastra, por la que tiene Complejo de Electra. Pero, el frasco de Lucho lo rompe la enfermera Irasema y solo se procesa el del señor Luis con unas muestras extras de las que se disponía. Y de eso nadie se entera.

Luego Lucho, viendo que es un peligro para su herencia que Luis tenga más hijos, manda a la secretaria a que le corte el miembro viril después de hacer el amor para dárselo de comer a la perra de nombre Lamida y así el señor Luis muera desangrado. En cuanto a Lolek va a un prostíbulo y le hace el amor a Liz, quien es leprosa y no le importa que Lolek tenga manchas y cicatrices en el cuerpo. Tal es así que Lolek se da cuenta que puede ser su primera y última oportunidad y es entonces que se quita el condón en pleno acto sexual. 

Lamida, la perra hipoalergénica sin pelo de los Lesseps, está preñada sin que le haya tocado un perro. Da a luz a varios machitos fuertes y sanos. Lucho ignora que Lola esté embarazada póstumamente de Luis, de que Liz esté esperando hijos de Lolek y más aún no sabe de qué perro, cómo y en qué momento la perra quedó preñada. Cansado y desesperado por las demandas judiciales que ocasiona Lolek en su contra por patentes y los sabotajes descubiertos, Lucho agarra la pistola y lo apunta. En eso, los perros de Lamida mutan como hombres lobo y matan a Lucho y Lorena, después vuelven a su estado normal, se convierten en los fieles protectores de la familia y también tienen sus crías. Lolek tiene algunos rasguños al quedar inconsciente. Tal es así que la enfermera de toda una vida lo cura. Los padrastros de Lolek, Lola, Liz y la enfermera Irasema viven felices para siempre con los niños al saber la verdad. El alcalde de Magdalena va preso a la cárcel, envejece y muere. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.    


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