Entrada destacada
Freddie Armando Romero Paredes Plans
Freddie Armando Romero Plans Leer más publicaciones en Calaméo
lunes, 19 de septiembre de 2016
El príncipe aymara de la urna de cristal
Escrita por Freddie Armando Romero. Un príncipe aymara tenía el don de sanarse con el fuego. Su hermano, quien también era heredero al trono, se preguntaba cómo lo hacía. El príncipe aymara un día le enseñó y el hermano, de inmediato, apagó el fuego quedando solamente cenizas. La princesa, pensando que eran recuperables y teniendo fe, reunió y juntó las cenizas en una esfera de carbón. El hermano se dio cuenta de aquello y cambió la esfera por una simple. Y la esfera original la guardó en una urna de cristal que colocó en una cava. Pasó el tiempo. El hermano se convirtió en rey y desposó a la princesa, quien ya tenía un hijo del príncipe de la urna, a quien le gustaba desde bebe cómo los carbones se convertían en diamante. Un día el niño se metió a la cava y tomó el carbón de la urna, el cual, haciéndole una cuidadosa y contundente frotación, lo transformó en un diamante luminoso que, de inmediato, cegó al rey usurpador, quien ya no pudo ver más, lo cual hizo que interiormente maldijera a su hermano atrapado en la esfera cristalina. La reina, por su parte, se dio cuenta que era un buen accesorio de orfebrería para unas orejeras y un collar; y, enseguida, lo mandó a trabajar. El usurpador se quedó callado, riéndose dentro de sí mismo y mandó a que lo escoltaran a sus aposentos para descansar. En plenas labores, cuando el empleado llevaba el diamante para cortarlo, el rey tirano, con su vara que se guiaba para poder caminar, le hizo zancadilla a dicho empleado para que se tropezara. Pero, felizmente, el niño lo atrapó y se lo dio a su madre, quien, pensando en que ahora si iba a disfrutar de sus joyas artesanales, le dio un beso al diamante, lo cual hizo que el desaparecido príncipe aymara apareciera de nuevo y recuperara su figura humana, esposa, hijo, familia y reino. El hermano traidor en un santiamén murió, lleno de ira, de una fuerte impresión al oir nuevamente la voz de la legítima autoridad, el Príncipe Ayma. Después de que Ayma y su familia enterraran al perverso pariente y le rindieran tributo a la Madre Tierra, los aymaras vivieron felices y seguros con su rey. Y, de esta manera, termina la leyenda del Príncipe Ayma que se salvó de estar atrapado de por vida en una esfera encerrada en una urna de cristal. El relato se creó en mi viaje a Puno, precisamente cuando estaba en la biblioteca del departamento para luego dirigirme a Desaguadero para de allí recorrer La Paz, El Alto Perú, Cochabamba, Santa Cruz y, finalmente, Tarija, cerca a la frontera Bolivia – Argentina. En Tarija vi en migraciones el retrato del presidente Evo Morales Ayma, cuyo nombre descifre y entendí como El Magno Anima (EMA).
domingo, 18 de septiembre de 2016
sábado, 17 de septiembre de 2016
Felix Heine y Livia Fourment
Escrita por Freddie Armando Romero. Livia era una estatua de piedra y cemento que en sus pies pisaba una serpiente. Felix era una estatua humana que todos los días iba a la plaza mayor de la ciudad a realizar variadas performances para ganarse la vida honradamente, pagar algunos talleres y cursos que le otorguen una certificación en algún oficio y así salir adelante. Cada mañana se quedaba cautivado por la belleza de la estatua e, incluso, la incluía en varios actos artísticos. En un principio, debido a su idiosincracia, Heine creyó que la estatua era una virgencita. Pero, luego leyó la leyenda que había en una placa recordatoria de metal y en ese instante supo que se trataba de una joven proveniente del pueblo de Salem que valientemente se enfrentó al demonio, salvó a varios niños de su pueblo y restableció la paz en cada una de las casas de dicho pueblo. Es por eso que se le levantó una estatua en su memoria con el detalle de que ella pise una serpiente. No se sabe cuál fue el costo real de su sacrificio, pero lo cierto es que ella triunfo y venció al mal, convirtiéndose así en un mito que perdura de generación en generación, a través del tiempo y que se transmite oralmente de abuelos a padres y de padres a nietos. Algunos señores centenarios tienen el dato no confirmado que la estatua de Livia no se esculpió, sino que es la misma Livia que, después de su lucha, quedó convertida en piedra y cemento. De igual modo, el material con que está hecha la escultura no se ha podido precisar, pues algunos creen que es argamasa (una mezcla de concreto hecha a base de huevo), otros creen que es salitre, pero el salitre que había en la zona se acabó cien años antes de que ella apareciera, otros piensan que es sillar, pues ella es bien blanca como los copos de algodón de las haciendas algodoneras cercanas y algunos pocos han llegado a la conclusión que está hecha de adobe y es por eso que muchos rezan a diario para que no ocurra un terremoto que sacuda la ciudad y se traiga abajo la escultura. Sin duda, y en eso todos se ponen de acuerdo, Livia Fourment, el bello monumento de mujer, está hecho de un material muy fino, el cual genera curiosidad, pues muchos quisieran construir casas, edificios y otros monumentos más con ese mismo material.
