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Freddie Armando Romero Paredes Plans

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domingo, 10 de julio de 2016

Roque del Reino de la Roca de Vergallo e Irina de la Tierra Irinea

Historia ideada y elaborada en mi viaje de Perú a Argentina, empezada en el trayecto del pueblo Palos Blancos al poblado Bereti de Bolivia y concluida en la Provincia Santa Fe de Argentina en horas de la madrugada y la mañana del día 3 de octubre, basada en la serie de experiencias personales y solitarias vividas durante todo el viaje pueblo por pueblo. El príncipe y la princesa se iban a casar. Estaban muy enamorados y ya se conocían desde hace bastante tiempo. Un día la princesa sale a pasear y jugar por el bosque con su hermana. En el ir y venir de auí para allá por los campos llenos de árboles, colinas y riachuelos, la hermana le provoca un accidente a su hermana la princesa en lo profundo del bosque. Habiendo logrado su propósito se marcha y la deja abandonada a su suerte sin que nadie aparezca para tratar de reanimarla y brindarle primeros auxilios. Luego de un rato aparecen tres pastores ya entrados en años y retirados que en su juventud se habían dedicado a ser vikingos. Estos tres pastores que significan la fuerza, la fe y la fortaleza le brindan ayuda a la princesa, la cual resulta estar embarazada del príncipe, quien ignora la noticia. Al mismo tiempo, el príncipe se llega a casar con la hermana de la princesa, la cual tiene un segundo hijo de él mismo. A los 11 años, la esposa del príncipe muere de un momento a otro por una responsabilidad en parte de la ama de llaves, quien logra fijar la fecha del matrimonio con el príncipe. Ya en la noche de bodas, cuando ya estaban casados, la ama de llaves le cuenta estar embarazada del mayordomo, que su primera princesa estaba todavía viva, que había tenido un hijo de su primera princesa y que ella fue la causante de la muerte de su segunda esposa. Tanto fue el impacto que el príncipe se precipita y cae al piso afectado por todo lo que se le dijo. La ama de llaves se convierte en una viuda real y se casa con el mayordomo. Sólo se sabe que el cuerpo del príncipe es llevado a la cripta real. Es así como crecen tres hijos al mismo tiempo. Roque, el primero de la primera princesa, sería todo un bárbaro, se dedicaría a vivir y subsistir en el bosque instruido por los tres pastores, antiguos vikingos, y aprendería a manejar la honda, la cadena, todo tipo de sogas, el arco y cualquier elemento rústico y de la naturaleza que le sirva para vivir y defenderse en el bosque, el río, el lago y mar. Petro, el segundo de la hermana de la princesa, sería un experto guerrero que sería diestro con la lanza, la espada, el machete y el sable, crecería en el palacio y sería el capataz de la cuestión agrícola y ganadera. Y Jetro, el tercero, recibiría buena instrucción académica y sería muy bueno en el arte de la esgrima, pero a medida que pase el tiempo se convertiría en un príncipe egoista, taimado y ambicioso. Pasa el tiempo y el tercer príncipe cumple la mayoría de edad. Es entonces que reclama su derecho al trono. Su madre, la malvada reina, le dice que no puede ser coronado sin antes casarse con una joven de la realeza del reino o del país vecino. De inmediato, el tercer príncipe llama a la principal sirvienta y campesina y le pide que mande a su hijo a ayudarlo. La campesina es la primera princesa extraviada y el peón es el primer hijo del rey. Pero, tanto el tercer príncipe como la malvada reina ignoran ese dato. Es así que confían plenamente en el peón y lo mandan a traer a la doncella del reino del sur, de la Tierra Irinea. Para ello, el peón viaja con una gallina y un auquénido y al regreso vendrán además con una vaca propia del sur. Durante el trayecto, Roque e Irina se llegan a enamorar al ritmo de la zampoña, el charango, la quena y el cajón, más que todo instrumentos andinos, propios de América del Sur. Y por cada acción y gesto de amor y abnegación ocurre un milagro. En total ocurren 10 milagros. El primer gesto de abnegación y amor es que Roque e Irina monten la vaca en el río para tratar de que la gallina y al auquenido no se ahoguen. El segundo gesto de amor y abengación es que Roque e Irina no se comieran el ternero que estaba convaleciente durante el recorrido. El tercer gesto de amor y abnegación es que la vaca abrace a Roque, Irina, la gallina, el auquenido y el ternero para que no resulten