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domingo, 7 de marzo de 2021

Raw, lo crudo de la verdad de la historia

Escrito y creado íntegramente por Freddie Armando Romero Paredes. John Raw era un diplomático americano de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que se encargaba de las relaciones bilaterales, los acuerdos de paz, las extradiciones, los refugiados y las visas Schengen. Como John Raw viajaba constantemente y no tenía mucho tiempo para hacer una vida familiar normal, junto con su esposa Jane Raw decidió comprar un peluche inteligente, tecnológico y de vanguardia de medio metro y con una bateria recargable de duración de 96 horas, que tenía una cámara en los lentes de sus dos ojos, para ver los movimientos, actitudes y habla de su hijo Dan Raw de 6 años, el cual estaba comunicado y conectado al celular que llevaba a todas las reuniones consulares de América, Europa, Asia, África y Oceanía. El muñeco era llevado a todos lados por el pequeño Dan Raw, quien lo abrazaba, lo acariciaba y lo hacía parte de su vida. Jane Raw veía el muñeco a la hora del almuerzo, en el nivel primario sentado en la carpeta, en el cuarto de juegos y dentro de la sábana antes de dormir. Cuando no encontraban al pequeño Dan, el GPS con luz y alarma infantil del muñeco ayudaba a localizar al niño y al muñeco. Muchas veces a través del muñeco se oía la voz de John Raw o de Jane Raw porque funcionaba como walkie talkie. Y siempre el pequeño Dan contestaba. Cuando John Raw, Jane Raw y el pequeño Dan Raw hablaban, la pantalla de los lentes de los ojos del peluche se dividían en tres pantallas en las que aparecían el papá, la mamá y el hijo. El pequeño Dan ya estaba familiarizado con el sistema y respondía con naturalidad a la forma de comunicación que se gestionaba en ese momento. El muñeco no pesaba mucho, era blando, lo cargaba con facilidad y otras veces como todo niño lo arrastraba. Ya después se lavaba en la lavandería del mercado, quitándole la batería para que no se moje y se sulfate. Cuando estaba en el salón de clases en plena sesión formativa, el pequeño Dan pedía permiso para salir al pasillo para comunicarse con sus padres. Se sentaba en el piso con el muñeco y empezaba a hablar. 

