El Sapo

Escrito íntegramente por Freddie Armando Romero Paredes. Magdalena del Mar era a principios del siglo XX un centro poblado que servía de balneario para la clase más acomodada de Lima que venía a veranear en temporadas, donde el sol abrasaba y hacía que uno sintiera bochorno y calor. Magdalena del Mar comprendía los distritos de Magdalena del Mar, también llamada Magdalena Nueva, (con los fundos Orbea, Oyague, Orrantia del Mar, Marbella, los cuales pertenecían a hacendados aristócratas), Pueblo Libre (Magdalena Vieja), donde quedaba y queda hasta ahora la Villa de los Libertadores, donde vivieron el Protector don José de San Martín y Matorras que se había casado con Remedios de Encalada y el Dictador Simón Bolívar con su Manuelita Saenz, aquel astuto hombre, por no decir otra cosa más fea y lamentable, que para colmo se le rinde tributo y homenaje en Sudamérica exaltándolo y minimizando la magnanimidad de San Martín (un hombre integro y para nada ambicioso), que, viniendo y/o descendiendo de Vizcaya X, de los negros Ponte Marín de Narvaez y de la parte indígena del Cacique Choraima, Ladrón de Guevara gracias al mestizaje, desmembró el Perú de 1821 (fecha justa de nuestra independencia como país peruano que somos), cuyo territorio original era el de 1810 por el Uti Possidettis, contradiciendo su teoría de la gran América Unida (porque si quería una América unida no hubiera generado divisiones estando él en vida), haciendo que el Altiplano se convirtiera en el país Bolivia (en honor a Bolivar) y Guayaquil se fuera a formar parte de la Gran Colombia, en honor a Cristóbal Colón, la cual pronto se desmembró y se dividió en Ecuador, Colombia y Venezuela, y el distrito de San Miguel, el cual estaba cercano al Callao, donde quedaba la Fortaleza del Real Felipe, el cual servía para defender a Lima de piratas, corsarios y vikingos.

Antes de que Alfredo Leal, el Sapo, viniera al mundo, estaba de alcalde Allison Padre, quien tuvo una pugna, conflicto, lucha, pelea y trifulca con los dueños del Chifa Brasil, quienes eran unos asiáticos que habían venido a Lima a progresar y salir adelante montando un negocio propio. La historia es que el chino quería construir un gran negocio y Allison Padre no lo dejaba. Este negocio comprendía de un gran edificio que tenía restaurante, gimnasio, capoeira, salón de billar y una sanguchería al paso al costado del Chifa, donde se comía y se come hasta ahora comida variada desde cebiche, comida china, comida criolla peruana, pizzas, postres como panqueques, los cuales les gustaba a los integrantes de la familia Leal que vivían en la casona de la esquina de Rey Basadre y Daniel Alcides Carrión, cuadras cercanas a donde vivía la que muy pronto iba a ser la madre de Alfredo Leal. Incluso, tanto el chino como Allison Padre mandaban a sus hombres de confianza a que se pelearan y defendieran sus ideales. Este asunto llegó a juicio y lo más hilarante, gracioso y jocoso es que el maldito e inmundo Allison Padre al ver en la carta notarial que el chino había ganado se murió de un infarto. De esta manera, Magdalena del Mar se libró de un desgraciado más; pero, todavía quedaría el hijo, Francis Allison Oyague, que más adelante asumiría la alcaldía de la misma Magdalena.

Alfredo Leal es leal al terruño de su país y nunca permitiría que lo desmembraran, lo recortaran y alejaran de sus límites algunos departamentos. A él desde muy niño le decían el sapo por ser escurridizo, astuto, sagaz, intrépido y enfrentarse a los peligros, lugares riesgosos, túneles, puentes, cruces, jirones oscuros y pasajes floridos y túpidos que hacían que en esa calle hubiese poca luz. Cuando la terapista de su abuela iba a la casa, el niño de 6 años le metía la mano en la axila para hacerle cosquillas y decirle guanaca guanaca guanaca. De igual modo, le gustaba retar y apanar a sus más cercanos amigos de clase para luego reirse a carcajadas, correr rápidamente sin que lo pudieran atrapar, botar obstáculos para que sus contendientes y contrincantes se tropezaran y se sacaran la chochoca y terminaran con moretones en el tópico del colegio. Mientras eso ocurría, un día se atrevió a tocarle los pezones a la auxiliar de educación Ana María Bedoya cuando todos los profesores y alumnos se habían ido, justo antes de graduarse del colegio Pedro Ruiz Gallo. Tal es así que compuso un estribillo que dice así:

Es un ángel en casa

y nadie lo atrapa.

