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jueves, 29 de septiembre de 2016

Viaje a Coloría: La Mancha y la Inmaculada

Escrita por Freddie Armando Romero. Orlando Ojeda es un diseñador sumamente ocupado, amante de la rutina y padre soltero de cinco hijos. Sus hijos tratan de captar su atención; pero no lo consiguen. Entonces una buena noche, sus hijos piden a una estrella del firmamento que ocurra un milagro. Al día siguiente, sus hijos jugando con la pelota ocasionan destrozos y desórdenes, tales como café derramado en los bocetos, leche salpicada en las teclas, frascos y recipientes rotos, lo cual a su vez activa una fuerza repentina y luz resplandeciente que los traslada a Coloría. En Coloría se encuentran con dibujos a lápices y a computadora, quienes están peleando constantemente y no se llegan a entender. Es entonces que Orlando y su familia tratarán por todos los medios lograr que haya un entendimiento mutuo y, sobretodo, comprensión. En ese intento, el diseñador se dará cuenta que es el mismo problema que ocurre entre él y sus hijos, lo cual hará que tome conciencia, trate de comprender mejor a su familia y distribuya mejor su tiempo entre sus obligaciones laborales y responsabilidades paternales. Justamente, los dibujos a lápices son los intentos de sus hijos para tratar de llamar la atención y comunicar a su padre qué es lo que sienten, sus sueños y aspiraciones más sublimes y profundas y los dibujos a computadora son las creaciones que él realiza bajo presión para la empresa de comunicación para la cual trabaja. En esa lucha, Orlando se enamora de la Inmaculada, una musa, quien es el espíritu protector de toda la animación y que, con las discusiones ocurridas entre ambos grupos de animación que se hacen la competencia, ella ha ido perdiendo energía, fuerza, fe y luz. Y es que, por más que ella les diga a los dibujos que todos son hermanos y que en cada interior de ellos se encuentra viva y brillante la esencia, el motivo y la razón de ser por el cual fueron creados, las criaturitas no ceden y, en parte, esto se debe a la presencia, el aura y la mala vibra de la Mancha. Es entonces que Orlando tiene que impedir que la musa se debilite más para que así no muera nunca la animación existente. Orlando no la tendrá fácil porque tendrá que luchar contra la Mancha, la figura maligna de Coloría, quien está resentida, amargada y furiosa porque la animación en blanco y negro ha sido destronada, desplazada y reemplazada por la animación a color; también, trata de convencer a la animación de color que también se rebele porque, según la Mancha, la animación clásica puede ser destronada, desplazada y reemplazada por la animación a computadora que realiza Orlando Ojeda y su compañía de diseñadores. Lo malo de La Mancha es que su tinta es difícil de borrar y deshacer, la cual puede resultar venenosa y con la que se pretende inundar toda la animación para hacer un esgrafiado monótono, aburrido, sin chiste y embarrado que sea en escala de grises con la ayuda de Mr. Betún y Madame Pomada y así causar la destrucción del mundo fantástico para crear uno a su antojo. Mr Betún y Madame Pomada no estarán solos, pues con ellos estarán las Agujas Negras, expertas en artes marciales, quienes, con sus acrobacias, piruetas, volantines y saltos altos, reventarán globos cargados de una combinación compuesta por tinta china de color negro, betún y pomada. Ante esto, las nubes, como copos de algodón, absorberán y soplarán para que la combinación no afecte la creación y así los globos se vayan a la estratósfera. Asimismo, el señor Ojeda y sus hijos se defenderán con lápices bien tajados y la punta de madera de los pinceles para pelear bajo la noción, el conocimiento y el arte de la esgrima; para trazar nuevas salidas y rutas; delinear imágenes que se puedan usar como artefactos y utensilios y, de igual modo, corregir y curar algunos seres animados que estén heridos, desfigurados y alterados por culpa de la Mancha. Asimismo, utilizarán mouses para disparar cursores que serán como flechas, las cuales irán dirigidas hacia el enemigo y, a la vez, para hacerle Photoshop a la animación digital afectada también por culpa de la Mancha. De igual modo, llegarán a hacer uso de todas las técnicas de pintura y composición, aprendidas por Ojeda en la Escuela de Bellas Artes, para que así todos y cada uno de los dibujitos se puedan salvar para que sigan viviendo para alegrar la vida de los habitantes de este mundo y llenarlo de harta magia, fantasía y color. De esta manera, la familia Ojeda combinará la técnica tradicional con la forma moderna de hacer animación con la finalidad de crear alternativas de solución que se concreten en nuevas y mejores formas de comunicación para el mundo de hoy. Al final, Orlando le rocía, mezcla y embadurna las temperas, acuarelas y agua con la Mancha y sus secuaces, originando, como resultado, que salga una nueva combinación de color, la cual, sumada al Betún y la Pomada, generaba una mezcla pastosa y poco usual, la cual podía ser utilizada para crear muchos más animalitos y seres animados. De este modo, se puede entender que la Mancha desaparece y, al mismo tiempo, es parte de un acto de conversión, dejando atrás todo lo malo que había sido y hecho. Asimismo, resulta que la musa Inmaculada es la esposa desaparecida de Ojeda, cuyo nombre es Inés, quien un día resbaló en las escaleras por pisar un charco de mancha de tinta china transportándose inexplicablemente a la creación de su esposo Orlando, en vez de ir al más allá, al mundo de los muertos. Además, luego de vencer al caos que reinaba, los dibujos a lápiz y a computadora logran comprenderse y complementarse mucho mejor haciendo un trabajo mancomunado, sólido y parejo, pues saben muy bien que para hacer animación digital, primero se tiene que bocetear. Los pequeños de la familia Ojeda vuelven a sonreír, pues vuelven a tener a sus padres mucho más cerca; y, juntos, como un todo, siguen construyendo un futuro mejor lleno de vida, felicidad y bendición. Por supuesto que la familia del dibujante regresa al mundo terrenal para seguir plasmando bocetos, dibujos, diseños, nuevos ismos y muchísimas creaciones innovadoras, nunca antes vistas y sacadas de los pelos. El único detalle es que Inés, la Inmaculada, no puede volver al mundo de los hombres porque, primero, ella ya murió y, segundo, tiene una promesa y compromiso con todas las criaturas y fantasías animadas de ayer y hoy. Esto no impide que, de vez en cuando, Inés permita y ayude a que su esposo y sus hijos se trasladen a Coloría para verla y pasar un buen momento agradable con la compañía de los personajes animados. Para trasladarse, los miembros del clan Ojeda tienen que dibujar una serie de dibujos en donde la puerta se abra, la cual puede ser hecha a lápiz, a colores, con tempera, acuarelas, plumones, usar collage o la técnica que más les guste. Luego, esos dibujos escanearlos. Y después de esto, colocarlos en Photoshop, dándoles las medidas adecuadas y exactas para preparar un stop motion de alta calidad y buena resolución. Más adelante, trasladar el conjunto de imágenes a Premiere y/o a Avid para darles movimiento. Y cuando la puerta diseñada se esté abriendo, agarrarse de las manos, cerrar los ojos y dar un salto con fe. Y es así y aquí como termina la aventura alucinante de un alfarero y su familia.

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