#FreddieArmandoRomeroParedes: Yawar, el Ojo Bionico

Escrita por Freddie Armando Romero. Yamil Lillo es un abogado asimilado a la Fuerza Armada que trabaja resolviendo casos en el Tribunal de Justicia Militar. Sus ancestros fueron pobladores que vivieron cerca del Misti en Arequipa. Su tatarabuelo fue Yawar Huaca, el inca de la sangre. Es una persona muy sensible, caritativa, proactiva y que le gusta defender a sus semejantes, principalmente de rasgos mestizos e indígenas cuando estos están en peligro o les están haciendo un daño constante.

A parte de tener estudios en oftamología y ser oculista, Yamil se dedica a salvar vidas bajo el nombre de Yawar, el Ojo Bionico, quien tiene la habilidad de enfrentarse con el enemigo usando la fuerza y el magnetismo de sus ojos. Para Yamil es muy cierto que los ojos son el reflejo del alma. De esta manera, detecta con su vista si el culpable es verdaderamente culpable o inocente cuando la persona en cuestión es acusada injustamente. Cuando es culpable la persona, la vista se le hincha. Cuando la persona es inocente, el ojo se desinflama. Duerme con los ojos abiertos porque como los tiene grandes no los puede cerrar, lo cual asusta al enemigo cuando le quieren robar porque los delincuentes piensan que está despierto y prevenido para cualquier acto delictivo. Pero cuando siente los pasos, sobretodo la presencia, aún dormido y roncando, actúa en defensa propia y lucha contra el mal que acecha con sus dones ya conocidos. Parece ser que el aura de Yamil siempre está alerta.

En el enfrentamiento cuerpo a cuerpo, Yamil mira al enemigo y baja la mirada para que el enemigo se caiga, también la puede levantar para que el malhechor vuele por los aires. Y cuando el combate es a muerte, Yawar mira a la persona, la escanea y la atrapa en su vista. Luego de hacer esto, Yawar cierra los ojos, apreta los párpados y llora incansablemente sangre. El resultado de esto es que la persona muere y sus restos se diluyen en las lágrimas de sangre que salen por su vista y caen por su mejilla. Cuando han intentado atacar sus ojos para cegarlo, no han podido hacerlo porque el Ojo Bionico puso sus ojos en blanco endureciéndolos y convirtiéndolos en sillar.

Yawar tiene el poder de que su lágrima sea un bálsamo de bendición cuando llora de felicidad cuando ve una causa justa o una dosis de veneno cuando llora de impotencia y frustración cuando ve una injusticia. Tiene la propiedad de iridiscencia. Cuando es de día, el sol cambia constantemente el color y la forma de sus ojos dándose la posibilidad de camuflarse en otra persona de otra raza. Tal es así que puede ser ario de ojos grandes y azules, moreno de ojos verdes o achinado de ojos rasgados y pardos. Asimismo, el calor y la energía del sol sobre sus ojos le permite tener ojos láser. Y de noche con la ayuda de la luz y el poder de la luna, sus ojos se convierten en linternas oculares con luces blancas al natural para ver y escanear personas, paisajes, ambientes con diferentes texturas y objetos de distintas formas y tamaños en la oscuridad y la inmensidad de la noche.

Yawar también tiene la percepción desarrollada. Puede ver donde aparentemente no hay casi nada o se ve indescifrable. Su mirada es aguda.

Así mismo, Yawar tiene habilidades visuales como:

1. Agudeza visual. Consiste en la capacidad de discernir al máximo todos los detalles en el campo de visión. En otras palabras, es la nitidez con la que vemos las imágenes. De hecho, los defectos refractivos como la miopía, el astigmatismo y la hipermetropía son los principales factores que hacen disminuir la agudeza visual. Aunque también puede ser causa de algún factor fisiológico.

2. Flexibilidad focal. Facultad para cambiar de enfoque en la visión de cerca-lejos y viceversa. En caso de que esta habilidad se viese afectada, podríamos hablar de una patología tan común como la presbicia o la vista cansada.

3. Visión periférica. Se encarga de proporcionarnos información del entorno, ya que aumenta el campo visual. Aunque es más sensible a la luz y al movimiento que la visión central. Ésta se puede ver afectada por algunos síntomas de baja visión como el glaucoma o la retinosis pigmentaria.

