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viernes, 28 de abril de 2017

Bogdan Larrousse, el Observador

Escrito por Freddie Armando Romero. Hola. Soy Bogdan Larrousse, más conocido como El Observador, y la historia que les voy a contar está basada en una historia real, la cual comienza en la Comando de Educación y Doctrina del Ejército (COEDE), en el Batallón C/S, a donde me fui a presentar el 22 de marzo del 2012 ante Denys Antonio Falcón Vilca, Capitán EP y Jefe de Personal del B C/S N° 503 y donde el 23 de marzo de ese mismo año la nulidad de dentista que me hizo mi examen odontológico me calificó como inapto. Razón por la cual llevado por mis apasionamientos, ímpetus y ganas de servir al terruño que me vio nacer no me resigné y tuve que irme hasta el Rímac el lunes 26 de marzo del 2012 a las 6:00 pm de la tarde, donde gente más capacitada y con mejor trayectoria en el ámbito castrense me dio como apto, junto con Salvador Camones Eleuterio, a quien llamaban Guillermin por parecerse al sargento 1° REE Guillermo Carhuarycra David, quien se encargó de la cuadra de reemplazos junto con el sargento 1° REE Mejía Díaz Lucho que estudiaba en las noches para tener un título profesional y con el sargento 2° REE Vilchez (homonimo del suboficial Vilchez Machari Edgar) que nos enseñó a tender una cama militar, quien ponía en su sitio a empeyones al cabreado y al que tenía desidia, quien nos gorreaba la fruta, la cual era gustoso de compartir con todos, desde mi sargento hasta mi reemplazo y a quien se le hizo su parte por constantes deméritos observados por los capitanes de las compañías, y el reemplazo Armando de la tierra de Ancash. El examen odontológico, psicológico y físico sin ropa lo llevamos a cabo el 27 de marzo del 2012 en el policlínico Rímac, donde la Mayor EP Peña, asimilada en el servicio de sanidad, como mi abuelo, me preguntó qué hacía un estudiante universitario que había logrado tanto en su vida en un cuartel donde hay personas que pueden no estar del todo instruidas y donde se requiere mucha condición física, estabilidad, coordinación, aguante y esfuerzo para la gimnasia básica de combate, el entrenamiento en campo abierto, manejo de armas y municiones y múltiples tareas que vienen con los destacamientos. Enseguida le respondí que quería hacer servicio militar, pues ya había hecho voluntariado en la Secretaría Nacional de la Juventud (SENAJU), en el Módulo Perú en el segundo gobierno de Alan García Pérez, el Alado Grande del Perú (AGP). Es entonces que creí conveniente para sentirme realizado y pleno hacer servicio militar, pues todavía sentía y pensaba que podía aprender mucho más de la vida militar, del papel que cumple un soldado y del rol que cumple la Fuerza Armada en el territorio patrio. Es entonces que empiezo mi instrucción en el Batallón Policía Militar 501, fundado en el gobierno del legendario presidente Fernando Belaunde Terry, el cual queda en el Fuerte Rafael Hoyos Rubio en el distrito del Rimac, donde el SubTeniente EP Rojas Chuquipion de 26 años de edad y el Capitán EP Taboada Ruiz se encargaron de la compañía de reemplazos, establecida en un galpón, donde no había parquet, no había luz, no había techo fuerte y resistente y donde poco a poco con la ayuda de Perfecto Ramirez, quien era uno de los más antiguos junto con un negro llorón que le dolía a cada rato para no marchar y Felix, quien era un soldado al que le escupí delante del técnico Martinez porque fregaba mucho, y que por lo tanto ponía el orden en la cuadra; Sanchez Huerta, quien venía de Huaral; Llancul, quien era el brazo derecho del suboficial Carhuatanta en la oficina del S1, quien, además, pisaba las espaldas de los oficiales y la tropa para relajarlos y sacarles el estrés acumulado durante la actividad castrense y quien estudiaba diseño gráfico a partir del mediodía, yendo a la institución educativa uniformado de soldado; Montesinos, quien decía a cada uno de los reemplazos que el apellido Montesinos pesa; Junchaya; Cochaburgos, quien tenía un hermano en una anterior promoción; Salcedo, quien junto con Maza vieron cómo un vigoroso soldado le hacía el amor y le daba su cuota de gasolina con leche a una Mayor que estaba en su menstruación; Orellana, quien hizo los trámites pertinentes para poder estudiar; Mara, otro soldado que también se puso las pilas para estudiar, estando destacado en el club de la Región Militar del Centro; Cruz Antaurco, a quien todo le importaba un bledo, incluso el terminar la secundaria; De la Cruz, quien se encargó de la ranchería  Denis Pérez Gonzales, quien ya había servido en la Marina de Guerra; Vigo; Diosdado Huaman (cuyo nombre se podía entender como “Huaman, Dios ha dado”), Huaman, el otro hermano; Montana; Figueroa; Inuma; Huamani; Goicochea; Lozano Flores, más conocido como Cuto, quien se iba a estudiar al colegio EP Bonifaz todas las noches junto con otros soldados y cabos; Martinez, quien era homónimo del técnico 3° EP Martinez, quien lloraba a cada rato porque el Capitán EP Taboada lo hacía comer tierra, lo que a nosotros nos gustaba cuando nos íbamos de marcha de campaña y a quien lo rapé con unas navajas en el baño de la cuadra para que pasara revista ante el capitán y el suboficial, quienes eran capaces de hacerlo volver a comer tierra y quienes se quedaron sorprendidos por la transformación, tanto así que explotaron en carcajadas;  se fue acondicionando, llegando al acuerdo de comprar un espejo, poner algunos cuadros viejos del almacén, echarle una mano de pintura, poner electricidad y donde me comprometí a comprar el reloj y un retrato de la Virgen de Guadalupe para todos los días persinarnos y encomendarnos a ella a pesar de la cruz que lleváramos cada uno. Tiempo después, de mi sueldo que ganaba les compré una pizarra acrílica, un periódico mural y un espejo con marco negro, usando mi tarjeta VIsa Multired del Banco de la Nación a los que entraron de reemplazos luego de nosotros, pues quería que a esos reemplazos como Benites; Sánchez Loayza; Chamorro; Bedón; García; Janampa, quien ya había servido en la FAP y quien le dio una golpiza a un militar de la FAP; Calderón, Capcha; Sanchez Inga, a quien le decían Sanchez Pinga; Chin Chin, quien era la antitesis de lo que fue un guerrero de la fortaleza de Chan Chan y a quien un día los oficiales alternos lo mandaron de regreso a su agujero por su manera, no de querer como dice la canción, sino de comportarse; Risco, a quien le cantaba que había un perro en la granja que se llamaba R I S C O, erre i ese c o; Canebo, quien había estado en la cárcel, a quien le llamaron “Coronel” cuando entró por la puerta del cuartel y que actualmente es obrero en edificios residenciales y seguridad en un albergue de Beca 18 a cargo de la Sra. Borja, quien antes estuvo administrando Generación, un albergue de pandilleros que le hacía la vida imposible al Alcalde Francis Allison, caso que yo tuve la oportunidad de investigar en el primer semestre del año 2005 cuando era presidente Alejandro Toledo Manrique, el Ancestral Taulichusco de Machu Picchu (ATM); Garate, quien actualmente se está preparando para ser policía nacional; y otros más no les faltara lo que me faltó a mí cuando hice mi instrucción en la Antigua Escuela de Comandos del Ejército. Tal es así que un día, en presencia del sargento 1° Bardales Pizango Nilson, originario de la selva, quien más tarde estudió para barman en CECATEL, en vez de estudiar en el prometido instituto para tropa del Ejército, y de los reemplazos le celebramos su cumpleaños con torta incluida a un soldado que cumplía años, cuando los demás sargentos, cabos y soldados estaban pernoctando, sin importarles lo que les pasara a los jovencitos que habían entrado a servir al ejército. De igual modo, compré un espejo para la casita del G2, otro espejo para la compañía A y 3 bolsas de cemento para arreglar las pistas del batallón, las cuales el Comandante EP Turin nunca lo mandó a recoger con el Camión LA o con el taxi del cabo Pari, quien tenía permiso para taxear y ganarse la vida, y, al mismo tiempo, hacer su servicio militar voluntario. Era julio del año 2012, mes en el que ya tocaba a muchos militares ver su situación de ascenso, incluyendo la tropa. Para ese entonces, yo ya había pasado a la compañía A, luego de haber pasado malas noches todas las noches con la pestilencia, el mal olor y el dormir con los ojos rojos debido a que algunos reemplazos y soldados, quienes después se desertaron y no volvieron a aparecer más, fumaban drogas como marhuana, pasta básica de cocaina y otras sustancias tóxicas que les traían los familiares el día domingo de visita, lo cual, según mis creencias y convicciones, hacían daño y truncaban la existencia para toda la vida, haciéndote esclavo y quitándote las fuerzas para desenvolverte con total normalidad en las actividades castrenses. Prueba de ello es que a varios les faltaba la respiración para hacer planchas, marchar, ponerse en chinches, ranear, hacer canguros, polichilenas, desplazarse con apoyo a la derecha e izquierda, ir a cortar leña, botar la basura, recoger hojas, sacar la mala hierba, limpiar el baño de técnicos y suboficiales o las duchas de los oficiales en el Estado Mayor, donde vivían el Capitán Christian Sánchez de la Compañía Comando, quien me dijo, llegado un momento, que yo había demostrado ser muy capaz y a quien serví de furriel; el Capitán ArmeStar de la Compañía A, la compañía de las águilas, a quien se le había salido un hueso de la palma del pie, que iba y venía del Policlínico Militar y que tenía una empresa vinicola; el Capitán Miguel Morán de la Compañía B, quien me hizo hacer una plana para que me memorizaba su nombre al golpe; el Capitán Zamorano de la Compañía C, quien daba un puñete en la garganta a los sargentos, cabos y soldados cuando ellos no realizaban lo encomendado; el Capitán Nuñez de la compañía D, a quien ayude a hacer su presentación en Power Point cuando se había puesto corcho y no podía resolver un dilema en la computadora; el Capitán Matos de la Compañía E, quien decía que siempre es bueno tener amigos de toda clase para después llamarlos para que hagan un trabajo de liquidar al inmundo especimen y/o piltrafa que los mansilló y desgració y que fue reemplazado tiempo después por el suboficial EP Romero Pari Edwin y más adelante por el técnico EP Ilaquita Flórez Alfonso; y/o hacer un mantenimiento exhaustivo en el almacén y tópico del Policlínico del Fuerte Rimac, el cual era dirigido por la Mayor EP Tatiana Peña, quien tenía un esposo que también era militar y que decía que amaba tanto al ejército que consideraba que su sangre era verde olivo, lo cual me identificó en demasía, pues mi abuelo había sido un militar en el servicio de sanidad, dedicado a la cirugía dental, egresado de la Universidad Mayor de San Marcos que siempre andaba adelante y glorioso. Tal es así que un día el Capitán de Caballería EP Taboada Ruiz le gritó a un reemplazo de baja estatura que se ahogaba en plena instrucción militar, diciéndole que eso le pasaba por las porquerías que consumía, pues la costumbre de consumir droga hacía que el cuerpo le pidiera más, lo cual lo imposiblitaba para