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viernes, 16 de diciembre de 2016

La historia de Martín Manarelli

Escrita por Freddie Armando Romero. Giuseppe Manarelli se casa con Carola Piglia estando muy enamorado y se va a vivir con ella a una hermosa casa en la ciudad de Roma. Pero, Carola, aprovechando la ausencia de Giuseppe, lo engaña con Tano Pallardelli, un capo de la mafia italiana, a quien le gustaban los pallares y hacer bromas pesadas como el payaso sin oficio ni beneficio que fue él, pasándose de la raya muchas veces. Giuseppe, al llegar a la casa y ver a su mujer con otro hombre, sale enloquecido y furioso con su carro sin rumbo en la carretera. Cuando Giuseppe está por Sicilia en la carretera sufre un accidente vehicular y es llevado al hospital, donde es reconocido por Marianina Sessarego, su antiguo amor de la adolescencia, quien ahora es doctora y trata de salvarle la vida. Giuseppe llega a estabilizarse; pero, sabe que no va ser por mucho tiempo. Entonces Marianina le extrae el esperma para concebir un hijo de él mediante fertilización in vitro. Marianina queda embarazada, Giuseppe firma su testamento y poder notarial y luego le dice a Marianina que ella y su hijo tienen que regresar a desenmascarar a Carola y recuperar lo que va ser para ellos. Marianina lo besa y se ausenta del hospital por maternidad. Tano Pallardelli y su banda logran encontrar a Giuseppe y por orden de Carola lo matan, dejándolo sin vida, ni opción para pedir ayuda a las enfermeras, en la cama del mismo hospital. Giuseppe Manarelli muere de esta manera, llevándose a la tumba el nombre de la persona que lo ayudó y el paradero de la propia Marianina y su hijo. Marianina da a luz a un niño y le pone de nombre Martín en honor a San Martín de Porres. Después le llaman por teléfono para decirle que Giuseppe ha muerto, ante lo cual llora amargamente. Mientras tanto, Carola se convierte en dueña de todo y, no conforme con lo que ella tiene, pone sus ojos en Giuliano, el hermano discapacitado de Giuseppe, quien en un principio corresponde a los besos y caricias de Carola. Pero no todos están de acuerdo con la relación entre Carola y Giuliano porque todos le recuerdan que Carola fue esposa de Giuseppe y, por respeto a su hermano y al tiempo que lleva muerto, Giuliano se debe hacer a un lado. Además, la familia le dice que Carola no sabe de cuidados y atención en caso que a él le ocurra una emergencia. Es por eso que ponen un aviso en el diario para encontrar una enfermera. A los pocos días, Marianina Sessarego postula al puesto, quien fuera amor verdadero de Giuseppe y es ahora madre de Martín. Giuliano se opone; pero, cuando él la conoce de inmediato se enamora sin saber quién es y el pasado que tiene. Ante este hecho Carola se llena de envidia, rabia e impotencia. Por eso para impedir el contrato, Carola toma la palabra, diciendo que no se le puede aceptar a Marianina porque tiene un hijo, quien representa un gasto más. Pero cuando doña Delia, madre de Giuliano, le pide la opinión a su mismo hijo, Giuliano dice que no hay ningún problema en que su enfermera tenga un hijo. Es entonces que Marianina y Martín de 7 años se quedan en la residencia de los Manarelli. Doña Delia Manarelli se acostumbra y siente un inmenso cariño y ternura por Martín, a quien le dice que bendito será el que lo bendiga y maldito será el que lo maldiga. Para Carola, la situación se ha salido de control, pues esto no debió de haber ocurrido. Rápidamente Carola piensa y decide mandar a Tano Pallardelli y su mafia para que maten a Doña Delia, la madre de Giuliano y Giuseppe; y, así obtener la custodia de Giuliano y toda su fortuna. Doña Delia, al estar frente a Pallardelli y antes de morir, le dice a Tano que será bendito el que lo maldiga por todo el daño que le ha hecho a los Manarelli, incluyendo a su hijo Giuseppe, muerto injustamente en el hospital por obra del criminal. Pallardelli se ríe como un payaso e ignora la maldición. Giuliano, al enterarse de la muerte de su querida madre, entra en shock y cae en coma. Carola pasa a encargarse de la fortuna de Giuliano, aparte de la del difunto Giuseppe. Es entonces que Marianina dice en la lectura del testamento que Martín es un Manarelli porque es hijo de Giuseppe y de ella. Acto seguido, Carola la manda a la cárcel por el secuestro y la muerte de Giuseppe Manarelli cuando todavía estaba casado con Carola. Marianina grita, llora y se desespera al ver que Martín se va quedar al lado de Carola en la casa. Luego el amor de Giuseppe y Giuliano le dice a Martín que no llore, que algún día se va aclarar todo y le da un billete de 500 