Más adelante, cuando creció se interesó en la política porque su tío era el ideólogo de Acción Popular, el señor Jorge Díaz León, al que lo llamaban el Macho Salvaje, quien había escrito "El Perú como Doctrina" y se había encargado de ultimar lo que se llamaría el "Humanismo Situacional" y quien junto a Arias Stella (la araña), Javier Alva Orlandini (la lechuza), Paco Miroquesada, el León Dormido, Fernando Belaunde Terry, Sandro Mariátegui, Manuel Arce Zagaceta y Valentín Paniagua Corazao fundan Acción Popular con gestas heroicas como el manguerazo, el ultimatum de la Merced y la marcha a palacio, donde gobernaba el Gral Manuel Odría, quien dio el voto a la mujer peruana en elecciones. Aún así Odría cometía injusticias, las cuales no le gustaba al pueblo peruano; pero, en fin, era el gobierno que había y se tenía que respetar. Es ahí que Fernando Belaunde Terry, el hombre de la bandera, encabezó y lideró el cambio que toda la gente esperaba. Belaunde, un hombre, como Alfredo Leal, que recorría palmo a palmo el Perú, caminando, montado en una mula, pasando alturas de la serranía, soportando el soroche, el mal de altura, el frío, los cambios intempestivos de temperatura, lo agreste del relieve peruano, las inclemencias que se pudieran suscitar, los accidentes geográficos, el suelo que parecía a simple vista fuerte y que en un paso en falso te podías ir al precipicio, el intenso calor, las lluvias imprevistas, la gente huraña de otros partidos como el APRA que pudiera existir y que intentaban sabotear su imponente presencia ante la gran acogida y la algarabía de una multitud hambrienta de esperanza, fe, progreso, adelanto, crecimiento y bienestar por igual para todos. Es ahí que Belaunde, encarnando ese tan esperado inca de la época republicana, junto con los fundadores entonaban a viva voz:

Soy de Acción Popular

y he jurado

un Perú

sin miserias

forjar.

Pan cultura

vivienda segura.

Para todos

Acción Popular.

Y es entonces que viendo el heroismo, el patriotismo, la efervescencia política, el ánimo desmedido, el desinterés en bien de las personas y los actos nobles sin esperar nada a cambio, nace un ardoroso sentimiento en Alfredo Leal que lo empuja y que lo invita a identificarse con las necesidades de la población y a buscar alternativas de solución ante la llegada de un abogado recientemente licenciado que buscaba ser alcalde como lo fue su padre. Los magdalenenses se quedaron sorprendidos por la capacidad, la juventud y las buenas formas que Francis Allison Oyague tenía al momento de acercarse a las personas, mostrando su mejor sonrisa, su mejor carisma y su mejor disposición para engalanar el hogar donde se presentara y de paso conquistar a todas las damas del distrito, quienes terminaron dándole su voto, haciendo que Allison ganara con uno de los mayores puntajes a nivel Lima, para que después su esposa, la señora Robbiano de Allison, le dijera: "Ese es mi Francis".