seguir con el entrenamiento que cada día era mucho más fuerte, pues Taboada venía de un momento a otro y decía “terminen de lavar sus prendas para que después pónganse short y polo negro que vamos a salir a correr afuera del cuartel por las calles del Rímac” o “alistense porque vamos a ir a la Antigua Escuela de Comandos para subir el cerro” o “al golpe para ir a la Pista de Combate para que suban obstáculos, se arrastren bajo la enredadera, hagan abdominales, coman tierra si no cumplen lo establecido, salten pozos vacíos, hondos y profundos, se lancen desde lo alto a la arena, etc”. Taboada me decía que yo tenía mis altos y mis bajos, que a veces lo llegaba a sorprender con las habilidades que tenía y las cosas que podía hacer. Taboada también me enseñó a lavar mi ropa, porque yo tenía acostumbrado mandar el uniforme, el buzo y hasta la ropa de cama a que se lave en la lavadora de la casa. De igual modo, me dijo la forma cómo debía lavar la gamela para que esté totalmente limpia para cada rancho y, por supuesto, para pasar revista antes de hacer cola. En esa revista tenía que tener cubiertos, servilleta, tazones y vaso para el refresco. Después de partirle la cabeza con una gamela de fierro a un charapa antipatiquísimo que ya me tenía hasta el copete, que se creía muy superior a los sargentos por el solo hecho de haber patrullado en el VRAEM (zona donde hay terrorismo), que había engañado al ejército sirviendo varias veces y que, tiempo después, abandono el cuartel al ser advertido por el técnico Martinez que el hecho de servir varias veces en el ejército ameritaba un juicio en el Tribunal de Justicia Militar, pues sólo se podía y puede servir siempre y cuando uno se reenganche, estando con el grado de cabo, sargento 2° y sargento 1°; y, luego de diseñarle su letrero con letras grandes, a mano y pulso, con plumón negro y cartulina blanca al Capitán de Caballería EP, Taboada Ruiz, Carlos Manuel para que realice una de las tantas ponencias sobre el uso de las fals y otros procedimientos pertinentes en la explanada de la Región Militar del Centro, me fui a pie pasando Ancash, Chimbote, Chiclayo, Trujillo, la cuna y tierra del aprismo y de Víctor Raúl Haya de la Torre, ex-presidente del Congreso Constituyente de 1979, donde me di el lujo y el atrevimiento de conquistarla, dejando en claro que no todo el norte es aprista y donde mi tío Federico Paredes, hermano de mi mamá, me embarcó sin éxito en el bus para que me fuera de regreso a Lima, pues yo me bajé del bus, quedándome con todo el dinero, el cual me serviría para continuar mi viaje hasta Zarumilla, tierra heroica, desde donde me enfrenté, en tono desafiante, vía Twitter, evocando al jinete ancashino Luis Pardo, la Luz del Sur, de la tierra de mi abuelo, a Gregorio Santos, un alcalde corrupto de Cajamarca que entorpecía el gobierno de Ollanta Humala, quien en ese momento por el momento se había distanciado de Hugo Chávez y de todo lo malo que el chavismo representaba. Regresé al cuartel del Rimac en Lima desde Papayal, la frontera con Ecuador, acompañado de un capitán, quien fue alumno de Turin y que impedía por todos los medios que me escapara victorioso una vez más, y me quedé consignado y acuartelado un mes sin salir de visita y de paseo en una pequeña cuadra, muy parecida a una casita, la cual servía de almacén para los oficiales y alumnos del Colegio Militar Leoncio Prado, el cual tenía sillas antiquísimas labradas con detalle, muebles, colchonetas, sillones -los cuales servían para el entrenamiento de los niños- cerca del Departamento de Inteligencia del Batallón, donde también pernoctaban el sargento Henrry Herrera Góngora y el cabo Tintaya, quien se había atrevido a levantarle la mano y ponerlo como camote y en su lugar, como Dios manda, con un sillazo de fierro pesado al sobrino del comandante, a quien le gustaba humillar y que terminó desertándose, ambos originarios del Cusco, ombligo del mundo. Henrry ya había servido en Quillabamba, patrullando en la zona del VRAEM, donde los verdaderos militares con cojones y agallas les rompían el culo a los terroristas sacándoles toda la maligna sangre que hervía por sus putrefactas venas. En plena operación militar, Henrry Herrera fue evacuado en un helicoptero, llegando así a salvar su vida. Es recién tiempo después que el cusqueño ágil, contextura media y mediana estatura sirve nuevamente en el ejército, llegándose a ganar la confianza del General EP Raymundo Florez Cárdenas, quien le delegó un trabajo conjunto con el Sub Oficial Aguilar en materia de Inteligencia. Debido a ello, vestía ropa civil, tenía el pelo crecido y salía a deshoras del cuartel, la mayoría de veces para ponerse a disposición de las distintas tareas y otras veces para encontrarse con el amor de su vida, una modesta y noble profesora, quien más tarde le daría su primogénito. En esa pequeña casita, rodeada de jardines, habían dos almas en pena: una madre que gritaba, con ansiedad y mucho sufrimiento, y un bebé recién nacido que lloraba, tal vez porque en su corta vida no le habían dado de lactar o porque necesitaba esa presencia maternal sublime que toda persona desde que nace necesita. El sargento Henrry Herrera Góngora trabajaba en Inteligencia del Ejército (G2), el cabo Tintaya hacía guardia en la Región Militar del Centro (dentro del cuartel) y en la portada guía y yo era la Imaginaria que casi todas las noches velaba los sueños de los sargentos, cabos, soldados y reemplazos que dormían en la Cuadra Central, donde en los torreones se aparecían almas en pena, quienes en el pasado habían sido reos condenados por la Fuerza Armada y valientes vigías o vigilantes que se encargaban de custodiarlos. Estas almas se paseaban en la madrugada haciendo un recorrido por Operaciones Antárticas, el S3 del Mayor EP Palomino, quien nos llamaba bajo los nombres de perro triste, perro gordo, perro ojón y que era padre de familia que les exigía a sus hijos tomar extracto de verduras en vez de comida chatarra y pollo a la brasa, la cuadra de los técnicos y suboficiales – donde estaban Carhuatanta Asturay Vicente, quien un día le dijo en voz alta delante de toda la tropa al Capitán de Artillería EP Christian Sánchez de la Compañía Comando que él solamente pensaba en sus intereses, pues no se preocupaba de que las cañerías del batallón abastecieran de agua a los oficiales, técnicos, suboficiales, sargentos, cabos, soldados y reemplazos; Romero Pari Edwin, quien un día desobedeció las órdenes del Comandante Turin al momento de hacer el parte médico a un cabo que se había accidentado y fue gracias al parte del SubOficial 1° EP Romero, le metieron la rata al Comandante Turin, quien exigía al suboficial mentir y que por tanto tuvo que quedarse consignado en el cuartel sin poder ir a la villa militar para ver a su hija, alumna de secundaria del Colegio Bonifaz, y al pequeño Turin; Gonzales Manuyama William, quien era un técnico de tercera que se encargaba de la compañía A, Zamata, quien era el mecánico que arreglaba los LA, que paseaba en su moto y que manejaba el camión que botaba la basura; el técnico EP Calongos, quien era originario de la selva y que estaba encargado de la compañía D; Chacón García Mario, quien le decía “Chaconcito” al sargento Chávez Gamboa Johnny; Fernandez Roque, quien lleva el mismo nombre de mi amigo Roque del Reino de la Roca de Vergallo que vive en la tierra Irinea con Irina, una mujer de hermosos iris, y quien me enseño que “el comando nunca se deja morir”; Crisol Cajachahua Victor, quien lleva el mismo nombre del caballo de mi amigo, el caballero Rick Thorne de Terraquia, a quien le gusta la algarrobina, y quien además decía a la compañía A que Cajachahua es distinto a que el negro te lo encaje; Guzmán Decena Ricardo, quien se encargaba de hacer el apostolado en el batallón, que decía a todo el personal de tropa que cada día se acercaba más a Dios que le había dicho al Comandante Turin para construir una iglesia exactamente donde queda el galpón, lugar donde pasé mi reclutada y quien era el que verificaba si lo estaban escuchando o no con la frase “me están escuchando ¿no?; Trillo Candia David, quien decía a la tropa “Ojo mierda” cuando se portaba mal; Machaca Ramos Arnaldo, quien aplicaba “globos de a kilo” haciéndole inflar la mejilla al soldado al canto de “globo mierda globo”; Bayona, a quien le decía “to infinity and beyond” y quien tenía un soldado homónimo con su mismo apellido; Barrios, quien decía “Muere mierda” a quien estornudaba; Florez Ilaquita Alfonso, quien estaba encargado de la instrucción de tropa; Vilchez Machari Edgar, quien era el encargado de la instrucción en la cuadra de reemplazos; Lazo, quien se encargaba del almacén de armamentos, lleno de fals viejas del gobierno de Velasco y quien, intrépidamente, usando una soga colgada al árbol se trepaba para subirlo, el Técnico 3° Martinez, quien un día hizo que le metieran la rata a un Técnico Jefe que no se le dio la reverenda gana de identificarse en la garita de control de la Región Militar del Centro simple y llanamente porque era Técnico Jefe, lo cual a Martinez no le importó, así sea la divina pomada, para ponerlo a disciplina y notificarlo en las oficinas de la región para después vanagloriarse y contar la hazaña de cómo le puso su estate quieto a un técnico jefe de quinta, y Ñiquen Javier, a quien hice que le metieran la rata por no pagarme el real costo del celular que le vendí y que terminó trasladándose a otro Batallón Policía Militar que estaba al costado del Batallón de Abastecimiento, quien nos proporcionaba los costales de pan para que desayunara la tropa a las 5:00 am, la cuadra de los tenientes Yengle Andonayre, encargado de los reemplazos; Rojas Chuquipion, quien fuera destacado al VRAEM llevándose mi cámara para que luego yo propiciara que también le metieran la rata; Borrero, quien se encargó de la compañía D y a quien le ayudé a arreglar su armario para que pasara revista en óptimas condiciones durante la inspección del mes de abril para que al final me regalara un polo del VRAEM y un par de medias verdes para pasar mi reclutada; y, Piñan, homonimo del soldado Piñan, teniente que se encargó durante un tiempo de la compañía B y del rancho de tropa, donde estaba Bautista, quien iba y venía de su servicio en el cuartel. Estos últimos tenientes estaban a cargo de las compañías, mientras que algunos capitanes se fueron a tomar un curso para estar preparados para ascender. ¿Qué es meter la rata en el Ejército Peruano? Es darte pingamicina de 500 miligramos si es que no cumples con tus sagrados deberes que tienes que cumplir a imagen y semejanza de Bolognesi, patrono del Ejército Peruano. Tenía la costumbre de dormir un tanto en mi guardia de la Imaginaria; pero, no se daban cuenta que estaba dormido porque dormía con los ojos abiertos. Tal es así que me gané el apelativo de Búho. Entonces me conseguí una polaca militar del almacén y también me empezaron a decir el Capataz, principalmente el cabo Tamayo, a quien fastidiaba diciéndole a carcajadas, con sorna y con acento argentino “Tamachio” para que después él me persiguiera por todo el cuartel sin poderme pegar ni una sola vez.