Un anciano se le acerca a Felix y le dice que se acerca el Triduo Pascual, donde hay indulgencias plenarias, misas, cánticos, bailes, procesiones y pedidos que se pueden hacer realidad. Luego, le pregunta si es que ya pidió su deseo. Y Heine le contesta que no y, a la vez, le pregunta cómo puede hacer su pedido. A lo que el viejo le contesta que detrás del monumento hay una rendija que da lugar a un antiguo pozo seco muy hondo, el cual ha servido para que miles de personas depositen cartas con sus más caros y deseados anhelos, incluso llegan a depositar monedas. Por realizar esa costumbre, se han originado infinidad de milagros, los cuales se le atribuyen a Miss Fourment. Pero, el Vaticano, por el contrario, cuando debería reconocer su santidad y poder milagroso, se ha negado a hacerlo, se muestra escéptico y más bien condena la actitud y la devoción a una estatua que pretende imitar a la Virgen María y quitarle el sitial que le corresponde como la más grande mujer sin pecado concebido. No obstante, esto no impide que la gente le siga teniendo fe y acoja a la estatua como un elemento importante propio de la cultura popular y natural de las raíces del pueblo. Así que el abuelo termina diciéndole a Felix que él puede pedir con total y plena confianza lo que él desee desde lo más hondo y profundo de su corazón. En respuesta a esto, Heine le contesta que lo que más desea es encontrar en la vida una mujer como ella, con su mismo cuerpo, su mismo cabello, sus mismos ojos y sus mismos labios. El señor de la tercera edad se queda pensativo durante varios segundos mientras que lo escucha, sonríe y luego le contesta que si quiere una mujer así, sería mejor que se robe la estatua o le tome una foto para esculpir una obra igualita a ella. Terminada la conversación, el adulto mayor se retira del lugar riéndose a carcajadas.
Felix, en un momento, se le ocurre que en su taller puede hacer una escultura igualita. Y es así como hace una escultura que queda igualita; pero, viéndola bien, concluye que no es la original. Estando insatisfecho, llega al colmo de comprarse una mujer inflable con la que duerme abrazado todas las noches. Con tanta fuerza abrazaba a la mujer de plático que terminó desinflándose a las pocas semanas.
Heine trata de olvidarse de la estatua. Incluso llega a cambiar su lugar de trabajo para realizarlo en una plazuela cerca a la plaza mayor. Pero, lastimosamente, cada día, cuando termina la tarde y empieza a oscurecer, tiene que ir a tomar la línea del bus que va a su casa en la plaza mayor. Y, justamente, cuando va al paradero de la plaza más grande de la ciudad, es cuando ve al monumento de mujer que es Livia Fourment. Esta rutina se repite hasta el día que es sábado de gloria, un día antes del domingo de resurrección. Es ahí que, con los ojos rojos repletos de lágrimas y con un llanto que le hacía doler la cabeza, le habla a la estatua, le dice que ya no puede más y le confiesa su amor. Luego, se pregunta si es que existe alguien superior a la estatua que le pueda realizar el más grande y maravilloso milagro de toda su vacía vida. Después de ese instante lleno de súplica, piedad y misericordia, aparece en el cielo azul de la noche una estrella que juega increíblemente en los aires, pues se acerca y se posa en la luna, luego da vueltas alrededor del satélite y luego entra en un ejercicio de acercarse y alejarse ante los ojos atónitos de Felix, quien agarra su smartphone, prende su cámara de fotos y trata de capturar una imagen de esa traviesa estrella. Esa misma foto la sube a Twitpic y la tuitea. Enseguida, sus followers le reclaman que esa foto está velada, pues no se ve nada. Él se queda sorprendido mirando la estrella y tratando de mirar una y otra vez la foto que tomó con su celular. Nuevamente, el anciano, quien era su amigo, se acerca y le dice riéndose a carcajadas y en son de burla que ahora resulta que se enamoró de una estrella. Heine no le hace caso, lo ignora y más bien aprovecha la oportunidad para pedirle un milagro a la estrella, pensando que si Livia se parece a Santa María pisando una serpiente, entonces la estrella juguetona debe ser la estrella de David que guió a los tres reyes magos y los pastores en Belén. De esta manera, Felix le pide que Livia sea de carne y hueso; bueno, más bien de mucha carne para abrazarla muy fuerte y llenarla de muchos besitos. La estrella se detiene, oscila un largo rato hasta que llega a desaparecer. El jovencito opta por retirarse y cuando está cruzando la esquina para ir por la avenida para llegar a su casa caminando, la estrella aparece y una luz radiante, mágica y llena de polvo cósmico ilumina la estatua durante un cuarto de hora. Después de esto, se paga esa luz, la estrella se esconde detrás de la luna y todo vuelve a la normalidad como si nada hubiera pasado. El muchachito con la cabeza agachada y, al mismo tiempo, viendo que la plaza estaba sola, sin ningún alma y sin ningún medio de transporte con el cual irse a su casa, se marcha caminando. Cuando está por la tercera cuadra, empieza a llover y toda su ropa se empapa. Llega con los zapatos enlodados a la morada, donde vive.
Al día siguiente, el chico vuelve a la plaza mayor para hacer sus jocosas e innovadoras piruetas y se lleva con una sorpresa: el monumento de Livia Fourment había desaparecido. Nadie en la plaza ni en el mercado ni mucho menos en las instituciones principales de la ciudad se lo podía explicar. El anciano de siempre que pasaba por ahí le reprochó al jovenzuelo el habérsela robado en plena madrugada cuando no había nadie en la calle. El viejo lo acusó con el dedo estirado y le dijo que tanto era su ímpetu, su obsesión y su idea recurrente y enfermiza que vio la mejor forma de sacar la escultura, algo que es considerado por todo el pueblo como patrimonio cultural y símbolo de las raíces de los pobladores. El buenmozo rechazó la acusación y dijo que no, que no era culpable, que lo estaba difamando delante de toda la gente reunida en la plaza y que, primero, se debía averiguar para llegar al fondo de este asunto y dar con los verdaderos responsables, quienes debían recibir un castigo ejemplar que sirva de lección a todo el mundo, principalmente a los jóvenes y niños nacidos en esta nación. De repente, sale una mujer de la multitud que se hace llamar Liesl Van Der Meer que calma a la población enardecida, hace entrar en razón al viejo y que finalmente se presenta como una profesional de las artes escénicas que sabe hacer mimo, claun, acrobacias circenses y ballet, dejando en claro que conocía muy bien cómo hacer la danza de los siete velos, su mejor performance y que perteneció a Salomé, la joven enamorada de Juan El Bautista en tiempos de Jesucristo. Y, junto con ella, se presenta alguien al que refiere como su asistente y compañero de trabajo y cuyo nombre es Liubomir, quien también es un mago que hace trucos y actos ilusionistas. Ante esto, Felix, lo único que hace es mirarla sin parar un buen rato, encontrándole un gran parecido con Livia Fourment; pero, al final, llegando a la conclusión que ella estaba muchísimo mejor que la estatua, pues tenía talla y entalle y una figura que, sin lugar a dudas, sería la delicia para cualquier pretendiente que se acercase a ella. Esta actitud le llama la atención a Liesl, quien le pregunta con una sonrisa y las mejillas coloradas que si se le perdió algo. Heine le contesta que ha visto la fascinación hecha persona y que ahora la plaza se va volver más atractiva con su presencia. Miss Van Der Meer sigue sonriendo y lo rojo se le expande por toda la cara. En eso interrumpe Liubomir, quien dice que ya es mediodía y hasta ahora no se ha comenzado a trabajar. De esta manera, Mr Heine y Miss Liesl comienzan a actuar juntos en la plaza y el resultado de esto es que forman una sinergia nunca antes vista en el mundo de las artes, la cual se vuelve modelo de admiración y la base para llevar a cabo muchos más proyectos artísticos con ellos y con otros grupos de arte. De igual modo, poco a poco, de la química amical se pasa a una atracción inevitable y de esa dichosa atracción se pasa al fuego ardiente del amor, lo cual no le gusta mucho a Liubomir porque esto significaría que Felix y Liesl comiencen un proyecto dramático juntos y esta vez sin la presencia del mago. Entonces, es en este momento que Liubomir le dice una y otra vez a Liesl que Felix le está robando público y toda la atención que siempre debía centrarse en ella. A la chica no le gusta para nada lo que ocurre, pues piensa que ella tiene muchísimo más potencial y preparación que el muchacho que la secunda. Al instante, nuevamente, Liubomir le dice con una cizaña camuflada que ahora es ella la que lo secunda a él. Después de dicho esto, Liesl empieza a malinterpretar el buen espíritu, corazón e intención de Felix. Ella se vuelve más celosa profesionalmente y Heine no sabe ni mucho