La gestión empezó viento en popa; pero luego comenzaron los malos manejos que cada vez se hacían más evidentes ante la opinión pública. Tanta era la corrupción que apareció el Sapo, quien no usaba disfraz alguno, que se encargaba de hacer videoreportajes, tomar fotos e iniciar investigaciones de manera independiente sin la ayuda de nadie. Investigaciones como el Albergue Generación, las obras de pistas en épocas de colegio, las rampas que ponían en riesgo la vida de los transeúntes o conferencias en el centro de Lima. Incluso se encargó de clausurar el cine Broadway, un cine porno, donde exhibían películas calientes, mujeres que se entregaban a hombres que las amaban profundamente y que les daban cariño, amor y comprensión, que habían intentado clausurar varias veces; pero, nunca lo podían lograr por falta de pruebas y porque cumplía con pagar puntualmente sus arbitrios. Ese cine se tenía que clausurar porque, si bien exhibían películas porno muy buenas, lo malo era que prostituían y corrompían a los jóvenes del distrito, jodían la función y perturbaban a los asistentes ofreciendo sus servicios sexuales, lo cual ya hartaba a todos los hombres porque todos querían mujeres despampanantes como las que aparecían en las películas porno. Cansado de esta situación, empezó a llamar a todos y cada uno de los canales de televisión para denunciar la prostitución clandestina y demás delitos que se cometían allí, lo cual no dejaban que el hombre pasara un rato de relax, sosiego y tranquilidad. Uno iba a olvidarse de los problemas, de los avatares, de todo dilema que pudiera existir. Casi todos los canales se rehusaron; pero, hubo un canal que le dio cobertura y le dio la posibilidad de denunciar el hecho. Ese canal fue la Frecuencia Latina de Baruch Ivcher. El video todavía está en archivo. Luego de eso, el gerente de seguridad ciudadana de Magdalena del Mar, el señor Saavedra, lo premió y reconoció la ayuda y colaboración prestada con un certificado que hasta ahora guarda. Lo curioso es que, y él se dio cuenta que Allison le dijo a los reporteros de Frecuencia Latina que lo ignoraran y que ya no le hicieran caso porque era obvio que él representaba un contendiente, contrincante y competidor para cualquier lid electoral y Allison, como a Alan García, no le gustaba que lo opacaran y lo dejaran en un segundo plano. A Allison siempre le gustó ser el protagonista de todo Magdalena, cuando en realidad era el villano y tirano que gobernaba Magdalena del Mar. Pero, él tenía que aparecer para que las lacras, la basura y gente degenerada desapareciera de Magdalena del Mar, un distrito que debía de ser el mejor de los mejores distritos que hay.

