Cielo de Octubre

Escrito por Freddie Armando Romero Paredes. “Cielo de Octubre” es una historia de superación que narra toda la odisea, llena de aventuras y desventuras, que viven Homer Hickam y “los chicos del cohete”, quienes son alumnos de high School “Big Creek” e hijos de mineros de larga trayectoria en el pueblo Coalwood. Tanto Hickam como los “rocket boys” se verían completamente alentados con la noticia difundida en clase de Miss Frieda Riley sobre el Sputnik, aquel objeto espacial ruso que causaba admiración y que asombraba a propios y extraños en la Guerra Fría. Desde ese instante en que la noticia es propalada en los recintos de la preparatoria de Coalwood, el ánimo, interés e inquietud de los cuatro muchachos no se detendría por nada del mundo. Y más aún cuando se da la oportunidad de preparar un prototipo alternativo de cohete para que participe en la Feria Nacional de Ciencias y, de esta manera, ganar becas integrales para estudiar en las más importantes universidades de Estados Unidos. El factor decisivo es un pueblo unido, el cual está cansado de ver a sus jóvenes talentos envejecerse en las minas de Coalwood. El rol crucial es la presencia, la experiencia y la voluntad de una profesora como Riley que se destaca por saber educar, motivar y aconsejar a los “chicos cohete” para no rendirse nunca, ser constantes y luchar por ser agentes de cambio. Agentes y actores activos que transformen la mentalidad cerrada y errada de todo un pueblo que se conforma con ser solamente minero y no se enfoca en hacer un trabajo diversificado y variado que potencie y aproveche los distintos talentos, capacidades y dones que cada joven de Coalwood tiene para ofrecer para bien de la sociedad norteamericana en su conjunto. Se rescata la lucha y el triunfo sobre la adversidad y el esfuerzo y trabajo duro y perseverante para contrarrestar las vicisitudes en el proceso, las barreras cognoscitivas para lograr el objetivo y las intromisiones de personas cegadas por su orgullo que no veían claramente que Hickam y sus amigos estaban adelantados a su época, que América también podía demostrar su capacidad en la era aeroespacial; y, de igual modo, que apoyando talento joven y apostando por un capital semilla se podían marcar hitos que hicieran historia en la humanidad y marcaran la pauta y tendencia en ingeniería aeroespacial y nuevas tecnologías.