se explica que le puede estar pasando u ocurriendo a Liesl. Todo esto se repite día a día. Las cizañas de Liubomir y la suspicacia de la señorita Van Der Meer son una rutina incorregible. Hasta que un día, ella tropieza y se cae en uno de los actos, lo cual hace que ella le eche la culpa a él por no tener el cuidado, la atención y la concentración en el trabajo. Lo peor de esto es que esto ocurre delante del público que por ahí pasaba, el cual, al ver a la señorita en el piso, explotaron los labios y gargantas en fuertes carcajadas. Esto no le causa gracia a la damita, quien mira cómo Felix baja la cabeza de la verguenza y se le traba la lengua de los nervios. Con esto se pone punto final a la relación profesional y al idilio que tenían ambos tortolitos. En cuanto sucede esto, Liubomir se alegra y disimula su sonrisa. Y desde ese momento, Liesl trabaja en la ala oeste de la plaza y Felix se desenvuelve actoralmente en el ala este.
Pasaron días y muchas semanas, muy cierto que Liesl estaba molesta y resentida con Felix; pero, también era cierto que aún quedaba esa llama de amor y pasión que nació y creció en ellos dos. Tanto Liesl como Felix trataban de no ceder e ir corriendo a pedirse perdón el uno al otro. Los números artísticos no eran como los de antes. Cada día cada vez menos gente dejaba de acercarse, aplaudir y dejar su colaboración a ellos dos. Respecto a las emociones, Heine perdía poco a poco el sentido de la vida, ya no sabía cuál era su norte, le faltaba esa palabra de aliento que Liesl siempre le daba, pues ella era su complemento más perfecto. Lo mismo pasaba con la chica Van Der Meer, a quien le faltaban ganas para comer y dormir en las noches, sufriendo pesadillas y feos sueños premonitorios. Ella estaba demacrada y con ojeras y él se quería morir. Esto repercutió en el show que la mujercita dio ante un importante número de gente por el día fundacional de la ciudad. Llegó el momento más esperado por todos cuando de repente ella realiza una ironía, algo que indigna y enfurece a la cultura del pueblo. En ese instante, los asistentes no se quedan de brazos cruzados ni tampoco agarran tomates o huevos para lanzarselos a la artista. En ese momento, toda la gente se dispone a correr tras ella para maltratarla. Y es ahí cuando Mr Heine actúa, va en su auxilio y corre a defenderla. Para que no la agredan, él la empuja ocasionando que ella caiga al piso, golpeándose la cabeza. Gracias al golpe, ella puede volver a recordar muy rápidamente que ella en una vida anterior se llamó Livia Fourment, aquella joven que se enfrentó al malvado hechicero, quien era nada más y nada menos que Liubomir, el cual quedó convertida en una serpiente que en el acto pisoteó y que, debido a la pisada, muchos niños y jóvenes pudieron ser rescatados y salvarse y así dar paz al pueblo; pero, también, implicó que la heroína de esta historia quedara petrificada junto con la serpiente muerta. Terminada esta revelación, Liesl se levanta y lo único que hace es abrazar a Felix muy calurosamente. Los dos se colman de una alegría desbordante y juran no volver a separarse nunca más. Es entonces que Liubomir le grita que esta vez no se va a salvar y la persona que va a morir va a ser ella. Dichas estas palabras, el hechicero agita la barita mágica, lo cual no le da tiempo porque pasa un niño con su bicicleta y, para impedir no ser golpeado, salta para atrás llegando a la pista, en donde es arrollado por dos camiones y un trailer. Después de esto, su cuerpo no aparece por ningún lado. Pasado este impase, Felix Heine y Liesl Van Der Meer retoman sus actividades juntos, presentando un número de variedades especial y extraordinario, el cual es aplaudido a viva voz y con palmas sonoras por el público. La reacción inmediata es que ellos se dan un fuerte abrazo y un prolongado beso. Más adelante, la máxima autoridad de la ciudad le ofrece a la pareja de jóvenes trasladar su gran espectáculo al teatro de la localidad, el cual tiene lleno total y logra records de asistencia. Es por eso que la pareja de novios se pone a celebrar en la noche a la luz de las velas y brindan con un buen vino, mientras que la luna que los miraba en un ratito se hizo la desentendida y cuando Feliz la vio escondida, se arrodilló ante Liesl para entregarle toda su vida. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
martes, 13 de septiembre de 2016
El Retorno de Rick Thorne