Ya en sus ratos libres, el sapo adolescente merodeaba, recorría y caminaba por las aceras, veredas del Colegio Miguel Grau, aquel gran unidad escolar que construyó el Gral Odría en su gobierno, y aquel colegio que es testigo de que el Sapo en las noches haya estado enamorando a las profesionales de servicio, natachas, mamapanchas, empleadas, marías, criadas, de las cuales muchas resultaron embarazadas, no por el sapo, sino también por mozos, jóvenes que también esperaban a que las mujerones mayores que el puber sapo salieran de estudiar. Testigo de ese episodio es la criada de Lili Novoa Mazmela, a quien un maldito canalla abandonó con el hijo en brazos y que servía en la casa de dicha profesora que prepararía al muchacho Alfredo Leal para su ingreso a la universidad. De igual modo, en esa fecha Alfredo Leal conoce a una callejonera llamada Rubí Rayme que se dedica a limpiar carros y hacer varias cosas de manera integra y honesta en plena calle. Él se da cuenta a primera vista que como no tiene sosten, utiliza una banda de tela que le cubre los pechos. De inmediato, surge la química, la complicidad y una pasión desenfrenada que hace que Alfredo Leal la lleve a su casa y la ame en el consultorio de su abuelo. Luego, a los siguientes días se siguen encontrando y esta vez Alfredo la lleva a su alcoba, donde a la adolescente se le viene la regla o menstruación en pleno idilio, lo cual hace que baje las escaleras y le pregunte a su nana si una mujer que sangra en pleno acto puede quedar embarazada, a lo que le contesta que no. Más adelante, se siguen encontrando y como en la casa había gente, los dos se van y se escapan a un hotel clausurado y en una de las habitaciones se vuelven a entregar mutuamente. Alfredo adolescente la hace mujer y ella lo hace un hombre muy pasional y tierno. En cada encuentro, la muy viva se lleva un objeto personal de él como trofeo de guerra y para que cuando mire el objeto, se acuerde de cada instante de entrega y erotismo que vivieron juntos. Un buen día desaparece y no vuelve a saber más de ella. Alfredo Leal la busca en avenidas, jirones, kioskos, donde hay ambulantes y limosneros; pero, no la vuelve a ver. Es entonces que se refugia en señoras, una vivía en la cuadra siguiente, llegando a la Marina, quien se encargaba de cuidar a su padre que estaba enfermo, y la otra era una vieja amiga de la familia que era chiquita de estatura y todavía se mantenía en forma. Y es que todo superhéroe debe y tiene que tener una damicela por quien luchar y dedicar sus victorias. Paralelamente, aparece el Saponazgo Magdalena del Mar, en el cual Alfredo Leal empieza a agitar a las masas para que se levanten contra el alcalde tirano, quien es acompañado por Carlos Aguayo, un inmundo infeliz que tilda al sapo de delincuente, violador, asesino, criminal, pandillero, drogadicto, alcohólico y una serie de bajezas. Ante lo cual los vecinos se van dando cuenta que Alfredo Leal no es traidor, sino más bien es sano y quiere ayudar al pueblo de Magdalena para que salga adelante. Pero, a las pocas semanas, no es necesario porque Francis Allison se convierte en ministro de vivienda y construcción del 2° gobierno de Alan García Pérez del APRA, quien pasando unos meses lo sacó del cargo, pues Allison estaba brindando servicios a Business Track, una empresa de dudosa reputación y mala calaña, a la que después se le hizo juicio, la cual dura hasta hoy y ha logrado arrastrar a varios políticos apristas, incluyendo al ex-presidente Alan García Pérez, quien también es acusado por indultar a narcos colombianos, según la megacomisión que dirige el nacionalista Sergio Tejada. Viendo que Allison estaba fuera, Alan García pretendió quedarse con la señora Robbiano de Allison para hacerle un hijo. Aún así siguen los problemas, pues la gente de Allison sigue en el poder generando más corrupción y arreglos bajo la mesa. Tal es así que asume Rosa Quartara, una mujer que sólo se preocupa por recibir su sueldo de alcalde temporal y no hace mucho por el distrito. Al mismo tiempo, Francis Allison viaja a los Estados Unidos con su esposa, la señora Robbiano de Allison, una mujer con las mismas características de Esperanza y Elena de la Vega. Allí en migraciones, Francis Allison trata de burlarse y soprender a las autoridades estadounidenses. Allison miente una y otra vez y dice tener una mínima cantidad de dinero. Las autoridades de EEUU no se dejan ceder y son incisivos, reticentes, recalcitrantes y no permiten que alguien que por tener el pelo rubio se burle de ellos y pase libre y desapercibido con rabo de paja. Entonces llega un momento en que Allison cede, acepta su culpa, lo enmarrocan o enmanillan y junto con su esposa lo llevan a la cárcel, de la cual para salir de ella tiene que pagar una fuerte y altísima cantidad de dinero, la cual no dispone. Esta noticia sale en Estados Unidos; pero los ciudadanos estadounidenses le restan importancia. Todo lo contrario sucede en Perú, pues la noticia vende porque se trata de un ex alcalde y, al mismo tiempo, un ex ministro que fue militante botado del PPC y que se involucró con el APRA, un partido caracterizado por actos de corrupción y de propiciar del 85 al 90 la debacle, la crisis y que el Perú sea inelegible para las inversiones extranjeras porque don Alan García se negó a pagar la deuda externa, a estatizar la banca, a dejar que el terrorismo atemorizara a todo el Perú, al dolar muc y a que cientos de peruanos formen largas colas por azúcar, leche, pan, necesidades básicas y si no había azúcar, se endulzaba con jarabe de goma. Los niños, como él, hacían las tareas con velas, con las cuales jugaban y hasta algunas veces quemaban los cuadernos, los cuales quedaban con vela derretida o puntas carbonizadas. 