Todos los militares de jerarquía aspiraban a ascender. Tanto las cabezas principales del cuartel como Villasis, encargado del Colegio Militar Leoncio Prado instalado en el Fuerte del Rimac, y Turin, encargado del Batallón Policía Militar. Villasis, quien era tan noble como San Francisco de Asis, ascendió a coronel y Turin, enigmático como el manto de Turin, no lo logró.





Más adelante, llegó un agregado militar que venía de Haiti, lo cual generó expectativa y curiosidad. Los militares de alta jerarquía de la Región Militar del Centro, entre ellos Turin, le preguntaron si es que sabía bien la práctica del budu haitiano. El haitiano les dijo que sí. Es entonces que a los militares se les ocurre aplicar el budu en sus planes estratégicos de ataque en las distintas armas y servicios del ejército. Algunos dudaron que lo que se pensaba no iba a resultar y que podía terminar mal, otros querían esperar a ver resultados inmediatos, otros dijeron que había capacitar a la tropa y la mayoría dijo trabajemos de inmediato en el proyecto.
Para ello, el haitiano preparó videotutoriales en YouTube, los cuales fueron vistos por los militares y toda la tropa y puestos en práctica por los soldados, cabos y sargentos. Esto se empezó a salir poco a poco de control porque varios miembros de la tropa mezclaban el budu con las drogas. Asimismo, los cabos averiguaban mediante el budu la clave de la cuenta de ahorros de los soldados y les quitaban todo su dinero. Esto mismo hacían los sargentos segundos con los sargentos primeros. Además, la tropa empezó a intentar hacer budu con los capitanes de compañía, técnicos y suboficiales, quienes no se dejaron porque detectaban de inmediato las intenciones y maniobras. Yo, en ese momento, no participé del “curso” porque entré a desempeñarme como plantón de la Parroquia de la Región Militar del Centro. Y desde ese momento me encargue de la limpieza, la jardinería y la alimentación del Papagayo que estaba en el frondoso árbol del frontis del templo. Todos los días me levantaba mucho más antes que la tropa para alistarme para ir a la parroquia. Tal es así que el suboficial 1° EP Carhuatanta Asturay, Vicente me decía que después del parte de la diana me tocaba ir; pero, cuando él estaba ausente por no tocarle turno de guardia, yo muy tranquilo y campantemente me iba desde muy temprano para hacer mi labor con mucha más anticipación. El jardín estaba descuidado, así que tuve que darle forma, diseñarlo y recortarlo a la vez que le sacaba la cizaña y toda la mala hierba que pudiera existir. De igual modo, me encargaba de prender las velas en las efigies de Jesucristo, la Virgen María y los santos. Y también le daba de comer su galleta al pajarraco rojo, al cual de vez en cuando le quitaba la galleta para comermela y después presumirle con sorna y burla. Además, recolectaba la basura, la cual la ponía en un gran cilindro, el cual cargaba para llevarlo a la parte de atrás para quemarlo. Es en una de esas idas y venidas de cargar la basura que unos destacados desadaptados del Club de la Región se treparon el muro que conecta el club con la parroquia y le prendieron fuego a la gran cantidad de basura que había allí. Tanto era el fuego que muchos de la Comandancia de la Región Militar del Centro se asustaron y temieron que esas llamas alcanzaran al templo. Yo, por mi parte, como iglesia de Dios, porque todos somos iglesia según el Catecismo Católico, agarre la manguera, y con el agua que brotaba, logré apagar el incendio. Tanto el cura como los militares y parroquianos se apaciguaron. Pero, eso no fue suficiente para que, llegando al cuartel Comandante Espinar, el Comandante EP Turin de la Peña, Héctor me dijera que el General Florez Cárdenas había ordenado que ya no fuera monaguillo. En otras palabras, me dijo que ya no iba hacer plantón Papagayo porque creían que yo había fumado droga y el pitillo encendido lo había echado a la basura generándose así algo dantesco. Enseguida me defendí y le dije que no había tenido la culpa, pues los causantes habían sido los soldados drogadictos que trabajan en Country Club del fuerte Hoyos. Es ahí que me tuve que resignar y dar un paso al costado.