afectados por deslizamientos y aluviones imprevistos durante su paso por las montañas. El cuarto gesto de amor y abnegación es que el auquenido sea el principal encargado de llevar a todos de la manera más ingeniosa estando en la zona del Altiplano y del Collao. El quinto gesto de amor y abnegación es que Roque estando al borde de un precipicio y teniendo a todos colgados de sus piernas, priorice la vida de Irina y los animales y deje caer el peso de su espalda y sus bolsillos, recuerdos de su tierra y su madre. El sexto es que el pequeño ternero se quede en un caserío pobre para abastecer de alimento, leche y carne a la población. El séptimo es que Irina se deshaga de su pelo y Roque se deshaga de sus ropas para armar una gran soga que los traslade de un extremo a otro. El octavo es que, en un asalto, Roque haya puesto su cuerpo para que no hieran de muerte a Irina y ella lo haya cuidado toda la madrugada en medio de temperaturas extremas y variables para su pronto restablecimiento. El noveno es que Roque haya repetido letanías todo un día sin descansar con tal de que los malos muertos lo ataquen a él y a Irina y los animales, mientras que todos ellos dormían. El décimo es que el ritmo de los instrumentos andinos sumado a la siembra y la lluvia repentina haya logrado que después de tiempo haya cosecha y tierra fértil, donde siempre hubo sequía para felicidad de Roque, Irina, los animales y el poblado en el que se alojaron. Mientras que Roque e Irina se demoraban en el trayecto, el tercer príncipe se impacientaba y empezaba a mirar y fastidiar a la humilde esposa de Petro, su 2º hermanastro, quienes acababan de tener un hijo fruto del amor. Jetro, el 3º malvado príncipe movido por malos instintos mató a la esposa de su hermano. Este se llega a enterar y lo único que quiere es vengarse. En ese mismo momento llega el peón con Irina luego de tantas peripecias, sacrificios, sufrimientos e incertidumbre. La malvada reina, al ver que el mayordomo iba a confesar todo para que todo esto se solucione, lo mata. El peón logra ver el acto y le reprocha. La vieja ruin se da la vuelta diciéndole que le va a contar la verdad y que la acompañe. Pero la vil mujer aprovecha para agarrar la zarza hirviendo y tirarselo a la cara y la vista. En cuestión de segundos, Roque pierde la visión; pero también él al hacer aspavientos la tumba a la vieja, quien cae en el fuego de la gran chimenea. Roque se desmaya e Irina lo abraza. Tanto es el dolor y la tristeza que Irina bota una lágrima intensa que era más que una secreción ocular, algo mágico, algo especial, algo que venía de lo más profundo de su ser. Esa lágrima cae en los ojos de Roque y logra que él recupere la visión. El segundo príncipe sale a los campos de palacio a pelear con el tirano con sable y espada en manos. Los dos se hieren. En un momento en que el segundo hermano había sufrido un corte, el villano saca la daga para clavarselo en el corazón; pero, el guerrero y segundo hermano lo esquiva y al mismo tiempo lo empuja con fuerza. El resultado de esto es que el depravado cae en un montón de rosales con espinas muy filosas terminando así su existencia. Al final Roque e Irina se casan en la catedral del reino. La madre de Roque toma su puesto en la realeza, Roque e Irina se coronan reyes y el príncipe, aparentemente muerto, aparece de nuevo acompañado por los pastores vikingos, quienes lo habían curado y atendido camino a la cripta de los héroes del reino y ocultado con la apariencia y vestimenta de pastor para que no le pase nada malo. Es así que todo es paz y tranquilidad en la Roca de Vergallo, un palacio y un reino hecho con rocas y piedras grandes traídas desde las alturas por los mismos pobladores. Tengo que acotar que, al llegar a Villa Urquiza en Buenos Aires, me encontré con un gran monumento en el parque principal del distrito, el cual me llamó la atención y me sorprendió bastante porque se trataba de dos jinetes guerreros con sus respectivas esposas. Entonces, fue allí que nuevamente me acordé de mi historia recién creada; y, sin saber a quienes iban dedicados dichos monumentos y según como lo pude interpretar, supe que se trataban de Roque de la Roca de Vergallo con su amada Irina de la Tierra Irinea que saludaban afectuosamente a Petro de la Roca de Vergallo y su esposa. Es entonces que me sentí embargado de felicidad y emoción. Saludo a Bolivia, Argentina y mi querido Perú.

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