Escrito por Freddie Armando Romero Paredes. Diez de los 12 principales integrantes de Sendero Luminoso, el grupo terrorista màs peligroso del Perú, fueron sentenciados el 11 de setiembre del 2018 a cadena perpetua por la Sala Penal Nacional, por los crímenes de lesa humanidad que perpetraron en los 80 y 90.
Abimael Guzmán, Elena Iparraguirre, Osmàn Morote, Margot Liendo y otros sanguinarios terroristas recibieron una pena justa por todo el daño que ocasionaron en décadas pasadas en perjuicio de muchos peruanos como los del caso Tarata.
Los peruanos nunca olvidaràn los pasajes y experiencias de horror que vivieron tanto en Lima como en departamentos del interior del país como Ayacucho. Màs aùn, porque Tarata significó que Sendero Luminoso había excedido sus límites al incursionar en Lima y era un peligro si avanzaba por todo el Perú para lograr el control total.
Es un hecho que miles de peruanos quedaron marcados física, psicológica y socialmente por episodios de mucha ansiedad, drama, pánico y convulsión social. Sin duda, eran épocas de una guerra interna que colocó al Perú en un sitial de crisis e incertidumbre. Y por màs que en 1992 se dio la captura del siglo, el error de Fujimori fue desactivar el GEIN; y, confiarse que, capturando a la cúpula de Sendero Luminoso, se acababa el terrorismo, cuando todavía faltaba erradicar al MRTA, un grupo subversivo que darìa su golpe en la toma de rehenes de la Embajada de Japón, que fue algo que conmocionò y paralizó al Perú entero y puso de pie al planeta completo. Siempre es bueno recordar.
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