A la mañana siguiente, como si fueran monjas de un convento, el Comandante Turin le preguntó a los capitanes, técnicos y suboficiales qué podían hacer conmigo. El Capitán de la Compañía Comando, EP Sánchez Donayre, Christian levantó la mano y pidió que yo sea su furriel. Luego de eso me fui a ser el furriel del Mayor EP Palomino Villcas, David en el Estado Mayor (S3). Estando con el Mayor, nos dimos cuenta que la biblioteca del Batallón estaba completamente desordenada, que necesitaba una limpieza previa para luego hacer un exhaustivo registro de todos los libros, a los cuales les faltaba forro, membrete y renovar las cintas adhesivas ya desgastadas por el abandono y precaria situación. Para ello, de mi bolsillo saqué y fui a la librería del Colegio Militar Leoncio Prado y compré vinilo (o vinifan), cinta adhesiva, cuadernillo de hojas, líquido corrector y un lápicero. Con esos materiales me puse a trabajar luego de tumbar todos los libros al piso para luego enumerarlos. Estos libros, al igual que las fals, databan de la época de la Revolución Peruana, es decir, que eran libros viejos que se habían editado en la época del General Velasco en la Oficina de Imprenta del Ejército (OIE), la cual está actualmente cerrada por la inacción de las cabezas máximas y de los gobiernos presidenciales de turno. El material bibliográfico comprendía manuales, directivas y tomos dedicados a la historia del Perú, principalmente la Guerra del Pacífico. Mientras que realizaba las bitácoras y compilación de la literatura almacenada allí, en los ratos libres el reemplazo García, los semanas de la compañía y yo veíamos películas porno y nos reíamos a carcajadas cuando la hacían gozar y parir a la forajida, visitadora, charlie y/o mesalina que realizaba los actos amatorios. En cuanto se sentía que se acercaban los pasos del viejo bonachón y cascarrabias de Martinez, a quien se le robaba la fruta de la proveeduría llena de carnes, huevos, verduras y dichas frutas, la cual quedaba cerca de la cantina, la peluquería, la carpintería y el electricista, los cuales eran servicios del Colegio Militar Leoncio Prado, de los cuales se beneficiaban toda la tropa y, por supuesto, que los militares. Tal es así que Papa Turin iba a comerle sus ricas lonjas y tomarle su empalagoso juego a la señora que atendía dicho casino. Se acercaba el noble vejete que era un vacilón y, enseguida, cerrábamos el video y continuabamos haciendo el parte nocturno. Al finalizar mi tarea, el Mayor quedó muy agradecido y complacido con el inventario. Por mi parte, simplemente, observaba cómo se desarrollaba la situación mientras que cumplía a cabalidad mi labor.
Una noche, en plena madrugada, le tocó hacer imaginaria al soldado Sánchez, quien recién había pasado de la cuadra de reemplazos a una compañía. El soldado se acercó a mi camarote y me dijo que veía sombras y figuras de luz de gente caminando. Yo le dije que “no debemos tener miedo porque vivimos en las manos de Dios” (frase de la Madre Teresa de Calcuta). Luego me di cuenta junto con el soldado que la compañía B tenía la luz prendida y en una de las camas estaba el último cabo, quien ascendió a sargento como por arte de magia y que en ese momento se estaba drogando y toda su pestilencia se olía por el pasillo. Después de esto, me tocó el turno de hacer imaginaria y entonces tuve que quedarme solo y a oscuras; pero, iluminado por la luz de la luna. A los siguientes días, el soldado Sánchez le dice al suboficial de su compañía que su libreta de ahorros estaba vacía. Es entonces que el suboficial le contesta que tenga cuidado con el diablo, pues este come candela. Y ese mismo discurso se lo repite a los soldados y reemplazos.
Muchos soldados resultan heridos y lastimados por el budu, otros terminan enfermos y desquiciados. Es entonces que no queda otra alternativa y tomar medidas drásticas, pues, si la tropa estaba siendo dañada, los siguientes perjudicados eran los reemplazos quienes tenían poco tiempo en el servicio militar. Y, de igual modo, estaba, entre las prioridades, garantizar y salvaguardar la vida de los alumnos del Colegio Militar Leoncio Prado, el cual funcionaba en el cuartel, mientras se terminaba de construir una nueva y moderna sede con mejor infraestructura.

Es entonces que una noche, estando de guardia en la portada guía Tintaya y Henry Herrera Góngora en una salida de inteligencia nocturna, se me aparece un ángel, un querubín y un extraterrestre holográfico, quienes me dicen que me van a destacar a Iquitos para que después el capitán Matos me maté, pues yo interfería en los planes de la entonces presidenta Nadine Heredia, a quien no se le ocurrió mejor idea de mandarme a Iquitos porque Iquitos significaba para el gobierno “i quito S” que en español es “Yo quito Super” y que mejor que Matos para que se encargue, pues el nombre significa “Mato S”. Aparte que ya había corrido la voz que yo a fines del año 2006 me fui solo hasta Pucallpa, perseguido por las huestes corruptas del alcalde Francis Allison, quien sería ministro de Alan García. En ese tiempo, un cura en Pucallpa me santiguó y me dio dinero para poderme regresar a mi casa. Pero, bueno, continuando con el relato, el angel, el querubin y el extraterrestre holográfico no sólo me dijeron eso de huir para salvar mi vida, sino que también me hablaron de una profecía que se cumpliría en unos pocos meses, la cual se trataba de que Benedicto XVI, el pastor alemán iba a abdicar o renunciar y un Papa argentino lo iba a suceder, pues era la Vox Populum como lo dice en la catedral de Buenos Aires porque Dios escuchó la voz del pueblo y vio que ese cambio era, es y será bueno. Es entonces que los tres desaparecen: el extraterrestre se pierde entre las nubes, el ángel se desvanece y, enseguida, la alma en pena de la mujer empieza de nuevo a gritar en la pequeña cuadra; y, el querubín se va corriendo con dirección a las cuadras de los cadetes del colegio Leoncio Prado y, de inmediato, empieza a llorar el alma en pena del recién nacido de la misma pequeña cuadra. Entré a dormir solo, teniendo que soportar los sonidos escandalosos de las voces del más allá. Más tarde, luego de darme un baño en las duchas de la cuadra de técnicos y suboficiales, me fui a hacer guardia en la Puerta de Vehículos N° 8 (PV8), la entrada que da a la pista de combate de la Antigua Escuela de Comandos y el camino que lleva al cerro verde, a la casa de los dioses del Ejército Peruano, donde se hacen prácticas de tiro con fals (armamento belga que se compró en el gobierno de Juan Velazco Alvarado). Estuve haciendo mi guardia hasta que el ranchero, el sargento 2° Castillo, entra al PV8, donde en una porción de tierra se había puesto leña y fuego para preparar las ollas de comida para todo el batallón. Y, de repente, Canela, un perra negra grande y pesada le empieza a gruñir y morder a mi sargento, quien entra en pánico y empieza a gritar de desesperación y dolor, pidiendo mi ayuda. Yo, enseguida, sin pensarlo dos veces, me pongo a pelear con el perro, con el uniforme y sin nada de protección, y, al mismo tiempo, con una mano agarro al sargento y lo saco de allí. El perro nos sigue y salta enardecido; pero, ya no puede hacerle daño a mi superior, pues él ya está a salvo. Aún así el perro sigue molestando. Es entonces que entra el capitán Zamorano, quien agarra un rollo de piel del cuello del perro y lo encierra en el almacén de armamentos. Luego de ese instante, el capitán dice al personal militar que se encontraba en la zona que ese perro está poseído por malos espíritus y hay que sacrificarlo. Al sargento se lo llevan al Hospital Militar Central (HMC) para que lo atienda un médico.



Al día siguiente, el general Raymundo Florez lleva a cabo una misa de salud para todo el fuerte Hoyos.

