Escrito por Freddie Armando Romero Paredes. Esta
semana el Presidente Constitucional de la República, Martín Vizcarra, firmó la
adenda del contrato para el inicio de las obras de lo que será el aeropuerto de
Chinchero en Cusco. Mucho se ha especulado y debatido sobre el hecho de ser
acertada la construcción en Chinchero, ya que su especial geografía y su
curiosa ubicación es discutida por varios especialistas en la materia.
Lo
cierto es que el aeropuerto de Chinchero, después de varias décadas de retraso
y demora en su construcción, traerá beneficios que se traducirán en
prosperidad, conectividad y fluidez; y, que convertirán la zona en un
importante y boyante eje comercial en el sur del Perú.
No
es un secreto, no hay excepción a la regla y está cantado que un aeropuerto,
una carretera, un tren y hasta un puente significa progreso y mejora para todos
los pueblos, caseríos y villorrios que están cerca geopolíticamente y se
encuentran dentro del diámetro de ubicación. Los cambios son notables al corto
plazo.
Es
loable que este gobierno de turno se haya puesto los pantalones en la gestión
pública y sea un activo agente de cambio que marque distancia de la corrupción,
que deslinde en el momento oportuno e inmediato; y, que descentralice las obras
y los públicos beneficiarios moviéndose por todo el territorio nacional.
Con
total seguridad y garantía plena, Chinchero representa el inicio de una serie
de compromisos gubernamentales que el gobierno del señor Martín Vizcarra asumirá
con motivo de la conmemoración de los 200 años de la independencia del Perú. Y
todos nosotros, como nación que somos, estaremos en primera fila para dar el
espaldarazo y el visto bueno necesarios.
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