euros para que lo utilice sabiamente. Más adelante, Martín utiliza una parte de los 500 euros en clases de actuación y un billete de 200 euros lo guarda en su bolsillo. Carola se encarga de la manutención de Martín durante 10 años, en el cual Martín le inventa diariamente falsos y pequeños gastos para que ella le dé dinero, el cual será guardado por el pequeño para pagar la fianza de su mamá algún día para que obtenga su libertad. Martín en el bus se da cuenta que los choferes y cobradores no cobran pasaje a los que tengan billetes de 200 euros por miedo a que estos sean billetes falsos. Es así que Martín viaja gratis a cualquier lado. Otro día, teniendo ya nociones de actuación, Martín se hará el dormido, el borracho, el discapacitado para no pagarle el pasaje al cobrador o al chofer. Otro día, Martín cantará en buses y restaurantes a cambio de un buen plato de comida y/o de unas buenas monedas. De esta manera, el chiquito se ahorrará el pago del almuerzo y algunas monedas más, cantidad que irá a parar a los ahorros para su mamá. En la pubertad, llegará a conocer el amor de la mano de Isabella Taglio, la hija del panadero Tiberio Taglio, a quien le preguntará cada vez que pase por la baguetería si es que hay un pedacito de cariño. Paralelamente, Carola queda embarazada de Tano, quien al ver que la criatura es una niña y no un niño fuerte y robusto, capaz de asumir el mando con liderazgo de la mafia Pallardelli en el futuro, abandona a Carola, quien, con el fin de hacer regresar a Tano a la cama y a los brazos de ella, abandona en un orfanato a la niña, quien tendrá por nombre Pierina Pallardelli y recibirá ayuda y visita de Martín cada fin de semana para saber cómo está y no se sienta sola porque, según el mismo Martín, la bambina no tenía la culpa de tener unos padres irresponsables e insensibles al dolor de cualquiera y más si era carne de la carne. Al no conseguir que Tano vuelva, Carola se entrega al vicio del licor y se vuelve alcohólica. Llega un día en que el joven Manarelli realiza una manualidad para la escuela secundaria en la sala comedor de su casa, usando témperas y thinner. En un momento dado, Martincito deja un vaso con los residuos de las mismas témperas y thinner, el cual es agarrado por Carola en estado de ebriedad, quien, pensando que es un licor de varios colores y sabores, se lo toma y cae muerta al piso. Martino llama a la ambulancia enseguida para tratar de salvarla; pero, ya es demasiado tarde. Luego del entierro, Martín coge sus ahorros y paga la fianza de su mamá Marianina, quien sale libre para ver, besar y abrazar a su ya crecido y maduro retoño otra vez. Un rato después, Marianina y Martín van al hospital a ver a Giuliano, por quien se entristecen al verlo postrado en cama. Al despedirse los dos le dan un beso y le dicen que la malvada de Carola Piglia ha muerto y que ya no más podrá hacerles daño. Ante esto, Giuliano despierta, se mueve y sonríe. Cuando Martin y su mamá están en la estación de las enfermeras para firmar el alta de Giuliano; un desconocido hombre con sombrero y saco largo y negro entra a la habitación de su tío. Ante esto, el muchacho se da cuenta y va tras de él. Ya en el cuarto, Martín ve que el viejo Tano Pallardelli está a punto de apuñalar por la espalda a su tío Giuliano, quien está alistándose para salir. Martín se interpone, resulta herido y con la daga incrustada le dice maldito a Pallardelli, quien se asombra y exclama que la profecía de doña Delia se cumplió. En ese momento, a Tano le da un ataque al corazón que se agrava al escuchar a Marianina que el hijo de Giuseppe estaba herido. Tano piensa y habla como loco en voz alta en un segundo que Martín es su hijo que tuvo con Carola porque cree que Giuseppe no pudo haber tenido hijos porque murió antes de tiempo, pero aparece en frente suyo Pierina que le dice que ella es su verdadera hija a la que rechazó por ser mujer y no un hombre que pudiera liderar su banda criminal y que ahora siente lástima por él. Y en el siguiente segundo el mafioso de Tano muere. Martín, antes de morir, le dice a su mamá que cuide a Isabella Taglio y al hijo que ella está esperando. Después de esto, Martín se convierte en un ángel que los mira desde lo alto y se marcha volando hacia el firmamento para cuidarlos e interceder ante Dios por ellos en compañía de su padre Giuseppe. Isabella da a luz el hijo de Martín y le pone de nombre Antonino y junto con Pierina, Giuliano, Marianina y los hijos que estos dos últimos tienen viven felices para siempre. Y colorín colorado esta historia italiana se ha acabado.

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