Cuando estaba haciendo Plantón Comedor y, a su vez, viendo y escuchando por televisión al excelentísimo señor Ollanta Humala, quien ya para ese entonces no era presidente, me llamó la atención un extracto de lo que se podría considerar uno de sus últimos mensajes, sabiendo que su mujer estaba en el poder decidiendo todo. El extracto del mensaje lo comparto a continuación:



Es entonces que, por medio de este mensaje y gracias a la visita de los tres seres una noche anterior, yo ya sabía lo que tenía que hacer. Obvio que no me iba a correr y cabrear.
Es así como se decide sacar afuera del cuartel, a las 4:30 am a los reemplazos de los batallones y cadetes en filas ordenadas y silenciosas; mientras, los demás estaban durmiendo sin ninguna novedad hasta el momento en el parte. Para que las personas del fuerte y la villa militar no se den cuenta que entre los cadetes había reemplazos se les uniformó a todos con alguna prenda que distinga tanto a la institución educativa como al personal militar que prestaba servicio. Hay que resaltar en esta aventura épica la actuación de un niño, quien no escribía novelas como “El Héroe Chavista” ni era dienton como un cazador que perseguía conejos, pero que era todo un santo. Su nombre es el Cadete leonciopradino Santillán, quien recordó las palabras que Leoncio le escribió a su padre Mariano Ignacio Prado en Colombia (“Estoy herido y prisionero y hoy a las ocho y media debo ser fusilado por el delito de haber defendido a mi Patria) a lo que yo le contesté parafraseando las palabras de Andrés Avelino Cáceres en Tarapacá (“Nosotros somos el Perú herido; pero, no vencido”) y es así cómo no se amilanó para guiar a todos y cada uno de los cadetes del Colegio Militar Leoncio Prado hasta la salida. Es así cómo el Observador y el Pequeño Gran Hombre salvaron cientos de vidas dando una gloria más a la institución castrense que se inmortalizó en 2 de Mayo. Y es en este preciso momento que la Fuerza Aérea del Perú (FAP) ya tiene decidido dejar caer una gran bomba desde el aire con dirección al cuartel para eliminar a todos los que estaban malogrados y sin ninguna alternativa de solución para, de esta manera, evitar que seres más inocentes se lleguen a corromper usando el budu como forma de vida.

De esta huida, el suboficial de tercera Vilchez Machari, Edgar tiene fotos que tomó para la posteridad, lo cual no me agradó porque para mi no era momento de juego, sino una situación crítica en la que se debía de actuar con disciplina, honor y lealtad, la cual es la clave de la excelencia de la Región Militar del Centro.
Actualmente, y este es la prueba más fidedigna, el cuartel Comandante Espinar y sus alrededores están completamente destruidos. Y en su lugar existe solamente un terreno baldío y seco. Cabe añadir que una vez más la Comandancia de la Región Militar del Centro prometió que iba a construir un gran instituto de educación técnica para que el personal de tropa salga con un título técnico bajo el brazo. Penosamente, esto a cabalidad no se ha cumplido hasta ahora. Y todos ustedes, queridos amigos de las redes sociales, lo pueden comprobar.
Desde ese momento, lo que funcionaba en el cuartel Espinar se traslada al 2 de Mayo, en donde también funciona el BTQ, ingeniería y comunicantes.
Paralelamente, los videotutoriales de budu, colgados en YouTube, llegaron a manos de la Primera Dama de la Nación, Nadine Heredia, quien no tardó en ponerse a practicar los trucos. Luego de esto, le hizo budu a su esposo, el Presidente Ollanta Humala dejándolo como un guiñapo. Ante esta situación, la Primera Dama Nadine Heredia da un mensaje a la nación, en el que anuncia que, viendo la incapacidad de su esposo, decide gobernar el país y ordena que en su gobierno los militares usen la cristina como símbolo de su mandato. Al mismo tiempo, empieza una relación lésbica con Carolina Trivelli, su ministra, y sus asistentes mujeres, haciéndolo a Ollanta a un lado. Y de igual modo, da su permiso para que se legalice el matrimonio homosexual, a lo que la minoría se alegra y la mayoría se opone por la injusta infidelidad cometida en contra de Ollanta. De este modo, tenemos la primera presidenta mujer en el Perú, quien, a su vez, es también homosexual.
Luego, Nadine Heredia va más lejos sin importarle absolutamente nada y le quita el asiento a Ollanta Humala Tasso en la importante Misa Te Deum que se celebra cada año.
Después, como a Nadine Heredia le resultaba fastidioso y antipático manejar a Ollanta Humala, delega a un General cabreado que lo titeretee y lo maneje como crea conveniente. Y es que, para Nadine Heredia, Ollanta Humala le resulta un estorbo. Conforme pasa el tiempo y debido a sus actitudes, gestos, manías y antojos, Nadine Heredia Alarcón finalmente se gana el título de Natural Hechicera de América (NHA) por hacerle daño a un Omnipotente Hijo del Tahuantinsuyo (OHT). De igual modo, los pobladores del interior del país creen, piensan y comentan que el drama Ollantay se vuelve a repetir; pero, esta vez dando paso a otra versión. Porque Cusi Coyllur, la tierna y amorosa princesa inca no se va a asemejar con la ruindad y perversión de Nadine Heredia.
Después de esto, la situación empeora más. Tanto los militares alternos y subalternos se quejan de que sus sueldos se reducen o desaparecen de un momento a otro de sus cuentas. Es entonces que los militares se ven obligados a exigir que, de ahora en adelante, sus sueldos se depositen en cuentas de ahorros con huella digital. Y esto no queda aquí, pues muy pronto los videotutoriales son vistos y utilizados por la gente de Lima, principalmente por los Bufandas y los Chalinas, a quienes se les ocurre hacer budu a sus seres más cercanos para también quitarles el dinero. Cabe recalcar que la huella digital fracasa porque los delincuentes empiezan a cortar los dedos de las personas. Y es entonces que se piensa en la huella ocular u otra que sea mucho más segura.
La situación llega al extremo y entonces los Bufandas y los Chalinas, al ver que se les acababa el dinero de tanto robar la información bancaria y crediticia de sus víctimas más ingenuas, piensan en algo para llenarse nuevamente de dinero e incrementar sus ganancias y se les ocurre poner calenjos a los niños y adolescentes con síndromes, quienes no tenían culpa alguna, robotizarlos sin importar el degeneramiento de su vida y comportamiento y lanzar una campaña, acuñando el concepto de “mamás geek”. De esta manera, para la Navidad de ese año, los Bufandas y los Chalinas de todo Lima se pusieron de acuerdo para efectuar la trata indiscriminada de esas personas para convertirlas en juguetes que se pueden llevar de un lado para otro. Muchas personas creyeron en la novedad y empezaron a negociar el precio para llevarse a casa un chico con síndrome para manejarlo al antojo y titeretearlo como se diera la gana. Las organizaciones mundiales y las ONGs no se pronunciaron con respecto a este tema ni siquiera movieron un dedo para impedir y detener la compra y venta de estos seres inocentes porque la idea de negocio ya se había copiado en otros varios países y estaba generando que la crisis desapareciera y viniera una época de bonanza a costa del sufrimiento de muchos.

