El condominio del acantilado de Bendito Sea

Escrito por Freddie Armando Romero Paredes. Valentín Paniagua Corazao era militante del partido de la Democracia Cristiana de Héctor Cornejo Chávez. Hasta que un día en el gobierno de Víctor Raúl Haya de la Torre, Héctor Cornejo Chávez lo vendió al mejor precio, lucrando con él y frustrando su trayectoria política dentro del partido y dentro de la arena política peruana, para después botarlo de la Democracia Cristiana. Como Valentín Paniagua quería salir adelante, Paniagua se fue al partido Acción Popular de Fernando Belaunde Terry, logrando ser más adelante ministro de justicia. El caso es que a los políticos del Estado Peruano se les había designado una vivienda en el condominio o residencial del acantilado del balneario de Bendito Sea. En ese condominio ubicado en un acantilado vivían varios políticos que tenían una carrera en ascenso o tenían una carrera política consolidada. Valentín Paniagua Corazao tenía un buen departamento de varias habitaciones en la que vivía solo. Como Valentín vivía solo se sentía solo y es por eso que siempre se propuso tener una compañera que lo acompañara toda la vida. Mientras tanto, en otro departamento de otro edificio del condominio del acantilado vivía Héctor Cornejo Chávez con su esposa y su hija. Un día la hija de Héctor Cornejo Chávez de nombre Hipólita se cruzó con Valentín en las escaleras del condominio, cuando Valentín iba corriendo todo disparado como si el mundo se acabara. Justamente, el candor y el impacto angelical y celestial de Hipólita fue lo que detuvo a Valentín por varios minutos a pesar y al margen de que se le hacía tarde. De igual modo, el aire de mar y el sonido onomatopéyico del dios Poseidón y sus dominios marítimos los envolvían y los involucraban cada vez más fuerte. Después de dos horas de acompañamiento anímico y espiritual, Valentín e Hipólita se comprometieron a encontrarse de nuevo a la misma hora para pasar tiempo juntos y mirar el efecto divino, aleccionador y regocijante del sunset en un acantilado de Bendito Sea en plena costa verde. Después de varios meses de encuentros con Valentín en el mirador del acantilado en el condominio de Bendito Sea, Hipólita salió jalada en un curso de su universidad. Era la primera y la única vez que jalaba un curso porque nunca le había pasado porque antes no tenía tantas distracciones y presencias placenteras como Valentín. Es más. Valentín había tenido un encuentro furtivo con Hipólita, lo cual había ocasionado que Hipólita quede en cinta y de encargo. Ante esto, Hipólita se encontró en un gran problema y disyuntiva porque ese curso decidía si se graduaba o titulaba. De igual modo, el embarazo de Hipólita era cada vez más notorio. Por eso, cuando su padre Héctor Cornejo Chávez le preguntó de quién es el hijo se armó un gran lío porque se dio cuenta que era de la persona que más odiaba en la vida por tanto derroche de competencia, habilidad, capacidad y estrategia que tenía en su haber. Es entonces que Héctor Cornejo Chávez la encerró en un convento mientras que duraba el embarazo. Tal es así que la madre superiora sabía muy bien que ni bien nazca lo tenía que desaparecer a como dé lugar. Mientras tanto, Héctor Cornejo le hizo juicio a Valentín, acusándolo de mansillar a su hija. El niño nació y la madre superiora en vez de liquidarlo, lo mandó a criar al Puericultorio Pérez Aranibar. Como Valentín era muy querido en Acción Popular, su amigo Paco Miroquesada, que era el ideólogo del partido, lo nombró heredero universal del diario El Comercio antes de morir. Como Valentín era dueño del diario, con el dinero de las ganancias del diario pagó la fianza y la indemnización de la presunta y supuesta culpabilidad que se le había imputado y salió libre con anticipación antes de tiempo. Luego, Valentín haciendo uso de la rotativa del diario publicó una noticia bomba y muy fuerte sobre Héctor Cornejo, lo cual ocasionó que el mismo Héctor Cornejo muera de un infarto. Después de varios meses, la madre superiora que sabía la verdad se acercó a Valentín y le dijo que podía pasar al convento a recoger a su esposa en cualquier momento y que su hijo de dos años de nacido estaba en perfectas condiciones en el Puericultorio Pérez Aranibar. Después de haber visto crecer a sus hijos durante varios años, Valentín Paniagua Corazao es elegido Presidente de Transición de la República. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.