4. Percepción de la profundidad. Relacionada con el grado de binocularidad o el uso simultáneo de los dos ojos. Ten en cuenta, que la fusión de las imágenes que obtiene cada ojo posibilitará una visión clara.

5. Sensibilidad al contraste. Se trata de la habilidad que intenta destacar un objeto del fondo donde se encuentra.

A través de las ilusiones ópticas impresas del suplemento Aweita, Yawar viaja a través del tiempo para ser parte de los hechos históricos del pasado, tratando unas veces con éxito resolver, solucionar y/o revertir las consecuencias de los sucesos históricos y de lo que propiciaron los personajes en ese proceso y trayecto. Aunque algunas veces, a Yawar se le escapa de las manos y se le sale de control la situación, ocasionando misiones y aventuras truncas, frustradas y abortadas y generando realidades y contextos que son irreversibles y difíciles de cambiar a su estado y condición natural y original, dando lugar a un nuevo tiempo y una nueva mentalidad a partir de ese acontecimiento.

De igual modo, Yawar tiene un tercer ojo producto de una fístula en el encéfalo raquídeo a la altura de la frente. De esa fístula le drena por la nariz agua que se convierte en un cohete de agua que erosiona cualquier tipo de piso o superficie; y, crea al mismo tiempo agujeros de agua por donde escapar y sumergirse. Muchas veces esos agujeros de agua conectan directo con la Tierra de la Atlántida, donde hay criaturas especiales semejantes a Yawar, quienes son fieles cuidadores de la vida acuática y submarina de los grandes océanos como el Pacífico y el Atlántico. Para despertar el tercer ojo es necesario que la respiración del líquido cefalorraquídeo suba por la columna ejerciendo presión sobre la glándula pineal, lo que crea el efecto de activar pequeños cristales de calcita en ella y crear un campo electromagnético. Esto crea una especie de antena biológica que permite percibir dimensiones y frecuencias que normalmente no se perciben con los cinco sentidos. Usando la respiración se puede crear este efecto. El tercer ojo puede variar según el temperamento. Implica meditación y contemplación del sol. Todo se inicia cuando Yawar acumula bilirrubina dentro de su ser por el impacto de un hecho que lo cuestiona y lo pone en perspectiva. Por eso su canción favorita es "Me sube la bilirrubina" de Juan Luis Guerra y las 4:40.

Aparte de sumergirse en las aguas de la Tierra de la Atlántida, se refugia en sus ratos libres, de ocio y de descanso en la Nebulosa del Ojo de Dios. Para llegar allá se va volando, hasta salir de la Tierra hacia el espacio, usando la fuerza y la energía de su cohete natural de agua de la nariz destilada.

Lo más curioso y anecdótico es que tiene un tatuaje de carne con el diseño del "Ojo de Dios que todo lo ve" desde muy niño desde antes que escapara de un acuerdo de trata de personas indígenas después de que le sellaran el fierro candente del "Ojo que todo lo ve" en el brazo, ignorando su raza, sangre y estirpe incaica.

Cuando está en una aventura o una investigación en la selva del Amazonas, Yawar tiene la facultad de mimetizarse en un Jaguar, el cual es capaz de correr a toda velocidad, trepar cumbres, sumergirse y nadar en el río Amazonas y sus afluentes, saltar de un extremo a otro extremo, rastrear y cazar al enemigo así como esquivar a los cazadores furtivos, para que después no se convierta en presa de otros animales, coleccionistas y/o aficionados a su piel. Cuando Yawar es Jaguar tiene la habilidad de comunicarse con otros animales, los cuales le tienen consideración, respeto, cariño y complicidad por ser el rey de la jungla, el líder de la manada y el defensor de causas nobles relacionadas al reino animal.

Yamil también se ha llegado a enamorar. Tal es así que el héroe arequipeño sale con una fiscal. Cuando ellos dos están solos, Yamil la mira, la escanea, la captura y la encierra en su vista. Acto seguido, él también aparece junto a ella y hacen el amor. Para ello, nuestro intrépido héroe cierra los ojos como si fueran dos cortinas.