Mamás Geeks, el futuro de la trata de personas convirtiendo en gadgets a muchachos con distintos síndromes usando los calenjos del budu para robotizarlos, titeretearlos, manejarlos al antojo de la persona, leerles la mente y buscar cualquier pretexto, razón de ser, habilidad y talento para explotarlos de manera abusiva y luego dejarlos abandonados en la calle cuando no sirvan ni rindan más.
El paso siguiente era esperar, el martes de la semana que viene, a que mi abuela me recoja. Como no venía, el Capitán EP ArmeStar junto con el Técnico EP Guzmán Decena, Ricardo, quien repetía a cada rato como disco rayado “Me están escuchando ¿no?” cuando hacía apostolado a la tropa reunida en el Galpón, me llevaron al Hospital Militar Central, en el cual, inexplicablemente, por casualidades del destino y con un poquito de magia, no me llegaron a aceptar. Después de esto, el también empresario vinicola ArmeStar junto con Guzmán hicieron que me suba al carro. En el trayecto, cuando estábamos con el carro en marcha en plena avenida, yo le quito mi maletín al Técnico, quien se va para atrás, abro la puerta y salgo disparado corriendo como alma que lleva esta vez Dios. Mientras que ArmeStar y Guzmán decían se escapó Romero y trataban de parar el carro; pero, toda la ruma de buses y taxis los atarantaban, sin importar que sean militares, pues hay que recordar, según la instrucción dada a los perros y zorros del ejército peruano, que los militares no mandan en la vía pública, así sean policías militares. Puede venir un personal de la Policía Nacional y ponerlo en fa al Policía Militar. Corrí, corrí, corrí hasta llegar a la Plaza Bolognesi, patrono del ejército, al cual le hice una pequeña y breve reverencia para después seguir corriendo embalado. Luego de esto, con la ropa civil puesta y sin equipaje, salgo caminando rumbo al sur. Primero voy a Chaviña en Apurimac, luego voy a Curahuasi, donde se toma mucho el mate. Paso la noche en una colchoneta de la comisaría de la localidad. Tomo desayuno con los policías. Después de esto, salgo al cerro San Cristobal para bajar todo el cerro y dirigirme a la ciudad imperial del Cusco. En el camino, me detengo en una casa en construcción y me ofrecen un plato típico de la zona. Estaba rico; pero, la señora empieza a hablar en quechua sobre “Vengaram” y es ahí que entiendo que los nacionalistas del sur del Perú no van a perdonar el daño que le hizo Nadine Heredia a Ollanta Humala. Acto seguido, me retiro y sigo caminando hasta Pativilca, donde están ofreciendo sopas calientes; pero, la gente amarrada al gobierno, que estaba ahí, piensa que la misma sopa está envenenada. Así que no la toman y buscan un modo para deshacerse de la sopa. La lugareña me ofrece un plato de sopa; pero, le digo que no, gracias. Sigo mi camino y atravieso a pie un sendero estrecho que tienen dos paredes rocosas. Me lavo en el riachuelo que pasaba por ahí y sigo caminando. Llego a un caserío y me dicen “espera en la pera” de cemento. Como no viene nadie, ni siquiera un carro, sigo caminando y empiezo a subir otro cerro que queda más cerca al Cusco. Se hace de noche, un granjero, que aparece de la nada, en medio de la oscuridad, me proporciona en la pista una casaca para el frío y, luego, me echo a dormir en un establo, donde hay animales, los cuales después de una hora me delatan emitiendo sonidos onomatopéyicos hasta que sale una campesina con su anciano padre, quienes me dan a comer mote y mate recién preparado a fuego lento. Luego de comer, me echo en un colchón de la casa a descansar cerca del horno del establo hasta que amanece para poder seguir mi camino. Cuatro casas más arriba, me acerco a una cabaña y la señora, muy gentilmente, me regala un vaso de leche y pan para el camino. Subo las laderas del cerro, allí un abuelo y su nieto me regalan un polo con los colores azul, blanco y rojo, pues el otro que tenía puesto lo tire cuando me bañé en un caño del cerro; y, minutos después me subo a un viejo bus provincial que me lleva hasta el Cusco, en donde voy hasta el cuartel Pachacutec, donde sale una sargento de apellido Granda. Hago acto de presencia y me retiro. Paseo por las calles del Cusco y me encuentro con mi tío Ricardo y su esposa, quienes me llevan a comer algo en un restaurant. Luego, de eso, me da 50 soles para que me regrese a la casa en Lima; pero, en cuanto él se va, me voy a Juliaca. En Juliaca entro a un baño público de un restaurant y resulta que no tengo pantalón que ponerme, pues este ya estaba demasiado cochino. Así que los paisanos del local me regalan un pantalón de lana azul. Entro a una cabina de internet y desde esa cabina comunico que al presidente Ollanta Humala le están haciendo tanto daño que lo han desaparecido. Nuevamente regreso al Cusco y compro una manta roja con un león en el diseño.
Luego, me voy a Juliaca de nuevo y es ahí que decido ir a visitar a mi amigo Rodolfo Luna, un sodalite que se encargaba de una parroquia y su colegio en Ayaviri. Me voy a la casa sodalite y no está. Me voy al colegio y tampoco está. Es entonces que salgo de Ayaviri y me voy a la estación de buses, donde, en horas de la tarde para la noche, salía por televisión el presidente Barack Obama, quien prometía que de todas maneras legalizaba a los indocumentados y les ofrecía el oro y el moro a los votantes con tal de atornillarse un periodo más en el poder. Lo tuve que escuchar porque no había otra cosa que ver, siempre acompañando el plato de comida que muy gentilmente me habían servido gratis. En los comerciales salía anunciando muy pronto la película “Superman, The Man of Steel”, donde un trailer botaba al tacho de basura la belleza musical de John Williams, donde a Lois Lane la hacían rubia y pecosa en vez de castaña y en donde se abandonan todos los rasgos característicos que hicieron único al superhéroe de acción muy bien generado por el legendario Christopher Reeve. Bueno, después de ver Superman muy distinto al del siglo XX y saborear una apetecible comida, me fui a esperar hasta la noche un bus que me lleve a la capital de Puno.
A eso de las 11:00 pm. llega un bus con un búfalo pintado y de ese bus bajaba un hombre con cara de pocos amigos, vestido de negro y con intención de hacer algo inescrupuloso. Es entonces que me arremango el pantalón de lana haciéndolo un short y, al mismo tiempo, agarro el cobertor rojo con el león pintado; y, empiezo enseguida a rezar letanías a la Virgen y a Jesús haciendo un círculo. Rápidamente, ese círculo lo hago grande, abarcando a la poca gente que había allí y lo lleno de una grande y limpia aura espiritual llena de magnetismo sano. El hombre quería entrar al círculo invisible para poder intervenir a su antojo e imponer su maldad; pero, por más que lo intentaba, no podía. Más bien, ese malvado hombre tenía que salir de la estación, pues esa aura hacía que la maldad se revirtiera. De pronto, apareció otro fulano, quien también por más que intentaba entrar al círculo, no lo lograba. Durante la primera parte de la madrugada, estuve rezando letanías a cada segundo hasta que la presencia maligna se fugó en un bus, el cual desapareció en lo oscuro de la carretera sin alumbrado público.

Bethlehem, el rosario con el que recé las letanias a Dios durante la madrugada para que me defendiera de las fuerzas malignas. Cada pareja de la familia tiene dos rosarios que están colgados en la cabecera de la cama.

A la mañana siguiente, me subí al bus que me llevó hasta la ciudad de Puno, luego me fui a Ilave y luego me embarqué a Desaguadero. Cruce la frontera ilegalmente e ingrese a Bolivia. De inmediato, me embarqué a La Paz, luego a Cochabamba y después a Santa Cruz. Durante todo el recorrido lo único que sé comer es Somole, algo parecido al Arroz con Leche que se prepara en Perú. Iba a un pueblo y me regalaban Somole. Iba a otro pueblo y de nuevo me regalaban Somole. Lo que si puedo manifestar es que el Somole estaba muy rico. Estando en Santa Cruz, le pido a la repartidora de diarios que me preste el periodico del día y leo con satisfacción una noticia verídica, real y que tiene y debe servir a todas las naciones de toda América como ejemplo. La noticia del momento en ese momento (octubre 2012) es que Evo Morales incluía a chamanes y curanderos en hospitales nacionales para que curen los males espirituales que existen en todo el país. Es por eso que para mí es desde ese momento El Mejor Ayma o El Magno Anima (EMA).


Ya en Santa Cruz me fui a Tarija, donde la Comando Boliviana y el cabo Emerson me ayudaron, dándome hospedaje en la misma comando y desayuno a la mañana siguiente. En ese lugar aprendí como trabaja la Interpol Bolivia. Luego de eso, las autoridades del límite Bolivia – Argentina me pagaron el pasaje para que me regresara a mi tierra, el Perú. Pero, yo, más astuto como siempre, les hice lo mismo que le hice a mi tío Ricardo, esperé a que se fueran, me bajé del bus y me fui a Tarija para cruzar la frontera hacia Argentina a la mañana siguiente. Cuando estaba en la garita, el hombre de migraciones me reconoció; pero, yo con una miradita angelical lo conquisté para que luego me dijera que no tenía caso retenerme y me fuera a donde se me diera la gana. De Tarija me fui a Salta, donde a la entrada estaba el busto de Evita Perón y de ahí me fui a Oran, para luego irme a Tucuman, donde llegué el 3 de octubre del 2012. Llegando a la estación, lo primero que hice fue leer el periodico La Nación que traía un titular que decía “Tucumamos”. Yo, por supuesto, enseguida me reí a carcajadas y compré el diario por una cuestión de Love Mark. Después de esto, me fui por las calles de Tucuman que anunciaban en banderolas la venida del año belgraniano, pues Belgrano cumplía su centenario. Más adelante, llegué a la Universidad de Tucuman, donde estudió mi papá de joven. De ese lugar me fui a Icaño (nombre parecido a Icaro, el hijo perdido de Dedalo, el alfarero griego), de ahí me fui a Pinta, de ahí me fui a Selva, de ahí me fui a Laruvia, de ahí a Hersilia, una localidad argentina llena de descendientes alemanes, lo cual es algo parecido a Pozuzo (Perú), de ahí me fui a Ceres, de ahí a Rafaella, de ahí me fui a Santa Fe, de ahí me fui a Rosario, de ahí me fui a Buenos Aires y llegando a Buenos Aires me fui a Villa Urquiza, a la calle Ibera, donde viven mis siete sobrinos de 1 a 13 años.


Estando en Argentina, me doy cuenta que el budu ha traspasado fronteras y me entero que Amado Boudou le está haciendo budu a Cristina Fernandez de Kirchner para así de esta manera tener el poder él solo y gobernar sin que nadie lo moleste. Cristina, en ese momento, lo único que hace es recordar e invocar al Ex Presidente Fernando Belaunde Terry, quien en octubre del año 2012 se celebraba su centenario. En esa fecha, Fernandez de Kirchner recordó el precioso y noble gesto de Belaunde cuando apoyó a Argentina ante Reino Unido en el conflicto de las Malvinas.