Escrita por Freddie Armando Romero. Historia hecha en mi viaje a la frontera de Perú con Ecuador, en el que pude apreciar los algarrobos propios del norte. Luego de la guerra de los 70 años, el Rey Rick Thorne regresa victorioso para reencontrarse con su amada, la Reina Diana Noveau. Al llegar se da con la sorpresa que Terraquia, el país de los terracotas, está lleno de sombras y oscuridad por la maldad de Gertrude Brumeau que sólo ha ocasionado que haya brumas y neblinas. Gertrude le dice que su esposa está a punto de casarse con su hijo Misael, ya que todos pensaban que el caballero estaba gravemente herido cuando no era así. Es entonces que Rick manda a Sturnella, el pajarito de pecho rojo, con un mensaje para la reina. La reina recibe el mensaje y se alegra al saber que el rey la va a buscar. En eso, Misael intercepta el mensaje, hace dormir a la reina hasta el día de la boda y Sturnella es echada a la chimenea. Es entonces que Rick va en su búsqueda. Para ello, el rey está acompañado de Crisol, su fiel corcel y amigo de aventuras y Galo, el Gallito de las Rocas. En el trayecto tendrá que enfrentar a cuatro hombres que pretenderán liquidarlo. No obstante, el rey saldrá victorioso, ya que las abejas del reino le proporcionarán la ayuda necesaria para vencer al mal. En el primer tramo, Rick se enfrenta a un chamán, a quien logra ver a través del reflejo del agua. Es entonces que la abeja de la luz le proporciona su miel para derrotar al enemigo. Ya en el segundo tramo se enfrenta a un chivo expiatorio, a quien logra ver por el reflejo de la ventana del carruaje. Es ahí que la abeja de la fuerza le otorga su miel para vencer al enemigo. Luego, en el tercer tramo luchará contra el vidente, quien está en un castillo de cristal y a quien logra ver por el reflejo del mismo cristal. Es en ese momento que la abeja de la energía le brinda la miel para acabar con el enemigo. Y, por último, cuando sube a ver si por allí estaba la reina, se da cuenta por el reflejo de la espada de la presencia del mosquetero. Para ello, la abeja de la fe le da el espaldarazo y la confianza necesaria para salir airoso del enfrentamiento. Viéndose derrotado y reconociendo que hay que saber perder y reconocer al ganador, el mosquetero le da un escudo que le servirá para la batalla final. Luego de hacer las paces y muestras de gratitud, el caballero escarlata llega a donde está la reina que se está casando con el perverso Misael. El rey logra impedir la boda y el villano, al verse reflejado en el escudo pulido de plata, queda convertido en una estatua de sillar. Al enterarse, la hechicera Gertrude se le parte el corazón y muere instantaneamente. Una vez desaparecidas las presencias malignas del reino, el sol vuelve a brillar como antes y más que antes, las nubes se despejan, la diana y la retreta vuelven a su estado natural y todos los jardines florecen. Renace la vida en Terraquia. Los terracotas se ponen tan felices que empiezan a bailar y a brindar con algarrobina, la bebida que se realiza con los frutos rojos. El corcel Crisol, Sturnella, el pájaro rojo que renace de las cenizas, y Galo, el Gallito de las Rocas, ven cómo los reyes, Rick Thorne y Diana Noveau, se besan, se dan el sí nuevamente y viven felices para siempre con todos sus descendientes. Y colorín colorado este cuento de color rojo se ha acabado.
lunes, 12 de septiembre de 2016
36 significativos años de lucha contra la barbarie terrorista
Escrita por Freddie Armando Romero. Han pasado 36 años de lucha contra el terrorismo en el Perú, los cuales los podemos resumir en sólo 2 frases que son: “La violencia genera más violencia” y “Pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla”. Y es que Perú fue un caso único y distinto a la violencia terrorista que vive Colombia hoy en día por accionar de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). Grupos subversivos como Sendero Luminoso, al mando de Abimael Guzmán, y MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru), al mando de Néstor Cerpa Cartolini, sentaron precedentes en el siglo XX que fueron vistos no sólo por la población peruana, sino por América y el mundo. Actos violentistas como Ayacucho, Tarata y, principalmente, la Toma de la Residencia del Embajador de Japón en Perú, Morihisa Aoki, se quedaron en la retina de los televidentes y fueron cubiertos por las cadenas televisivas extranjeras, diarios internacionales y las primeras páginas web del naciente internet en el mundo.
