Por Freddie Armando Romero Paredes. La sprinter que nos llevó a Ica tenía todo lo que uno necesitaba para el viaje a Ica: asientos cómodos y confortables, cinturones de seguridad, el vehículo tenía muy buena presencia y olía a limpio, el chofer estaba correctamente uniformado y sobre todo sobrio, tenía en regla los documentos de licencia de manejo y el SOAT vigente.
Lo que hay que rescatar en primer lugar del servicio de
transporte es su puntualidad. Era imperiosamente necesario e importante que el
servicio sea puntual para viajar tranquilos, a una velocidad moderada y llegar
a tiempo a Ica para tener el tiempo suficiente y de sobra para realizar y poner
en marcha todo el recorrido que se había planificado con anticipación. Es por
eso que era prudente estar a las 5:30 am de la mañana en el Óvalo Bolognesi en
el Centro Histórico de Lima para de ahí encaminarnos tranquilamente a Puente
Alipio para que de ahí nos direccionemos a la carretera Panamericana que nos
llevaría a Ica. Porque si no hubiéramos sido puntuales en nuestra partida muy
temprano por la mañana, nos hubiera costado trabajo y esfuerzo llegar a tiempo
a Ica, todo lo hubiéramos hecho de forma tardía, todo hubiera sido a destiempo,
no hubiéramos recorrido todas las instalaciones, locaciones y sitios con calma,
todo hubiese sido de manera atolondrada; y, al final, hubiéramos regresado por
encima de la hora establecida y permitida a Lima. Incluso si salíamos tarde de
Lima, regresábamos tarde de Ica y se corría el riesgo de lidiar con la hora del
toque de queda. Es mejor salir a tiempo y descansados para hacer un buen tour
por el lugar. Hasta puede sobrar tiempo si se sale a buena hora.
La carretera de todo el tramo de Lima a Ica tiene que
estar en buen estado y correctamente asfaltada. Es responsabilidad del
Ministerio de Transportes y Comunicaciones garantizar las buenas condiciones y
excelentes posibilidades de los viajes que se den desde Lima hacia todas las
direcciones en el interior del país. Lo que las ciudades y los pueblos de la
nación necesitan es comunicación, el hecho de estar conectados en los asuntos y
las actividades que conciernen al progreso y el futuro del país y su gente,
involucrarse en las nociones serias con un sentido profundo de lo que es
identidad, sentido de pertenencia, ciudadanía, valores, riqueza monumental y
patrimonio. Para ello que mejor que una carretera bien asfaltada como una
mantequilla lista para estrechar los vínculos entre el norte, el sur, el
centro, el este y el oeste. Más aún, así se evitan accidentes si es que se
implementa una muy buena red vial con correcta señalización a lo largo y ancho
del Perú.
En el viaje también se pudo apreciar cómo está la planta
hotelera de Ica. Se vieron varios hoteles en el recorrido; pero, el que más
brillo y se lució fue el Double Tree Resort de la cadena de hoteles Hilton. En
el Hilton de Paracas se pudo observar la calidad en el trato y el servicio,
ambientes bien distribuidos, atención y servicio Premium, personal profesional
altamente capacitado y con muy buena disposición para ponerse a trabajar,
habitaciones limpias, ordenadas y con todo lo indispensable y necesario para
recibir y acoger al turista. El Hotel Hilton de Paracas es un hotel muy bien
posicionado en el gusto y la experiencia del visitante que va a Ica. Es una
cadena hotelera que trabaja constantemente para mantener los estándares de
calidad y la excelencia en toda la gama de productos que puede ser capaz de
ofrecer un hotel de la talla y con el prestigio del Hotel Hilton. A pesar y al
margen de la pandemia del corona virus, el Hotel Hilton ha sabido adaptarse a
la nueva normalidad y pone en práctica planes de acción como la desinfección de
manos, la aplicación del termómetro digital, el uso de la doble mascarilla, el
distanciamiento en el trato de acuerdo a lo que rige en el protocolo de sanidad
y bioseguridad. Más bien, Hilton observó una clara oportunidad de negocio con
rentabilidad en el servicio del rubro hotelero a sabiendas de que el mercado
turístico iba a entrar en crisis hasta el 2026 debido a la pandemia del corona
virus. Por eso que lo primero que hizo como cualquier negocio del sector
turismo fue adaptar su maquinaria hotelera y su servicio A1 de la mejor manera
a la nueva realidad.