En ese instante, llega a mi mente algo parecido que le ocurrió al Presidente Fernando Belaunde Terry en su primer gobierno, el cual consistía en que él estaba casado con una vieja bruja llamada Carolina Aubry, quien encima le ponía descaradamente los cuernos. Belaunde, cansado del ogro de su mujer, dio rienda suelta a su corazón y lo abrió de nuevo para enamorarse perdidamente de Violeta Correa Miller, una sencilla y sensual secretaria que despertó los bajos instintos del presidente en el despacho de Palacio de Gobierno. Esta relación dejó de ser pasajera y terminó en matrimonio para consagrar su amor ante la ley de Dios y de los hombres. En otras palabras, la historia se volvía a repetir, sólo que Ollanta Humala no se había decidido, hasta ese entonces, dar por finalizado su estado matrimonial.
De igual modo, los delincuentes más avezados se roban claves de la mente de la persona para de esta manera robarle su dinero. Asimismo, los Bufandas y los Chalinas usan calenjos en las personas para corromperlas y volverlas promiscuas como ellos. De igual forma, los alumnos de secundaria están que depositan calenjos en sus profesores para excitarlos, tener sexo con ellos y robarles después la contraseña de sus tarjetas de crédito. Además, los homosexuales están lucrando con los niños y jóvenes con síndromes, depositándoles calenjos y robotizándolos para que estén listos para ser usados por mamás geek, una inhumana moda que consiste en tener a un menor con síndrome como si fuera un smartphone.
Cabe añadir que se llega a crear un grupo o secta argentina diabólica que aplica y difunde el budu haitiano que se llama “Los Chalinas Negras”. Este grupo satánico se hace llamar así porque su nombre significa “Chau Lina” en sorna y burla a su primera víctima, quien terminó con la vida trunca y desgraciada. Y el color negro porque significa muerte, oscurantismo y maldad. No son los únicos, pues en Perú existen “Los Bufandas Negras” debido a que con su nombre quieren asustar con “Bu Fanda y también porque esta secta considera que sus víctimas son como “Pandas”, es decir, asustadizos, nerviosos y cobardes que no saben qué hacer ante ellos. Tanto como los Chalinas y los Bufandas tenían que vestirse de negro y llevar consigo una corbata en el caso de los caballeros y una chalina o bufanda en caso de las mujeres. No pasa mucho tiempo para que estos grupos diabólicos crucen fronteras y hagan la misma maldad en otros lares.
Frente a esta situación, el Papa Francisco, recién elegido, no puede hacer nada, escapa de sus manos y le da impotencia, frustración y coraje. Es por ello que se toma un retiro con las monjas de todas las congregaciones, en el que decide trabajar el catolicismo como pueda, así tenga él que empezar de cero.
Utilizando el budu, los Bufandas y los Chalinas asume cargos y posiciones más altas en todas partes del mundo sin importarles el daño que causan haciendo budu a seres inocentes. Pero eso no es todo, pues en vista que no hay tantos niños y adolescentes con síndromes, se les ocurre entonces someter a los judíos, quienes sufrieron en la 2° guerra mundial.  También someten a las tribus aborígenes inferiores a la raza aria. Las más interesadas son Nadine Heredia del Partido Nacionalista Peruano, Salvador Piñeja de Chile, Amado Boudou de Argentina, Angela Merkel de Alemania, los cuales llegaron a ganar las elecciones fungiendo de personas heterosexuales y estando en el poder se cambian a ser homosexuales con gente del mismo sexo. Luego, estos y otros homosexuales, quienes estuvieron en la presidencia, ayudan a que más homosexuales asciendan al poder.
A los Bufandas y los Chalinas no les gusta que yo ayude a los adolescentes con síndrome para liberarlos de su yugo. Es por eso que un día, mediante budu, me cortan y descuelgan el corazón haciendo que se convierta en un desecho que se vaya al momento de la deposición. Es así que me quedó sin corazón. Pero, como dice mi buen colega de la Fuerza Americana Revolucionaria de la Paz, Adam de Cou, todavía se puede pensar con la cabeza y el miembro viril. Adam me hace recordar que a su corazón lo enredaron y mezclaron con varios corazones, volviéndolo vulnerable; pero, gracias a Dios, el bien triunfo sobre el mal. Luego de esto, mi amiga Rosa “Llulla” Araujo, una aborigen de la Araucanía, es asesorada por los cusqueños de Saywite, cuyo nombre significa “sal demonio, sal alma que lleva el diablo”. Es por eso que los padres en la sierra del Perú le dicen a los wawas (niños) “Witi Uckus”, lo cual significa “fuera rata”. Bueno, siguiendo con la historia, Llulla con la ayuda de los cuzqueños de Saywite y los negritos de La Plata, quienes enaltecen las aventuras de Falucho, aquel negro que se rebeló contra la opresión colonial de las fuerzas realistas españolas de su época en la fortaleza argentina de El Callao, me cuelga un calenjo que está hecho en base al corazón de ella. De esta manera, vuelvo a tener más vida. En el camino, como ella me monitorea, rastrea y sabe lo que pienso y siento, le enternece mi sensibilidad y todas las lágrimas que botó por causa del sufrimiento del mundo. A ella le parte el alma que me estremezca de dolor cuando veo a la gente morir. De este modo, se pasa de la amistad al amor, pues Rosa Araujo se enamora de la magnanimidad, la mansedumbre y la misericordia de la persona de Bogdan Larousse. La Araucana se enamora de esa alma sufrida que, aún estando débil, es capaz de ofrendar su vida por sus semejantes sin esperar nada a cambio. Es por eso que un día la señorita Llulla Araujo le dice entre sueños en una noche a Larousse que “Rosa Amarillo, que Rosa amar Illo”. Y el Observador, héroe de esta historia, se sonríe y la colma de besitos por todos lados. Y es por eso que debido a su legendario e inmortal amor que trasciende a través del tiempo, una de los volcanes en Argentina se llama “Llullaillaco”, del cual la lava que sale es la sangre perdida de ellos dos en esta aventura, llena de obstáculos, sacrificio y adversidad.