Un buen día al diplomático John Raw le encargan una misión. Es nombrado delegado de la ONU para mediar e interceder en el rescate de los rehenes de la embajada de Japón del embajador Morihisa Aoki debido a los actos delictivos perpetrados por el grupo terrorista Movimiento Tupac Amaru en perjuicio del cuerpo diplomático internacional del distrito limeño de San Isidro. En una de las reuniones de teleconferencia de John Raw con el cabecilla del MRTA, Néstor Cerpa Cartolini, se da cuenta que el terrorista tiene en sus manos un muñeco de macumba de su hijo Dan. Enseguida, John accede al servicio de comunicación del oso de peluche y a través de la cámara de los lentes del peluche ve que su hijo se está rascando y al mismo tiempo está llorando. De inmediato, el señor Raw ve que su esposa Jane se acerca para ver las heridas de la comezón. Luego de que Jane le aplica una crema en el lugar de cada herida, el niño está más tranquilo. Pero, entra al cuarto una mujer que dice que ahora la niñera será Elena Iparraguirre. Luego de esto, John Raw mira a su esposa noqueada e inconsciente por el lente de la cámara del Teddy de peluche. La comunicación se interrumpe, la cámara se apaga y lo último que se escucha es un grito de un infante. John queda conmocionado y no tiene mucho tiempo porque ahora tiene que hablar con el embajador Aoki, quien le dice que su esposa y su hijo están con los rehenes de la embajada y que el único acceso es el túnel que comunica el Hospital Italiano con la embajada del Japón. Para ir por el túnel no será fácil porque ese túnel se encuentra en el sótano del Hospital, donde está la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de los pacientes con cólera de alto riesgo. Es entonces que se va al Hospital Italiano llevando un arma y municiones. Antes de emprender el rescate de su esposa y su hijo, el comisionado le pregunta si es que tiene experiencia. John Raw le responde que antes de entrar a la Academia Diplomática hizo servicio militar voluntario en la Marina de los Estados Unidos. Es entonces que acompañado de un comando Chavín de Huantar ingresa al sótano de UCI, donde cunde el cólera. Todo el tiempo John tiene mascarilla, protector facial y gel alcoholizado para limpiarse y oler en caso de desvanecimiento. Pasando lo peor de la zona del cólera, se dispone con el comando Chavín de Huantar entrar al túnel. A mitad del camino del túnel, un terrorista habla a través del cuerpo de John Raw. Lo primero que escucha es: "Soy Néstor Cerpa Cartolini y tengo ya tu muñeco". A pesar de que la batería del celular está baja, John ve la foto del muñeco con una imagen de su persona. El comando Chavín de Huantar, como es un loco VRAEM, enloquece y le apunta con una pístola mientras que Raw corre. Raw, al ver que hay dos caminos, se desvía y deja que el comando Chavín de Huantar se adelante y salga por el otro extremo del túnel que da al jardín de la embajada de Japón. Cuando Raw ve que el comando está saliendo a la superficie, se da cuenta que es la salida. Pero, antes de precipitarse, toma sus precauciones y se demora un momento. Cuando los terroristas del MRTA detectan que es un comando Chavín de Huantar y que está tosiendo por efectos del cólera, en ese instante le dan un balazo y lo matan. Es entonces que John Raw se regresa y toma el otro camino del túnel que curiosamente da a un roble hueco. Se esconde y camufla. Luego, Raw se encuentra con el Cardenal Curapaligüe que va frecuentemente a dar la unción a los rehenes. Curapaligüe le dice que hay una mujer y un niño en el cuarto de la terraza. Como lo ve acompañado de un monaguillo, Raw le propone al monaguillo cambiar el uniforme y los roles. Es entonces que se cambian en lo hueco del roble. Y el monaguillo se regresa por el túnel de la embajada con el hospital. Curapaligüe le da la unción y los santos oleos a Jane y Dan. El pequeño Dan no se contiene y grita "papá". Un terrorista se acerca y John Raw le dice que no sabe a lo que el niño se refiere. El niño Raw insiste y enojado dice que el monaguillo es su papá. John le dice al terrorista que son delirios del encierro. Cuando el terrorista va a recibir la hostia y la bendición del aceite bendito, John Raw le moja demasiado la vista cegándolo para luego noquearlo. Luego, como necesita otro hábito religioso, Raw noquea a Curapaligüe para luego desvestirlo y darle el traje a su esposa. Cuando los dos están bien vestidos como religiosos, John y Jane junto con el pequeño Dan se alistan para escapar. Pero, en ese momento, ambos se dan cuenta que Néstor Cerpa Cartolini tiene en su poder los muñecos de macumba con los que vigila a la familia Raw. Es entonces que mientras que Jane y el pequeño Dan trepan el muro de la embajada para escapar y salir de allí, John va al despacho de la embajada a sacar los muñecos de su familia de la caja o gaveta del escritorio. Cuando los muñecos de macumba están quemados con su encendedor de bolsillo, Raw se dispone a salir de la oficina. Pero, en ese momento, antes de salir de allí, llegan Néstor Cerpa Cartolini y unos terroristas, quienes, ni bien llegan, cierran la puerta de la oficina con cerrojo y llave para luego decirle a John Raw que de aquí sale muerto. Ni bien termina el terrorista de decir eso, se oye un fuerte sonido que termina en una explosión del piso. Ni bien sintió el sonido, John Raw se escondió debajo de la mesa del escritorio. Los terroristas se reían sin saber lo que iba a pasar. Cuando John Raw los vio muertos a los terroristas y vio aparecer a los comandos Chavín de Huantar, dijo que se había acabado la tensión de los terroristas; pero, todavía quedaba la tensión de los locos VRAEM a pesar y al margen de ser buenos a su manera. Es ese momento que John Raw rompió con la silla de fierro la luna de la ventana de madera de la oficina de la embajada y salió disparado a reencontrarse con su esposa y su pequeño hijo. Mientras tanto, los comandos Chavín de Huantar se movían por toda la embajada para rescatar a los rehenes y a la vez reducían y mataban a los terroristas. Más adelante, John Raw pidió disculpas al cardenal Curapaligüe por haberse apropiado de las túnicas religiosas para escapar del lugar, presentó su informe final a la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) y rehízo su vida al lado de su familia. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. 














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