Estamos convencidos que la lucha contra el terrorismo en el Perú no fue una tarea fácil desde que, el 17 de mayo de 1980, en las vísperas de los comicios electorales de esa fecha, Sendero Luminoso quemó las ánforas electorales en el pueblo de Chuschi, hecho que al principio pasó desapercibido e inadvertido, tanto por los medios, por la población de aquel entonces y las autoridades de turno, quienes tomaron el hecho como una noticia pintoresca y algo anecdótico propio de la rutina electoral realmente democrática que vivía la nación después del inquisidor gobierno revolucionario de las Fuerzas Armadas al mando de los generales Juan Velasco Alvarado y Francisco Morales Bermúdez (1968 – 1980). Hasta el Presidente Belaunde, elegido democráticamente para el período de 1980 a 1985, creyó en su momento que se trataban de abigeos (ladrones de ganado) que aprovechaban la ausencia de autoridades del orden, la flexibilidad de la ley y la poca mano dura para delinquir en pleno territorio de la sierra, sin recibir posteriormente una pena o castigo por el malestar y agravio ocasionado a gente que, en un inicio, no entendía el por qué ocurría eso, los motivos del ensañamiento, los fines que querían conseguir y, después de ello, cuáles serían los próximos objetivos que perseguirían para llevar a cabo su siniestro plan y, al mismo tiempo, su ideología basada en la opresión, sufrimiento y muerte con el pretexto de que el Estado Peruano vivía de espaldas al país y no se preocupaba lo suficiente por satisfacer las necesidades de las poblaciones vulnerables y la gente menos favorecida, lo cual era falso porque el gobierno belaundista de Acción Popular, con su “humanismo situacional” y la ideología de “el Perú como doctrina”, se preocupó de mantener comunicado al Perú con carreteras como “la Marginal de la Selva”, viviendas como “la Residencial San Felipe”, proyectos de energía, hidráulica y riego, reformas y mejoras en la educación primaria, secundaria y superior, devolución y respeto por los medios confiscados durante el gobierno militar, defensa del territorio nacional en el caso “Falso Paquisha”, construcción de hospitales como el Instituto de Enfermedades Neoplásicas, en el campo tecnológico se creó el Consejo Nacional de la Ciencia y Tecnología (CONCYTEC) con el fin de lograr avances científicos a favor de la población, procuró que la población estuviera bien durante los embates del Fenómeno del Niño de 1982 y 1983, la crisis económica internacional ocasionada por el bajo valor del precio de los minerales, la crisis económica nacional generada por los malos manejos económicos del gobierno militar que a su vez generó una cuantiosa deuda y los rezagos, remanentes y atentados terroristas de aquel período. Entonces, con todo lo que hemos expuesto líneas antes, habría que preguntarnos todos si el Perú estuvo en buenas manos cuando Fernando Belaunde Terry asumió el gobierno constitucional del país; y, también, si estos beligerantes grupos subversivos, que se hacían llamar partidos políticos comunistas y/o de izquierda, buscaban un justo ideal con profundas convicciones intrínsecas a favor de la población, lo cual demostraron que no era así, que eran falsos en sus intenciones, propósitos y planes, y que dejaban mucho que desear, o que, más bien, si estos –ahora repudiados grupos subversivos por una cuestión de memoria- eran grupos obcecados, equivocados, mal mentalmente, que buscaban implantar la ideología china de Mao Zedong a una realidad, cultura e idiosincrasia distinta como la del Perú, que querían el poder y todo lo que eso conlleva e implica a como diera lugar sin tener en cuenta las libertades, opiniones y aspiraciones de la población afectada por los mismos maltratos, abusos, injusticias, atropellos, imposiciones y crímenes de lesa humanidad, lo cual empezó y terminó siendo cierto y doloroso para millones de peruanos que viven el día a día.