Más adelante, Llulla Araujo es secuestrada por los integrantes diabólicos de los Chalinas Negras y los Bufandas Negras. Confinada y enmanillada sin poder hacer nada, llora hasta la coronilla dirigiéndose a la Coronilla de la Divina Misericordia, esperando así que suceda un milagro. Los Chalinas Negras y los Bufandas Negras en un momento determinado la piensan matar; pero, después piensan que más exquisito es verla enclaustrada lejos de su amado Larousse.
Larousse, habiéndose quedado sin corazón nuevamente, llora amargamente toda la noche y más si ya no está Rosita. Es entonces que, estando dormido, su madre con la ayuda de los cusqueños y negritos de la Plata, quienes admiran y quieren a su superhéroe que lucha por todos los americanos, desde la Patagonia hasta Groenlandia, siembran un nuevo corazón en él. A la mañana siguiente, cuando Bogdan despierta, oye una voz femenina en su interior, de la cual piensa que es su querida Llulla. Enseguida, esa voz femenina le dice que no tenga miedo, pues ella sigue con él. Acto seguido, él se ilusiona y da brincos por todos lados, sin saber que se trata de su madre, quien guarda el secreto con los incas de Saywite y los negritos de la Plata. Sin duda, una mentira piadosa para garantizar la estabilidad emocional del gran Bogdan Larousse para que así pueda con suma ecuanimidad seguir atando cabos, resolviendo desafíos, recolectando pistas y salvando vidas por doquier. De esta manera, él sigue hablando en voz alta para que lo escuche el mundo, captar lo que ve y escucha con sus sentidos y publicarlo, camuflarse en la oscuridad, ver en cámara lenta los hechos más relevantes que marcan la pauta en el acontecer noticioso, observar detalles minuciosamente, hacer zoom con sus ojos para ver cosas minimalistas y microscópicas que otros no ven, eliminar el reflejo en el espejo cuando hay mucho sol, mucha luz o todo está oscuro, aumentar el volumen de su voz para que toda la gente que no puede oir o es sorda lo pueda escuchar. Larousse, como es observado y monitoreado por la persona que le ha dado un corazón nuevo, sabe muy bien que lo que él vea, lo va a ver la otra persona; lo que él oiga, lo va a oir la otra persona; lo que él toque, lo va palpar la otra persona; lo que él sienta, lo va a sentir la otra persona. Es por eso que cuando se amarra los zapatos, mira para el techo; cuando se guarda algo en el bolsillo, mira para otro lado. Cuando oye algo, enseguida se va donde hay más ruido, como por ejemplo ir donde está sonando la lustradora o donde el obrero está taladrando, pues él sabe distinguir el sonido, lo que otras personas no pueden hacer. Cuando él toca algo hace lo mismo que hizo Jacob, en el momento que engañó a su padre, poniéndose piel de cordero para simular vellosidad en el cuerpo. Y es que él honra al Dios de Abraham, Isaac y Jacob como buen católico que es. Cuando él siente alguna emoción o sentimiento, enseguida pasa del llanto a la risa o de la risa al llanto siguiendo lo que está escrito por Stanislavski, un libro que no leyó por completo; pero le dio una buena ojeada desde principio a fin. De tal manera, la gente no sabe si está llorando o riendo o pujando para hacer su deposición. En cierta manera él es indescrifrable, él mismo es la pista que el mundo no ha podido nunca resolver. Él sabe muy bien que si él es como una especie de MP3, su padre es un walkman y su abuelo es una radiola. O si él es un USB, su padre es un disquette y su abuelo es un disco de vinilo. O si él es un iPad, su padre es una computadora y su abuelo es una máquina de escribir.
¿Qué pasó con la minoría que sigue siendo heterosexual? Pues bien, ellos vienen de lugares poco conocidos y poco accesibles, donde frente al problema del budu haitiano, lo supieron combatir con magia cusqueña de Saywite y el arte espiritual de los negritos del África que viven en La Plata, Argentina. Asimismo, toda esa minoría aprendió que hay que saber controlar los ímpetus teniendo inteligencia emocional y tener en claro 4 cosas: criterio, sentido común, conciencia y discernimiento cuando se trata de llevar a cabo relaciones interpersonales y/o de avocarse a una tarea, misión, trabajo y lucha.
En cuanto a todos los síndromes que existen en la Tierra, ellos siguen siendo heterosexuales; pero, siguen siendo esclavizados, titereteados y manipulados por los Bufandas y los Chalinas como si fueran gadgets o muñecos tecnológicos.
Ante está situación hace su entrada heroica en esta historia el Equipo, un conjunto de adolescentes ingeniosos con síndromes que tienen piedras, o también llamados calenjos, en su interior por culpa de los Bufandas y los Chalinas ambiciosos y egoístas. Un cierto día, la Virgen María se aparece al Equipo y les anuncia que existirá en un futuro próximo un enviado de Dios que vendrá desde muy lejos para hacer su 1° ingreso y parada en Villagesel (Argentina) que significa “Mira, es El”.
Pasan 5 años más, ya son 20 años en total, de control y dominio por parte de los Bufandas y los Chalinas en casi todo el planeta.  Y es ahí que llega un aún adolescente extraterrestre del supremo planeta Jupiter, llamado Juve, quien también aparece en Apocalyptic War: The Final Epic. Es entonces que cuando él aparece delante de las sectas satánicas Bufandas Negras y Chalinas Negras, quienes empiezan a llenarlo de calenjos para tratarlo de manejar y, al mismo tiempo, saber que es lo que piensa.
Toda la información que los Bufandas y los Chalinas obtienen, va como mensaje de texto a los celulares, lo cual es aprovechado injustamente como negocio por las mismas sectas. Después de que se dieron cuenta, principalmente los medios, que podían sonsacarle información de toda índole al extraterrestre y, a la vez, convertirlo en algo masivo para ganar harto dinero, es ahí que no lo quieren soltar y lo empiezan a repletar de calenjos de nuevo para atontarlo. Incluso, los Bufandas y los Chalinas son tan abusivos que lanzan otros negocios más como ¿Si quieres saber qué es lo que sale de la mente del gran literato marca el número a continuación? o ¿Si quieres saber qué es lo que sale de la mente de tal artista marca el siguiente número a continuación? Es así como empiezan a explotar a artistas, cantantes, músicos, actores, actrices, literatos, pintores, fotografos y demás personalidades de las ciencias, artes y letras, quienes, al principio son sadomasoquistas y les gusta que hagan eso con sus vidas con tal de ganar millones de dólares. Pero, una vez que se dan cuenta que todo se está saliendo de control y que no hay respeto para su vida privada personal, por ende, ya no tienen la misma privacidad que antes, todo el gremio de personajes de la cultura y el arte mundial se queja y levanta una voz de protesta. Pero a Movistar, Nextel, Claro, Vodafone, Americatel no les importa lo que ellos deseen y creen conveniente y los siguen explotando como si nada. Para ello, las grandes compañías de medios y telefonía se alían. Mientras que los verdaderos y originales actores están mortificados con calenjos y budu por todo el cuerpo emitiendo mensajes a todos los celulares del mundo entero, los dobles de los artistas están que hacen las películas por ellos, dando como resultado bodrios, flops y proyectos cinematográficos mediocres. Después de esto, los Bufandas y los Chalinas van más lejos que Belcebu, Lucifer y sus secuaces y con la ayuda del método del Carbono 14 empiezan a resucitar a todos los actores y actrices de la época de oro del cine estadounidense y mexicano, los cuales, en un principio, agradecen que los hayan revivido; pero, después pagan los platos rotos y viven su nueva carrera cinematográfica llena de amargura.
¿Y la pregunta del millón de dólares sería si los Bufandas y los Chalinas, mediante el mismo método del carbono 14, decidieron revivir a Augusto Pinochet, Adolfo Hitler, Stalin, Lenin, Mussolini y/o Napoleón Bonaparte? La respuesta es que si los revivieron; pero, viendo que ellos eran verdaderos hombres de armas tomar, así como los revivieron, los mataron de la peor forma y luego quemaron sus cuerpos para que de las cenizas no puedan revivir jamás.


¿Nos invaden? Un ente hidrocefálico con manos realmente extrañas y con una actitud en la que se comunica con gente de otros lejanos lares. Fotos tomadas en el Mercado de Magdalena de la Marbella.
Bueno, volviendo al relato. Juve, el jupiteriano hace que tanto él como todos los ciudadanos del mundo oprimidos les depositen algo más fuerte que piedras o calenjos. Es así como los malditos Bufandas y Chalinas reciben imanes, los cuales, gracias a su propiedad magnética, hace que los Bufandas y los Chalinas se vayan volando al espacio atraídos por una fuerza espacial desconocida que es muy fuerte gravitacionalmente. Tantos imanes reciben los Bufandas y los Chalinas que ellos se sienten pesados, mucho más robotizados, adoloridos y fastidiados. Cuando va pasando esto, Juve se libera al instante de todos los pesos de los Bufandas y los Chalinas y queda limpio, al igual que los adolescentes y jóvenes con síndromes y personalidades de las ciencias, artes y letras. Llulla, la flor de Bogdan, queda liberada y, en cuanto ocurre esto, corre a buscar a Larousse, el amor de toda su vida. De inmediato, los Bufandas y los Chalinas quieren huir a como de lugar y se suben en naves interplanetarias intentando salir de la estratosfera. Pero fracasan en su fuga porque Ceu, el héroe uno y trino de Crouzon, se convierte en un gran coloso espiritual que cubre la tierra y tiende mallas por todo el mundo, logrando así una bolsa blanquesina, transparente, fuerte y gruesa que los captura a todos, hace un fuerte nudo, corta el sobrante y la hace girar y volar hasta que esa gran bolsa de basura es atraída gracias a su intensa atracción, cae y es absorbida magneticamente por el planeta Urano, uno de los últimos planetas del Sistema Solar y uno de los más fríos por estar lejano al Sol. 
Luego, Juve hace que llueva, ni tan fuerte ni tan suave; y, caiga sobre la minoría que estaba con calenjos para que quede totalmente limpia y purificada. La propiedad de depositar imanes de los adolescentes y jóvenes con síndrome no desaparece, sino más bien permanece en ellos, en caso se lleguen a aprovechar de ellos nuevamente.
En el planeta Tierra, con todo lo ocurrido, queda poca gente; pero, eso no le molesta a Dios, sino, más bien, ve que eso es bueno y apoya a que los ciudadanos del mundo comiencen de cero. Incluso, Juve cuenta que el origen de las personas con síndrome radica en que vienen del cruce de extraterrestres con humanos. Lo más importante aquí es que viven más felices que antes y esa felicidad sea auténtica, real y duradera para toda la vida.
En cuanto a Ollanta Humala, el Omnipotente Hijo del Tahuantinsuyo se retira de la política a vivir una relación furtiva y escabrosa con la Mamapancha, la nana que cuidaba y le daba el tremendo pechereque a Samin, el Santo Hijo de Huiracocha (SHH), para que crezca fuerte, sano y mujeriego. Y es que a Ollanta le gustaba cómo movía la escoba y la cadera cuando limpiaba los salones del Palacio de Pizarro y es por eso que surge el amor a primera vista, a primera imaginación erótica y a primera erección, porque aprendió a pensar como lo hacían Adam de Cou y Bogdan Larousse. Y de ese momento le encantó hacer una sincronía de esos pensamientos. Lo encontró con f de fascinante.
Actualmente, el Batallón Policía Militar lo dirige el Comandante Henry Vela Valladares en el fuerte Rafael Hoyos Rubio en el Rimac, de lo cual yo no tengo la culpa de que la Comandancia del Ejército lo haya designado para dicha misión. Si es que alguien tiene una queja, váyase a llorar ante Ollanta Humala. El Comandante Henry Vela Valladares tiene el poder de meter una rata gruesa, gorda y carnosa a cualquier cabreado que no haga bien su trabajo. Hasta Henry Vela es un superhéroe como Tú comprenderás…jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja




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