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viernes, 29 de octubre de 2021

IMPERIO DE CRISTAL

Escrito íntegramente por Freddie Armando Romero Paredes. Franklin Roosevelt era ingeniero, se iba a casar con Charlotte Attenborough para cumplirle por haber quedado embarazada. Pero, el parto se adelanta y el médico dice que hay riesgo de que tanto la madre como el hijo mueran en el alumbramiento. Para salvarle la vida a la madre permiten que los gemelos mueran. Pero, al final, la madre también muere. Como hay dictadura militar y la madre es famosa, el dictador piensa que también puede ganar mucho más dinero con los niños recién nacidos. Es entonces que contando con tecnología de punta y de vanguardia, el dictador de turno clona a los niños muertos, dándoles vida de nuevo y encarga la crianza a una pareja de esposos de apellido Kyotto que se dedicaban a la vidriería. La pareja de esposos pone de nombre al niño Liok Kyotto y a la niña Thai Kyotto. En cuanto a Franklin, él decide entrar al Seminario para poder olvidar a Charlotte Attenborough, el gran amor de su vida, y a los dos niños que perdieron la vida en el aborto natural, sin saber o intuir que los dos mismos niños habían sido clonados y, siendo jóvenes, estaban viviendo con otra familia. Franklin Roosevelt asciende al cargo de canónigo o monseñor. Curiosamente, un día, Liok Kyotto, de 18 años de edad, empieza a ayudar como monaguillo en la parroquia y su hermana Thai Kyotto, también de 18 años, empieza a cantar en el coro, sin saber que el sacerdote Franklin Roosevelt era su padre. El vicario de nombre Taue Tangüis había resultado ser un mañoso, que no solamente codiciaba el cargo de párroco, canónigo o monseñor y las arcas de la parroquia, sino también estar cerca del Papa de nombre Tarso de Cilicia para sentir el poder papal y aprovechar su cercanía para establecer contactos y negocios a la vez. Paralelamente, los esposos Kyotto continúan con la colocación de los nuevos vitrales con alegorías de un mundo celestial y santo en las ventanas de la parroquia. Pero, los nuevos vitrales no eran vitrales cualquiera. Eran vitrales mágicos hechos con el mismo material con el que se hacen los diamantes para las tiaras, collares y pulseras de la realeza europea. El vicario Taue Tangüis, en plena visita papal, cuando el Padre Roosevelt está saludando y conversando con el Papa Tarso de Cilicia, empuja en un descuido y disimuladamente al mismo Padre Roosevelt con los acólitos Liok y Thai, yéndose también el vicario pervertido con todo el peso empujado, al mundo mágico que hay detrás del vitral, el cual después del fuerte impacto del viaje repentino de los cuatro cuerpos a ese mundo fantasioso, geométrico y lleno de luz se rompe en varios pedazos. El Papa Tarso, que es un tanto sordo y amnésico, siente un leve y rápido ruido, el cual al siguiente momento no recuerda con tanta insistencia, sino que más bien continúa con los saludos y actividades protocolares. Los vidrios se caen fuera de la iglesia, donde está el evento papal. Enseguida, los esposos Kyotto tratan de recoger los vidrios que están en la vereda y la pista, para luego llevarlos al taller para unirlos y recuperar la ventana rota del templo. Cuando ponen los vidrios en la mesa de madera del taller, los esposos Kyotto empiezan a ver las siluetas y oír las voces del Padre Roosevelt y de los jóvenes Liok y Thai y no saben qué hacer. Lo único que se les ocurre es armar todo el vitral de la ventana y llevarlo en el menor tiempo posible a la iglesia escogida para la visita papal, para que el Papa Tarso de Cilicia decida qué es lo mejor que se puede hacer ante el gran problema. Mientras tanto, el Padre Roosevelt y los chicos Liok y Thai enfrentan al vicario Taue Tangüis, con la ayuda de la musa de nombre Carla Charles, quien en realidad es Charlotte Attenborough, la novia y madre gestante del Padre Roosevelt, quien ahora se encarga de cuidar y proteger el Imperio de Cristal que hay en cada iglesia, con obras maestras en honor a la Virgen María, a Cristo, a Dios, a San José y a todos los santos perpetuados en un mundo paralelo de vidrios unidos artísticamente. El Padre Roosevelt reconoce a Charlotte Attenborough, quien le cuenta que ella siempre ha estado acompañándolo a él en las misas, paraliturgias, ceremonias, lectios y exposiciones al Santísimo, pues ella es la reina de los vitrales y está presente en todos los vitrales de todos los templos. De igual modo, le cuenta que los dos niños no murieron, o mejor dicho, murieron y resucitaron gracias a la técnica de la clonación; y, que esos dos niños eran Liok y Thai, criados por la pareja de vidrieros de apellido Kyotto. Con respecto al vicario Taue Tangüis, quien constantemente trata de sorprender y atemorizar sin éxito en el Imperio de Cristal, Carla Charles, también conocida como Charlotte Attenborough, empuja a Tangüis a los fierros de acero retorcidos del marco de la ventana cuando los esposos Kyotto están colocando el vitral recientemente compuesto y reparado en el taller de la vidriería. Cuando Charlotte Attenborough se da cuenta que se está manifestando el Señor Jesús en la eucaristía al momento de ofrecer el cuerpo hecho pan y la sangre hecho vino en el altar, Charlotte le dice al amor de su vida y padre de sus dos hijos, el sacerdote Roosevelt, que es momento de salir del vitral para entrar y reincorporarse al mundo de los hijos de Dios. El Padre Roosevelt lo piensa varias veces y al final decide quedarse en el Imperio de Cristal con Charlotte, Liok y Thai. Cuando quieren visitar el mundo de los mortales, aprovechan los cuatro la eucaristía de la misa del templo para salir del vitral y visitar a doña Nancy Roosevelt, la madre del Padre Franklin y abuela de Liok y Thai. Y cuando suenan las últimas campanadas de la misa de la iglesia, la familia Roosevelt Attenborough regresa al Imperio de Cristal. En cuanto a los esposos Kyotto, ya saben que el Padre Roosevelt se reencontró con la señorita Attenborough y sus dos hijos y son conscientes de que deben de cuidar el vitral de la iglesia y repararlo en el taller cada vez que se raje. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. 

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