Creemos que la violencia genera más violencia y que los métodos con los que actuaron Sendero Luminoso y el MRTA no fueron, no son y nunca serán las formas para que los demás entiendan cualquier mensaje ni mucho menos para construir una cultura de paz en bien de todos. A la fuerza no se resuelve nada, sino más bien hablando se entiende la gente. Episodios lamentables, cruentos y verdaderamente dolorosos como los ocurridos en Ayacucho, Tarata y otras ciudades y centros poblados más de nuestro querido Perú nunca olvidaremos, pues quedarán en la memoria colectiva de las familias afectadas y de toda una nación que, por memoria y respeto –y no odio- a sus conciudadanos peruanos de costa, sierra y selva, del norte, centro y sur, estará atenta y vigilante ante cualquier estado de alerta y emergencia y dispuestos a luchar con la misma garra, valentía y pasión, como lo hicieron en su momento las rondas campesinas, con tal de defender y mantener cosas que nunca se les debieron haber robado: la paz, la integridad física, mental y anímica y, por supuesto, la fe y tranquilidad de ser peruanos y de vivir en un hermoso suelo patrio. Para ello no estarán solos, porque estamos seguros que la humanidad y grandeza de las Fuerzas Armadas y del Orden estarán junto a ellos para combatir, reducir cualquier riesgo y velar por la seguridad de nuestros compatriotas, como lo hiciera en su momento el Comandante Juan Valer Sandoval, quien murió heroicamente en la Operación Chavín de Huantar de 1997, la cual se realizó exitosamente con el fin de rescatar a los rehenes secuestrados y eliminar para siempre al MRTA, el cual era un peligro para la sociedad peruana. Esperemos que estos hechos de la vida real no se dejen de enseñar en los colegios para que los propios estudiantes aprendan a amar y defender lo que es suyo y sean más conscientes de que la nación peruana los necesita como profesionales honestos que aman la vida para un futuro prodigioso con cultura de paz, armonía y democracia para todos.
domingo, 11 de septiembre de 2016
Wayra y Wira, el Origen de Hanan y Hurin Cuzco
En el dormitorio principal del Coricancha, el gran palacio de Wiracocha, el cual tiene un ambiente cálido y rústico por la presencia de piedras labradas, decorado sencillamente con la orfebrería y las artesanías que la gente del Tahuantinsuyo elabora, está dando a luz Mama Cora. Junto a ella está la partera y sus dos ayudantas, quienes están apoyando en las labores del parto, dándole todo el apoyo necesario a la esposa inca.
La partera sale del cuarto y avisa al Inca Wiracocha del acontecimiento, quien de inmediato entra a ver a su esposa y a sus dos hijos, quienes tendrán como nombre Wayra y Wira.
Y Wira y Wayra tienen 16 años, la edad en la que uno demuestra sus artes y habilidades. Los dos hacen los tests.
Wiracocha da los resultados de las pruebas en las que Wayra ha salido altamente calificado y Wira no.
Wayra conversa con su enamorada Aura, a quien trata de decirle que se tienen que separar por un tema de conflicto interno; pero, al final no puede contarle la verdad de que se tiene que ir.
Wayra conversa con su hermano gemelo Wira para suplantarse, ya que Wayra está enamorado de Aura y Wira quiere demostrar su capacidad como guerrero inca.
Sin que nadie lo vea, detrás de una puerta, escucha la conversación entre los dos hermanos gemelos el chamán del reino llamado Chacha.
Chacha prepara un hechizo y toma la misma faz, forma y figura de Wira para así suplantarlo, infiltrarse dentro del Imperio y eliminar uno por uno a la panaca real, la familia imperial.
Wayra le cuenta la verdad a Aura de que Wira tomó su lugar porque Wira quería demostrarle su capacidad a su padre, el Inca Wiracocha.
Chacha simula que Wira ha llegado de la guerra y se presenta ante Wayra y Mama Cora. Chacha comunica que el Inca Wiracocha murió en el enfrentamiento. Por eso se da un receso.
Mama Cora y Wayra toman de la copa envenenada al brindar por el regreso de Wira (Chacha) y se desmayan. Chacha los encierra bajo siete llaves. Dentro de ese encierro, Wayra le dice a Mama Cora que es Wayra y no Wira, que nunca se fue a la guerra por amor a Aura y que no sabe cuál es el paradero de Wira, a quien permitió que lo suplantará para irse a la guerra y demostrar su valor.
Chacha, convertido en Wira, se hace pasar por Wayra y le propone matrimonio a Aura. Aura, bajo las ínfulas, la hipnosis y el poder de convencimiento de Chacha, dice que sí y acepta.
