Entrada destacada

Freddie Armando Romero Paredes Plans

Freddie Armando Romero Plans Leer más publicaciones en Calaméo

lunes, 27 de septiembre de 2021

Análisis del caso noticioso de Autisha

Escrito íntegramente por Freddie Armando Romero Paredes. El ahogamiento de un joven de 25 años en el turístico cañón de Autisha ha generado polémica desde distintos puntos de vista por tener varias aristas. Primeramente cabe preguntarse ¿dónde queda la ética del guía y del operador turístico con tal de ganar unos dólares de más solamente por complacer el capricho de un turista? También cabe analizar al turista ¿cómo es un turista cuando está en frente de algo novedoso, único y sensacional? ¿qué lo motiva a viajar, tomarse fotos y postearlo en redes sociales?

Viendo detenidamente la figura del guía y del operador turístico en este tipo de casos lo que ocurre es lo siguiente: muchas veces el profesional turístico no se puede dar el lujo de decir que no o actuar de manera paternal cuando ve un turista entusiasta y emocionado hasta el tuétano, capaz de pagar varios billetes de dólar por vivir y sentir la emoción de una aventura turística, porque de eso vive y con eso mantiene a su familia. Si el guía dijera a cada rato un no rotundo, su negocio quebraría y su habilidad para guiar se enfriaría y perdería técnica y estilo. Aunque a veces hay guías que les va tan bien que se dan el lujo de escoger y elegir a sus clientes. A veces esos guías que deciden qué tour, circuito o cliente tomar son los que tienen más cancha, experiencia, instinto y algo de intuición. A veces parece o dan a entender que esos guías tuviesen un sexto sentido desarrollado. Sólo con el tiempo el guía mejora la táctica y la forma cómo desarrollar y trabajar su profesión. En otras palabras, el tiempo los curte y les da sabiduría.

Ahora viendo la posición del turista y adentrándose en su mundo interior de visitante, el turista es entusiasta, aventurero, vertiginoso, arriesgado y abierto a otras culturas y otras formas de ver la vida con optimismo. Está constantemente retándose a sí mismo, comparándose con su amigo de aventuras y salidas, está viendo a cada rato qué hizo y qué le falta hacer, está planeando en todo momento lo que podría ser el viaje de su vida, está viendo fotos y videos de los viajes que hizo anhelando vivirla una vez más o deseando regresar a ese lugar de ensueño que tuvo el minuto que le cambió la vida, está siempre queriendo tener y vivir otra vida, otra personalidad, otro nick con otra gente que no sea necesariamente la de su tierra natal que lo vio partir y embarcarse en un nuevo proyecto que a través de sueños y quimeras cristalizó. El viajante es una persona que recoge experiencias y colecciona recuerdos para postearlo en todas las redes sociales y para que la gente de la internet sepa y se entere de lo que vivió, de lo que fue capaz de hacer, de lo que sintió, de hasta cuándo llegó, de qué tanto resistió el frío, el calor o la inclemencia del clima. Quiere decirle a todo el mundo que lo hizo al final, que todavía está vivo, fuerte y sano, que todavía puede y se atreve a más, quiere que todo el patrimonio ancestral y milenario sea testigo de su presencia, quiere que toda la gente que vea las fotos y revise la bitácora entienda que esa es su felicidad, ese es su destino y esa es la vida por la cual vive y respira. El turista es un ser libre que ama y aprecia la libertad y la felicidad que hay en esa libertad. Es un ser humano con humanidad que no concibe otra vida como la que tiene y que no se haya haciendo otra cosa distinta. Es lo que vive, es lo que siente, es lo que respira, es lo que aspira a recorrer y llegar. Si hubiera turismo espacial como lo que hay ahora, pero más desarrollado, el turista simplemente va y se deja llevar. Por eso que también se trata de tener empatía, ponerse los zapatos y comprender mucho más al viajero. Ese viajero que nunca se cansará de andar y recorrer el mundo y el universo como la palma de la mano y/o como un pañuelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario