Escrito por Freddie Armando Romero Paredes. Como preámbulo, aprovecho el
comienzo de este artículo para hacer hincapié en qué tan importante es
dedicarle tiempo a la Tierra. Quizás a uno le cueste trabajo apagar la luz en
ese momento. Tal vez porque está cenando, departiendo con unos amigos en la
sala, viendo el programa favorito de tv, estudiando la clase de la semana o
revisando unos informes pendientes de la oficina. Pero, aún así, con todas las
vicisitudes, pretextos y razones aparentemente razonables, hay que comprender
que todos en esta vida y este mundo tienen su tiempo. Tiempo para Jesús en
Semana Santa y Navidad, tiempo para el país en las Fiestas Patrias, tiempo para
tu pareja y para ti en el día de tu cumpleaños y el día de San Valentín. La
Tierra también tiene su tiempo, es todo los 24 de marzo y sólo nos pide una
horita, a diferencia de otros asuntos, familiares o profesionales, que si te
demandan muchas horas. Deseo que este tiempo o horita con el planeta Tierra sea
momento de conciencia para reaccionar a tiempo y salvar al planeta que nos vio
nacer y realizarnos como personas; madurez, fuerza de voluntad y decisión en
los proyectos de lucha contra el cambio climático; y, compromiso para cambiar
nuestras actitudes que son dañinas para el desarrollo normalizado de los
ecosistemas y hábitats en comunión con las poblaciones que viven. Ojalá que el próximo
año el mundo entero se ponga de acuerdo para establecer ya no sólo una hora,
sino todo un medio día de un día a favor del lugar donde está y mora nuestra
aldea global.
Pero, bueno, en esta edición se aborda lo que son energías renovables y,
yo, por mi parte, tocaré sobre la energía que emana del astro rey y cómo esta
nos puede ayudar muchas veces de sobre manera en nuestra cotidianidad. Y es que
al sol y su fuerte energía la encontramos desde que abrimos los ojos hasta que
nos vamos a la cama, desde que estamos en transición hasta que alcanzamos la realización
plena en nuestra vida. Estemos donde estemos, ya sea en la casa, la oficina,
espacios de sano esparcimiento, círculos de educación y cultura, el sol nos acompaña
para hacernos la vida más sencilla, llevadera, armónica, en comunión y
complicidad con la naturaleza y toda esa maravillosa vida que la propia creación
nos ofrece.
Cabe preguntarse de por qué utilizar e invertir en energía solar y no
usar otra fuente de energía. Y la primera y principal razón es que esta energía
no contamina. De tal manera que el uso de la energía solar contribuye
eficazmente a la lucha contra el cambio climático, a la mitigación del
calentamiento global, a la preservación del medio ambiente y su capa de ozono restando
la contaminación atmosférica; y, al desarrollo rutinario, pausado y, a la vez,
normalizado de los seres del planeta, sin generar mucha complicación ni alteración
ni mucho menos interferencia en el desenvolvimiento y el contacto cotidiano de
las especies y su ciclo de vida con el entorno que lo rodea. Y más aún cuando
los avances científicos y tecnológicos avanzan vertiginosa y responsablemente,
garantizando el bienestar, el cuidado y sobre todo la calidad en el tratamiento
y procesamiento de cada etapa y, al mismo tiempo, pensando en la comodidad y la
buena experiencia del usuario final. El uso de la energía solar se extiende
sobre los campos del hogar, lo profesional y ejecutivo y los sectores de la
industria y el transporte.
Ahora surge la inquietud de qué tanto avanza el mundo y, por supuesto, Perú
en energía solar. Según indicadores y cifras de Global Market Outlook, mientras
China tiene en su haber varias plantas de energía solar y ocupa el primer lugar
en ese rubro, Canadá y Estados Unidos hacen lo suyo en Norteamérica, Alemania y
España hacen lo propio en Europa, Australia se suma y toma la posta en Oceanía,
Chile toma el liderazgo en Sudamérica; y, Perú malgasta su tiempo y dinero en
estar enfrascado en destapar casos de corrupción de los gobiernos de entre el
año 2001 y 2017 y resolver el futuro de la democracia y el desarrollo en el país
con miras a la celebración del bicentenario en el 2021. Tiempo, dinero, capital
y talento que bien pueden ser empleados para estar a la vanguardia de lo más
reciente de la tecnología y así lograr ubicarse en buenos puestos dentro del
ranking a nivel mundial; pero, que, al final, todo buen elemento termina
migrando a lugares donde hay más oportunidad, reconocimiento, garantía y
desarrollo.
Como mensaje final, puedo decir que, así como el Estado Peruano se dedicó
incansablemente a que gran parte de los hogares peruanos gozaran de gas natural
gracias a Calidda y a los lotes de gas en Camisea en Cusco, es el mismo aparato
estatal quien debe procurar y esforzarse por llevar energía solar a todo el
territorio nacional. Porque, al final, se generará un bien y tan bien nos
sentiremos que estaremos mucho más que agradecidos.
Carro solar, Japón
Avión solar, NASA
Sevilla, España
Friburgo, Alemania