Creado y escrito íntegramente por Freddie Armando Romero Paredes. Thibeaud Le Mer vivía feliz con Euridice Diz y sus hijos (leáis la historia de Thibeaud Le Mer también escrita por este servidor). Pero, Marcos, el marciano, quien estaba dentro del cuerpo de Thibeaud, como un intruso, estaba triste. Tal es así que el marciano Marcos le hacía gruñir el estómago como un modo de disconformidad. Es entonces que Marcos, a través de los ojos de Thibeaud, ve, se fija y queda enamorado de Séfora, la hija de Thibeaud y hermanastra de Yann Zannetacci, quien era hijo de Juana Alva de Le Mer. El problema es que Marcos no podía estar con Séfora por estar en el cuerpo de Thibeaud por orden de Santa María y la cúpula celestial. Tal era su tristeza y amargura que una madrugada llora, se queja y grita mientras que Thibeaud está dormido. Es entonces que Dios habla con Santa María y deciden que el cuerpo de Marcos se siga quedando dentro del cuerpo de Thibeaud y el alma del mismo Marcos se pose por una noche en la vágina de Séfora. De tal manera, que Séfora quede embarazada de Marcos y con el niño recién nacido que se llamará Jefté se cumplan todas las profecías que están ya escritas. El niño Jefté nace, la familia de Thibeaud lo acoge, pero en el colegio lo marginan por su aspecto reptiliano y por hablar cosas que en un primer momento no son entendidas por la localidad y los medios de comunicación. Pero, después, Jefté empieza a liderar su aula, luego su grado, luego su colegio y luego a todos los muchachos y chicas del sector educación. En ese peregrinar conoce a Rut, quien era la hijastra del rey de Palestina y quien se dedicaba a la mala vida por no tener un motivo para seguir adelante por el rechazo de su padrastro y la desidia y dejadez de su madre, la reina. Es entonces que el rey Arfaxad se opone porque tiene miedo que Jefté le quite el trono y se corone rey haciendo reina a Rut. En tanto, Selaj se queda atraída y prendida de Jefté, quien la ignora por completo por amar a Rut. Jefté tiene seguidores y un equipo con el que trabaja, con quienes planea plantear, cambiar y reformular la educación en Palestina para crecer económicamente y mejorar como nación. Pero Arfaxad y Selaj no le gustan los cambios porque perderían poder e influencia. Así que los reyes de Palestina compran conciencias a muchos de los que forman parte del entorno de Jefté y pagan a un homosexual llamado Malael, del mismo temple, carácter y malas mañas del traidor de Judas Iscariote, para que corrompa y tiente a Jefté, aprovechando su cercanía al mismo Jefté dentro de las actividades del movimiento estudiantil, pensando que tal vez Jefté, quien está en contra de la ideología de género, cambie de opinión y empiece a promover esa susodicha ideología de género en la educación. Pero es inútil porque Jefté se enamora cada vez más de Rut y por eso piensa que no debe haber ideología de género, ya que se es bien hombre o bien mujer. Es entonces que Malael influye con el permiso de rey Arfaxad para que le hagan la vasectomía a Jefté aprovechando que se va a operar por una cuestión de salud. Pero, ya es demasiado tarde porque Rut está embarazada y, al saberlo, ella huye para que no le hagan daño. Rut da a luz en Jordania y luego se dirige a Roma, la Santa Sede, donde reclama el papado y a su vez le piden signos y pruebas. Entonces Rut les dice que esperen tres días. En esos tres días, un rayo parte a Malael y sus secuaces, Jefté es asesinado mediante la creogenización después de operado y al tercer día resucita tocando la puerta santa del Vaticano para entrar. En ese instante, a la tercera llamada al portón, el Sol explota y granos amarillos se expanden y esparcen por el universo, volviéndolo amarillo. Una de las chispas le cae a Selaj. Omri, el hijo adolescente de Jefté y Rut, montado en un omni, lanza un disco contra Arfaxad matándolo al final. Omri es rey, se casa con su querida Milca y Jefté, su consejero real, vive con su amada Rut, manteniendo el secreto de su origen y ocultando quienes eran sus verdaderos padres y su verdadero hijo. Una nueva era comienza. Más adelante, Jefté, Rut, Omri y Milca se reencarnan. Algunos dicen que lo hacen en las figuras de Leonardo Da Vinci y la Monalisa. Otros que luego en los personajes de Robin Hood, Lady Marian y el pequeño Juan (mismo nombre de Juan El Bautista). Otros que después en las humanidades de don Juan Tenorio y el Mio Cid de España. Y otros hasta aseguran que en la historia del Quijote y su amada Dulcinea. Por ahora, no se sabe en qué están reencarnados o si están por venir al mundo a cumplir una vez más lo que ya está escrito. Y colorín colorado, esta historia se ha acabado.
La primera venida contada con otros ojos
La segunda venida y el reino sin fin
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