El Inca Wiracocha y Wira impiden que se case Chacha (Wayra) y Aura. Wira mata a Chacha con una lanza en el lunar falso del pie que revienta por estar lleno de pus y hace que Chacha se vuelva en polvo y desaparezca para siempre. Reventado el lunar, los soldados incas vuelven en sí y reconocen a la familia imperial como la única y auténtica, capaz de gobernar el Tahuantinsuyo. Hasta la misma ñusta Aura vuelve en sí y recupera la razón. El conjuro se deshace y todo vuelve a la normalidad.
Esta acción heroica hace que el Inca Wiracocha descarte de aquí para adelante cualquier prueba de valor, valore a sus dos hijos por igual y concrete la conformación del Hanan Cuzco para uno y el Hurin Cuzco para el otro. Asimismo, Wayra se casa con la ñusta Aura, el alma del Tahuantinsuyo, y Wira se casa con Quincha, a quien irían dedicadas muchas fortalezas incaicas.
sábado, 10 de septiembre de 2016
Las Aventuras de El Corregidor
Escrita por Freddie Armando Romero. Muerto Huascar y preso Atahualpa, el Dios Sol o Wiracocha hace ascender al Cusco creando Choquequirao para evitar que la ciudad caiga en manos de los españoles.
Tras varios siglos de dominio español, un día la princesa inca Elia Champi desciende de las laderas de Choquequirao sin saber que estaba embarazada de su novio Alcahuaman, un guerrero inca y fuerte candidato para poseer la mascaipacha. Es entonces que Elia cae en manos de las huestes españolas que le hacen perder la memoria debido a una fuerte contusión.
El virrey Abascal se sorprende al ver que todavía exista una princesa inca tan bella. Tanta es su admiración y satisfacción que enseguida toma a Elia Champi como esposa y la nacionaliza española, le cambia el apellido por el de Shampi y manda a crear el dulce Shampu en honor a Shampi.
En el virreinato se comienza a cultivar el gusto por el dulce Shampu en honor a doña Shampi.
Abascal, el virrey, ve crecer un hijo que cree que es suyo; pero, que no lo es. Al mismo tiempo de estar con la princesa inca, tiene amantes y queridas. Elia se entristece al principio; pero, luego, consigue aliento y se refugia con la llegada de su pequeño hijo al que le pone por nombre Absalón.
Un día, jugando a las escondidas, el pequeño Absalón Abascal se pierde en el bosque. Es entonces que Alcahuaman lo encuentra y, de inmediato, se da cuenta que la dama es la princesa inca, su novia de antaño, quien ahora es toda una distinguida señora española. Luego de esto, él trata de que ella vuelva en sí; pero, se da cuenta que ella perdió la memoria.
Aún así y a pesar de todo, ella en agradecimiento lo presenta ante el virrey como el nuevo corregidor, con un traje elegante, el cabello recortado y otro estilo de arreglarse. Tanto ella como él se ponen de acuerdo para que el inca se presente como Alcides Poma de Ayala.
Alcides Poma de Ayala, el corregidor, se da cuenta de las injusticias y se enfrenta a duques, marqueses, condes y demás señores feudales. Durante una de las pugnas, Elia cae mal herida y es ahí que recobra la memoria. Después de esto, ella lo reconoce y él la besa apasionadamente. Más adelante, estando la situación fuera de peligro, los dos se ponen a rezar para que todo se arregle, vuelva la paz, sean felices para siempre viendo crecer feliz a su hijo, quien no es del virrey, sino de Alcahuaman Puma de Ayala.
Recobrada la memoria, Elia Champi se fuga del castillo junto con Alcahuaman. De ahora en adelante, Elia se hará llamar Chaveli Chavarri, quien andará con vestidos menos costosos y de carácter indigenista, viviendo junto a Alcides con el modesto salario de corregidor y siempre luchando como su esposo por los más humildes y contra la tiranía de virreyes como Abascal y los que lo suceden en el cargo.
Finalizada la guerra de independencia, el Dios Sol o Wiracocha hace descender a la gran ciudad imperial del Cusco de las alturas y todos viven felices para siempre. Y mayor es la felicidad cuando el Libertador don José de San Martín le da la Orden del Sol de Perú a Alcahuaman Puma de Ayala.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Popular Posts
-
Soy Freddie Armando Romero Paredes. Tengo 35 años de edad. Nací el 25 de febrero de 1986 en el Hospital Edgardo Rebagliati Martins de Jesú...