El viaje también mostró otra modalidad de hotel: el hotel
hacienda. El Hotel Hacienda La Caravedo ofreció la experiencia de cómo una
hacienda productora de pisco y un hotel rústico - campestre pueden convivir y
entenderse. La Caravedo demostró que sus instalaciones de producción de
aguardientes y sus locaciones de ocio, recreo y esparcimiento son parada
requerida para todo aquel que quiere conocer Ica y disfrutar de una muy buena
estancia. El formato hotel – hacienda nunca quedará descartado si es que se
quiere pasar un buen día de campo con todos los elementos de una típica
hacienda productora de pisco. Desde que uno entra a La Caravedo hay calidad en
el servicio al cliente, proactividad pura, cordialidad, respeto y buenas formas
al expresarse. Un día de hacienda en La Caravedo es sencillamente un
reencuentro consigo mismo y con su espíritu libre. Las instalaciones siempre
limpias. La cortesía de una copa de pisco de parte de La Caravedo siempre
quedará muy bien si es que tienes un vínculo muy fuerte con el Perú, la tierra
de Ica y la generosidad de un pueblo que está constantemente reivindicando una
identidad milenaria y ancestral. Esa copa de pisco no sería lo mismo sin la
cata explicada de modo fácil con la ayuda de una profesional bien capacitada en
aguardientes, destilados y bebidas espirituosas. Si uno quiere saber cómo entra
la uva pisquera en el proceso de elaboración de nuestra bebida de bandera
peruana, uno debe de ir si o si a la Hacienda La Caravedo en Ica.
En cuanto a huariques y restaurantes en el trayecto que
nos lleva a Ica, nos quedamos con la chicharronería de “El Padrino” en plena
carretera y con el restaurante “Nietto” en el corazón de Ica. En El Padrino
podemos encontrar un lugar amplio, espacioso, bien iluminado, limpio y acogedor
que nos brinda la posibilidad de comer y saborear una porción de chicharrón
acompañado de una cesta con varios panes y una buena taza de café caliente. Y
es que lo que caracteriza a “El Padrino” es su rapidez al momento de brindar
atención, su preparación y entrenamiento culinario para atender todas las mesas
y la humanidad con el gesto amable con el que se desenvuelven a la hora de
interactuar con la clientela. Lo que diferencia al chicharrón de “El Padrino”
de otros chicharrones es ese gusto crocante, crujiente, dorado y flameado de su
carne. Ir a “El Padrino” es darse un respiro y un desquite para comenzar a
arrasar con el repertorio gastronómico a pocas horas de aclarar en la mañana y
rayar el sol. En “Nietto” podemos encontrar la tan ansiada recarga de energías que
el alma y el cuerpo lo requiere después de un afanoso día en la tierra de Ica.
Sus variados platos a la carta y su muy bien pensado arte y talento culinario
hace que uno se sienta satisfecho y con ganas de repetir otro plato más. Un
plato de cebiche, un plato de arroz con mariscos es más que suficiente para
dejar a uno con la lengua afuera haciendo agua a la boca. Tan bueno es “Nietto”
que cada vez que hay CADE en Ica, todos los políticos y empresarios bajan al
mismo “Nietto” a seguir conversando, comiendo y departiendo sobre el Perú y los
destinos y estructuras de poder que rigen la nación. Ica es lo que es gracias a
la sabrosura y delicia de un lugar como “Nietto”. Y ojalá que en el Perú hayan
otros sitios como “Nietto” para empalagar y engalanar una buena jornada
gastronómica y turística en todo el país para gusto, deleite y capricho de
todos los comensales, tanto nacionales como extranjeros.
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