Allison se salva y vuelve con la ayuda de sus parientes, quienes también gozan del arca de la Municipalidad de Magdalena del Mar, pues la familia Allison Oyague piensa, cree, alucina y se ha mentalizado que Magdalena de la Marbella les pertenece. Es así como continuan las aventuras del sapo, quien se burla de que el candidato a la rerereelección Francis Allison Oyague postule con el número 4 de cuatrero, cuando bien se sabe que un cuatrero es un ratero, un ladón, un tahur de lo peor. El colmo es que gana para seguir tumbando casonas de principios del siglo XX de familias como los de la Borda, los Queirolo, etc. para que en su lugar se construyan edificios de 15 pisos en avenidas y calles y para que se sigan matando árboles para hacer veredas y estacionamientos de los mismos edificios. El sapo vía Facebook le dice al alcalde que no es más que un remedo de lo que fue el señor Allison Padre, que se valió de la popularidad, de las obras, del recuerdo y la nostalgia de su padre para llegar a la alcaldía. No solo eso, le canta "Toro Mata" y convoca al movimiento antitaurino del Perú cuando se entera de que Allison había colocado un toro de lidia en plena Avenida Javier Prado. Se vale de fotos para hacer ver que las personas de la tercera edad tenía que caminar entre caminos pedregosos ante la indiferencia de los serenos y los obreros de construcción civil, hace marketing al chocolate "Sapito" de la empresa Arcor para que todos los magdalenenses lo comieran y la gota que aturde y derrama el vaso es que al Sapo lo premian y colocan esa foto en el Saponazgo de Magdalena del Mar. No contento con su labor en el Saponazgo de Magdalena del Mar, el sapo forma otro fan page más en Facebook llamado "Que Pasa en Magdalena", el cual tiene noticias de toda índole. Ante esto, Francis Allison y la mafia de Business Track se roban la historia clínica del Hospital Edgardo Rebagliati Martins y ahí descubren que Alfredo Leal, el Sapo, es vulnerable a la penicilina. Con suma razón, un día que se quiere atender y chequear por el médico, no lo llegan a atender porque los técnicos y enfermeras no encuentran la historia clínica por ningún lado y hacen que tanto el abuelo, el padre y el nieto se preocupen, pues la atención médica debe ser un acto estrictamente confidencial y ético y no andarlo ventilarlo a los cuatro vientos. Es entonces que, sabiendo que al joven Alfredo Leal, el Sapo, le gusta el chocolate Mecano que viene con chocolate líquido, empiezan a poner penicilina en el líquido del chocolate haciendo que el Sapo se enronche, se rasque, se forme heridas y luego costras. Frente a este problema, surge el antídoto para Alfredo Leal, pues él descubre que la ampicilina lo devuelve a su estado original. Asimismo, los vecinos de Magdalena, dándose cuenta de la valentía, desafío, rebeldía y atrevimiento de Alfredo Leal, el Sapo, lo acostumbran etiquetar en publicaciones que salen en un perfil de Facebook que es visto internacionalmente. Durante todos estos más de 10 años, el Sapo apoya a Oscar Barón, Juan Monteverde Cerruti y hoy a Fernando Herrera Montenegro, todos ellos, según tengo entendido, del Partido Acción Popular. Últimamente, el Sapo ha puesto al descubierto que Francis Allison le fue infiel a la señora Robbiano de Allison con una secretaría de la Municipalidad de Magdalena del Mar con quien tiene un hijo muy chiquito. Y las aventuras del sapo continuan hasta el día de hoy.

El sapo tiene un poder que consiste en cegar los ojos al enemigo con los ácidos de la saliva de su escupitajo. De igual modo, los ácidos de la saliva de su escupitajo pueden usarse mediante una frotación con las manos para todo tipo de dolores y males en el cuerpo, pues el sapo tiene una saliva que es muy cremosa y, a la vez, curativa. De igual modo, el aceite venenoso de la parte escamosa de su cuerpo lo usa para armar dardos que son disparados al enemigo mediante una caña simple de madera de bambú. Asimismo, el sapo tiene un silbido que modula varias veces de distinta forma para llamar a diferentes grupos de animales de diversos tamaños y con variadas áreas de despliegue y movimiento. Incluso, su silbido puede manipular el giro, la dirección, el crecimiento y el movimiento de todas las plantas del entorno en el que se encuentre. Por eso que el sapo sabe muy bien que su fuerza, su talento y su habilidad radica en su saliva y su silbido ante cualquier oponente y contrincante que se le presente delante. Además, el sapo tiene la propiedad adicional de cambiar camaleónicamente de piel al margen de que el mismo Alfredo Leal, el Sapo, sea vitíligo. Tal es así que unas veces puede tener la piel rosada como un humano, algunas veces es de color verde como un reptil, un marciano y un militar de selva, otras veces presenta la piel bien amarilla como un chino y un militar de la costa, en repetidas ocasiones tiene la piel anaranjada como un sapo australiano y un felino; y, en otras ocasiones de color azul y morado pareciéndose al color de la raza de un africano autóctono y teniendo la posibilidad de esconderse en la sombra y todo tipo de oscuridad. Esto da a entender las múltiples razas que encarna, interpreta y toma una identificación para desenvolverse, tomar contacto con la sociedad y entrar en acción ante cualquier riesgo y peligro. Su color varía según el nivel y la fuerza de radiación de luz solar y luz lunar que se pueda dar en cualquier contexto, continente, ecosistema, estado emocional y humor por el que esté pasando.