Escrito por Freddie Armando Romero. Marcahuasi siempre se ha
caracterizado, desde que se descubrió y abrió al público, por su misticismo, lo
enigmático, lo ufológico, lo paranormal, lo sobrenatural y sobre todo por
marcar de por vida mediante increíbles experiencias sacadas de los pelos, ya
sean estas buenas o malas, las mismas vidas de sus turistas, peregrinos y
moradores.
Actualmente, Marcahuasi
forma parte de los atractivos más importantes que tiene Lima y, más aún, Perú.
Incluso es reconocida y estudiada internacionalmente por profesionales de
distintos países dedicados a la ufología y astronomía.
Marcahuasi posee en sus
inmediaciones y alrededores seres, entes y criaturas que muchas veces la
ciencia y sus respectivos estudios no han podido encontrar una razonable
explicación a esas mismas presencias -fugaces y perpetuas a la vez- y que en un
sinfín de oportunidades han marcado más que una experiencia citadina y hogareña
de la cotidianidad y han generado un punto de quiebre, un llamado a la
reflexión de cómo administramos nuestra vida y si la usamos sabiamente para
hacer verdaderamente el bien; y, hasta han brindado una segunda oportunidad
para recapacitar, renacer espiritualmente y reinventarnos como seres humanos
descartando todo lo malo y recogiendo solo lo bueno, lo mejor y más saludable
de la vida misma.
Marcahuasi tiene tanto que
ofrecer al que visite, pues tiene historia que se ha transmitido oralmente en
el principio del todo de persona a persona, luego a través de libros que no han
perdido vigencia y después a través de las Tecnologías de la Información y
Comunicación (TICS); cultura por la manera de vivir de sus antepasados y
actuales moradores y a través de sus expresiones artísticas; arte originada por
la mano de la propia naturaleza, por la habilidad de sus pobladores y por el
poder inexplicable de seres y fenómenos sobrenaturales; y, por supuesto, el
calor humano de los pobladores de Marcahuasi, quienes son muy felices de tener
turistas e investigadores interesados en lo que ellos tienen.
Marcahuasi es un destino que
promete, ya que la aventura llena de adrenalina y diversión y las emociones a
flor de piel están aseguradas. Es un hecho que no habrá arrepentimientos e
incluso faltarán horas para recorrerla de palmo a palmo y pasar por todo tipo
de experiencias, las cuales ya fueron vividas por quienes les aconsejaron ir; o,
que son nuevas e inéditas para los que pisan osadamente por primera vez el
sitio.
Después de esta excursión
habrá mucho por contar a propios y extraños que se interesarán e irán para
después animar a otros más a ir y así se generará una cadena interminable que
ocasionará un mayor flujo de turistas. Esto es muy bueno, ya que se traduce y
significa más ingresos por concepto de turismo para Perú. Más aún, trae empleo
y oportunidades de negocio para los que se dedican a este rubro y genera
atracción, miradas y revisión a otros atractivos turísticos de buena vibra y
energía que tiene Perú.
Marcahuasi tiene varios
puntos a su favor que la acreditan como una maravilla verídica, una parada
obligada para todos los que quieren empezar su recorrido en Lima antes de
terminar en Machu Picchu, como un importante objeto de estudio para entender lo
que realmente pasó en el Antiguo Perú y la América Precolombina y, sobre todo,
para comprender la relación que se mantiene hasta ahora con el cosmos; pero, lo
que la fortalece, empodera y la hace más famosa, popular e inmortal de lo que
ya es realmente son los testimonios y opiniones cada vez más unánimes,
acertados, reivindicativos, sinceros y numerosos de pobladores, turistas,
autoridades, profesionales de todas las áreas y peregrinos curiosos y
temporales que afirman que Marcahuasi es único en su género y, al mismo tiempo,
difícil de catalogar y encasillar porque siempre trae algo nuevo e inédito.
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